miércoles, 24 de febrero de 2010

Todo por la pasta

Neira acepta que Puerta pueda salir de la cárcel. Vamos a ver: de ninguna de las maneras puedo aceptar que un hombre pegue a una mujer. Entendí como un acto de gallardía que Neira saliera en defensa de la señora Santander. He visto una y otra vez el vídeo y, si les digo lo que pienso, no acabo de entender cómo pudo estar Neira al borde de la muerte por el ataque de Puerta. ¿No pudo Neira ser objeto de una negligencia hospitalaria? ¿No pudo Neira llevar solapada otra enfermedad? En cualquier caso, unos y otros, Neira, Puerta y Santander se sentarán en el banquillo, uno como agredido, otro como agresor y la señora Santander como presunta víctima del atropello. Puerta, supongo, recibirá a partir de ahora ofertas millonarias para que cuente en las televisiones vida y milagros; la señora Santander y parte de su familia ya ha salido una y otra vez ante las cámaras; y, también, Neira. Este señor, Neira, aprovecha el programa “El gato al agua”, en Intereconomía, para poner de vuelta y media al Gobierno de España, como también lo hacen Mario Conde, Federico Quevedo, Enrique de Diego, Juan Viladrich y un rabo de tipos de distinto jaez que ponen sobre la mesa cada noche argumentos rancios en torno a una copa de vino que casi nunca acaban; y que, en su conjunto, componen un corifeo al mando de Antonio Jiménez. Neira, además de con Puerta, está enfadado con el mundo. No con el del señor de los tirantes, que lo adoran como si fuera la Biblia, sino con el otro, donde habitamos. En fin, el último que apague la luz.

lunes, 22 de febrero de 2010

Las apuestas de Aguirre

Esperanza Aguirre apuesta por un Gobierno de concentración PSOE-PP para intentar salir del agujero patrio hasta que se convoquen los nuevos comicios. Aguirre sugiere para ese Ejecutivo la entrada en Economía y en Trabajo de Javier Arenas y de Cristóbal Montoro, respectivamente. Qué pasa, ¿que Javier Arenas no lo tiene claro en los comicios de Andalucía? ¡Pero si iba a arrasar! Por otro lado, Montoro, el hombre fuerte de Rodrigo Rato, ¿a quién beneficiaría? A mí lo que me sorprende es que Aguirre no desee colocar a ambos genios de la política en la mesa del Consejo de Ministro para que defiendan las carteras de Educación y de Sanidad. Arenas, en Educación, podría regresar al Plan de 1957; y Montoro, en Sanidad, sería capaz de levantar nuevas leproserías y sanatorios antituberculosos, para sacar a los enfermos a la solana de grandes galerías corridas, tuteladas por monjas de toca con vuelo almidonado. O todo lo contrario, podría facturar a los enfermos a clínicas privadas, cerrando los hospitales públicos y el personal sanitario. El neoliberalismo suele ser contundente cuando se trata de la globalización en el reparto de la pasta. Los pobres que se mueran en casa, donde se han muerto siempre. Para la buena marcha del negocio hay que suprimir las fronteras, pero del capital.

sábado, 20 de febrero de 2010

Con freno y marcha atrás

La prensa de la caverna lleva ya varios días haciendo mofa a cuenta de la ministra Bibiana Aído. La demostrada falta de rigor de ciertos medios a la hora de informar, el despreciable concepto machista contrastado a diario, la carencia de sensibilidad referente a temas serios y la más absoluta ausencia de respeto hacia una ministra del Gobierno de España, no son cosa distinta que rancias fijaciones de nostálgicos de un oscuro pasado que han convertido en su nueva Biblia personal el “blog de Federico” y las peroratas insufribles de Pío Moa. Por otro lado, la preocupación obsesiva de la Conferencia Episcopal por la nueva Ley del Aborto, y las risotadas extemporáneas y los ultrajantes comentarios de ciertos tertulianos de radio, que se las “llevan crudas” por dar palos de ciego respecto al llamado “Mapa de Inervación de excitación sexual en Clítoris y Labios Menores; aplicación en Genitoplastia”, o al texto sobre “Reparaciones europeas contemporáneas. Memoria de la esclavitud: esclavas negro-africanas y españolas abolicionistas (Siglos XVI al XIX)”, ponen de manifiesto de qué grosor es el corcho de sus cerebros. En lo referente al “Mapa de Inervación...”, Ignacio Escolar, en el diario Público, comentaba ayer viernes lo siguiente: “No es un mapamundi del clítoris cartografiado por Ozores y Esteso. Se trata de una investigación médica sobre tejidos que está orientada a la genitoplastia, un tipo de operación quirúrgica que sirve, entre otras cosas, para que las mujeres que han sufrido una ablación del clítoris, un cáncer o una mutilación por un problema con la episiotomía en el parto puedan recuperar algo de sensibilidad genital; algo de felicidad y de autoestima”. La prensa de la caverna , la radio de los curas y un ramillete de fascistas recalcitrantes obsesionados con no sé qué revolución pendiente, todos juntos en unión y defendiendo no sabemos qué bandera, se han propuesto conseguir un caldo de cultivo que penetre en el hipotálamo, capaz de modificar el ADN del sector más pusilánime de la sociedad democrática. Ya de paso, demoler con la piqueta ese barrio de El Cabanyal que se llama España y, aprovechando sus escombros, rellenar la depresión del terreno en otro paraje de Gredos o de la Alpujarra. En un nuevo Cuelgamuros, donde los turistas con la piel acangrajada por el sol y con cámara de fotos en bandolera puedan depositar flores en la tumba de Aznar.

viernes, 19 de febrero de 2010

El dedo tieso

Existe una epístola satírica de Francisco de Quevedo dirigida al poderoso Conde-Duque de Olivares, que comienza: “No he de callar, por más que con el dedo,/ ya tocando la boca, o ya la frente, / silencio avises o amenaces miedo”. Esto viene a cuento con la peineta hecha por José María Aznar a unos estudiantes que le abuchearon ayer en la Universidad de Oviedo. Fue un gesto grosero, más propio de un macarra barriobajero que de un ex presidente del Gobierno de España. Fue la respuesta rápida y ofensiva a unos insultos de educandos carentes de principios. Porque, cuando a alguien se le invita a conferenciar, en este caso una Universidad prestigiosa, una de dos: o se asiste al acto de forma cortés o, sencillamente, no se acude. La mejor forma de desprecio es no hacer aprecio. El dedo, cuando se pone tieso en este país, es como para echarse a temblar. Malo si te apuntan con el dedo; peor si te levantan el dedo en un corte de mangas; despreciable cuando te colocan de funcionario a dedo; suspicaz cuando una ministra, la ministra Aído, le indica a las mujeres cómo deben utilizar el dedo para recorrer una parte de su cuerpo; y no añadamos leña al fuego cuando decimos que los huesos de los dedos se llaman falanges, no sé si de las JONS, que entonces ya hay que tocar madera. El que lo ponga en duda, que se lo pregunte a Garzón.

martes, 16 de febrero de 2010

Un doctorado para Serafina

Primero fue a José Antonio Labordeta. Ahora piden un doctorado honoris causa para Emilio Lacambra, el empresario de Casa Emilio, que se retira de los fogones. La Universidad de Zaragoza, aunque no figure entre las cien universidades más importantes del mundo a criterio de no sé muy bien qué autoridades, es una Institución de reconocida solera y digna de mis mayores consideraciones. Labordeta lo ha conseguido al fin. Emilio Lacambra está en lista de espera. Labordeta tuvo una metamorfosis complicada, como las de los insectos, pasando de la Falange, (donde conoció a su mujer Juana de Grandes, sobrina del general Muñoz Grandes) a Izquierda Unida y, posteriormente, a Chunta Aragonesista, por donde fue diputado en dos legislaturas. En Casa Emilio se reunían a comer camioneros, viajeros del tren, viajantes de comercio, plumillas de “Andalán” y militantes del Partido Socialista Aragonés. Emilio Lacambra, nieto del fundador en 1939 de la famosa casa de comidas, maneja el bacalao al ajo arriero y el ternasco al horno con destreza. Se inauguró el mismo año que otro restorán de reputación situado en la calle Libertad. Me refiero a Casa Pascualillo, donde Guillermo Vela, marinero en tierra, se las pinta solo cuando le solicitas unas cigalas de campo, o sea, unos ajetes a la plancha. A Guillermo Vela también habría que ponerlo en lista de espera para eso de los doctorados. Pero no cerraría página sin solicitar a don Manuel José López Pérez, actual Rector Magnífico, otro doctorado para Serafina, la cerillera de El Tubo que sabe de fríos y calores, siempre apostada en una silla de tijera junto a la puerta de Casa Colás, en la calle de los Mártires, otro restorán, éste fundado en l927 y regentado por Angel Colás, ya en su tercera generación. De Serafina no conozco su apellido ni falta que me hace. Serafina observa cuanto transcurre y lleva en su cabeza las fisonomías de los tipos que se arrimaban por El Plata en sesiones de tarde y noche, antes de que El Plata fuese remodelado al gusto del cineasta Bigas Luna. Serafina ofrece genuino tabaco rubio americano, ahora que está tan denostado eso de echar humo. Y la cajetilla la entrega en mano, con desenvoltura de expendedora de postín, como si se tratara de largar una entrada en buena fila para el Cine Palafox, donde proyectaran “Tomates verdes fritos” en sesión contínua. Serafina, la cerillera de El Tubo, merece un doctorado honoris causa por haber soportado durante tantos años, ya he perdido la cuenta, las rachas de cierzo desguarnecida. Sin quejarse siquiera.

domingo, 14 de febrero de 2010

Aladino Díaz Ferrán

Ahora asoma Díaz Ferrán por la SER y apunta que “ni siquiera una reforma laboral servirá para crear puestos de trabajo”. El nigromante presidente de la CEOE propone, más o menos, que el ICO conceda préstamos a las pymes, a través de las consejerías de las comunidades autónomas, a interés cero. O sea, lo que Díaz Ferrán anhela es que, por un lado, a los trabajadores se les pueda echar a la puta calle sin un ochavo y que el patrono pueda recibir el maná de los créditos estatales por mor de la afición, es decir, por todo el morro. Pero, además, propone la rebaja de cinco puntos en las cotizaciones sociales para las empresas. Y precisamente lo plantea ahora, cuando el Ministerio de Economía se ve obligado a echar mano del fondo para imprevistos, que exige la Ley de Estabilidad Presupuestaria, para cuadrar su plan de austeridad. Lo que Díaz Ferrán ambiciona, supongo, es que se las pongan como a Fernando VII. No me extraña, visto lo visto, que la Patronal quiera conservar a toda costa como jefe de sus filas a este “genio” de la lámpara de Aladino. Menos mal que ya ha dejado claro este prócer patrio que los empresarios nunca han pretendido el despido libre, sino acuerdos de "entrada y salida del mercado de trabajo". No se llama leche, sino caldo de teta. Díaz Ferrán prefiere –y así lo señala-- que se eliminen los contratos temporales, “por ser dañinos” para empresarios y trabajadores. En fin, ignoro si Díaz Ferrán estará presente en el Museo de Cera de Madrid, junto a José María Cuevas, Emilio Botín, Juan Abelló, o el conde de Romanones, que tampoco sé si habitan en ese barracón de feria. Pero, de ser así, confío en que pronto lo veamos salir en patinete hacia el mismo pudridero en el que ahora se encuentra Jaime Marichalar, esa “sota degradada” en palabras de David Gistau. A la estatua de Marichalar se la llevaron al centro de reciclaje de residuos sólidos, o al almacén de maniquíes del Corte Inglés para ponerle un macferlán, aprovechando la época de rebajas, y exponerlo en la sección de caballeros; a Díaz Ferran, en el supuesto de que tuviese estatua de cera, habría que facturarle a gastos pagados hasta la Plaza Mayor de Madrid y ubicarlo más galán que Mingo, no en el pedestal que ocupa la estatua ecuestre de Felipe III, sino en la parte superior centrada de la Casa de la Panadería, donde se encuentra labrado en piedra un blasón con las armas de Carlos II. Díaz Ferrán nos quita el pan, pero de momento nos deja el circo.

viernes, 12 de febrero de 2010

El Rey sale a escena

El Rey reina, pero no gobierna. Me parece plausible que en su condición de Jefe del Estado sienta cierta preocupación por la existencia en nuestro país de más de cuatro millones de trabajadores en paro, de la misma manera que entiendo su zozobra por nuestro endeudamiento económico, y su inquietud por la falta de entendimiento para llegar a los acuerdos necesarios entre Gobierno y Oposición, y sobre la necesidad de reformar las pensiones de jubilación mediante un nuevo Pacto de Toledo. Hasta aquí, nada que objetar. Pero, de eso, a hacer nuestras las estimaciones del diario ABC respecto a la figura del Monarca, hay un trecho. Según el diario ABC, de fecha hoy, Juan Carlos de Borbón es la máquina principal de nuestro devenir cotidiano. Así, A.Lecuna, bajo la entradilla “El Rey es el motor del pacto contra la crisis”, comenta lo siguiente: “Si hace tres décadas el Rey fue el «motor del cambio» hacia la democracia; en estos momentos, Don Juan Carlos está siendo el «motor del pacto» para sacar a España de la crisis económica. Y es que el Monarca ha intensificado en las últimas horas «sus contactos con los representantes del mundo económico, financiero, empresarial y laboral dadas las graves consecuencias de la crisis económica en nuestro país, especialmente en términos de destrucción de empleo», según informó esta mañana el Palacio de La Zarzuela”.

Por ahí no paso. El Palacio de la Zarzuela podrá lanzar a los medios los mensajes que considere oportunos. Es parte del mercadeo institucional. Es cierto que, en el día de hoy, el Rey ha recibido a los representantes de UGT y de Comisiones Obreras, y que ayer se entrevistó con Elena Salgado y con Miguel Blesa. Sin embargo, aún respetando la turbación del Jefe del Estado por la preocupante situación de España, debo aclarar lo siguiente: 1) Hace tres décadas, pese a lo señalado por Lecuna, no fue el Rey el “motor del cambio”en España, sino que el motor, la caja de cambios, el cigüeñal y hasta la tapa del delco, fue obra de una inmensa mayoría de españoles harta de los horrores de una dictadura que querían dejar atrás, aunando fuerzas y mediante consenso. Como apunte, el Rey se benefició de una Constitución que “metía de rondón” el tema de la Monarquía, donde se ratificaba que España era un Reino. Juan Carlos de Borbón sabe que, hasta entonces, los derechos dinásticos los ostentaba su padre, Juan de Borbón, y que el actual Rey había sido puesto “a dedo” por Francisco Franco para dejarlo todo “atado y bien atado”. O sea, para que existiese un continuismo fundado en los Principios Fundamentales del Movimiento y que, Juan Carlos I, siendo Príncipe de España, juró defender. La Constitución, digo, ratificó algo frágil, sólo hilvanado con alfileres; y, 2) Juan Carlos de Borbón, pese a lo que afirma el diario ABC, no está siendo ahora el “motor del pacto contra la crisis”. Ni mucho menos. No puedo aceptar que el Rey actúe ahora por incapacidad de Rodríguez Zapatero. Lo que sucede, a mi entender, es algo distinto. Los españoles están empezando a sentirse “incómodos” ante la ineficacia para que Gobierno, Patronal y Empresarios se sienten a una mesa de negociación; ven peligrar sus puestos de trabajo, el pago de sus hipotecas, sus jubilaciones, y todo aquello que hasta hace poco tiempo formaba parte del llamado “Estado de bienestar”.

El Gobierno, ahora, se siente incapaz de resolver de forma satisfactoria el problema creado en España con el control de la inmigración, otrora necesaria paras crear riqueza; la Patronal está en manos de la persona menos adecuada para representarla; la Banca, asistida en buena medida por el Gobierno para superar baches derivados de su patológica avaricia, continúa sin prestar ayuda a pequeños empresarios, a pesar de sus descomunales beneficios; la deuda pública contraída por el Estado está alcanzando cotas de libro; España y Grecia son a día de hoy los únicos países de la Eurozona en recesión; las cárceles rebosan y la Justicia se encuentra encerrada en un callejón sin salida; los miembros del Tribunal Constitucional están divididos en dos bandos irreconciliables; las Comunidades Autónomas, gobernadas por vergonzosos reyezuelos, gastan sin orden; el Tribunal de Cuentas está rebasado; los problemas derivados de la amenaza de secesión del País Vasco y de Cataluña continúan presentes; y, finalmente, los Cuerpos de la Guardia Civil y de la Policía Nacional se consideran mal pagados y, a mi entender, se percibe su malestar ante lo que parece un claro agravio comparativo con respecto a las policías locales gobernadas por los ayuntamientos y Comunidades Autónomas. Ante este negro panorama, parece normal que los consejeros de la Casa Real hayan hecho saber al Monarca la necesidad de que éste “salga a escena” hoy mejor que mañana, para que, tanto el pueblo llano, ese que sufre las consecuencias directas de una nefasta administración, como la Prensa, perciban de alguna manera la preocupación del Rey ante el siniestro panorama español, que no lleva visos de mejorar. La Monarquía es una flor a la que hay que regar todos los días para que no se marchite. El Rey es inteligente y sabe cómo llevar al toro con el capote bajo al medio de la plaza. Cuando el torero se sale del cuadro, aparece el fantasma de Granero. De la misma manera, cuando el pueblo se pone las pilas, aparece la figura de Alfonso XIII, su augusto abuelo, acomodado en un Dusemberg J y camino de Cartagena.

jueves, 11 de febrero de 2010

No hay más cera que la que arde

A Jaime Marichalar se lo han llevado a hombros del madrileño Museo de Cera. Primero estuvo junto a la Familia Real; cuando llegó el “cese temporal” de relaciones con la infanta Elena, lo alejaron hasta el sector taurino y lo apostaron en la barrera del burladero de una ficticia plaza de toros; ahora, con el divorcio, ha ido camino del desolladero regio para que devuelva el traje y los zapatos, le quiten la cera y se puedan hacer cirios a la Virgen de los Ojos Grandes, que es la patrona de Lugo. En sólo días, la foto de Jaime Marichalar ha desaparecido de la web oficial de la Casa Real, se ha quedado sin guardaespaldas y ha perdido el título nobiliario de Duque de Lugo consorte. Daba desazón observar esta mañana cómo lo sacaban por la puerta del museo, como un torero herido y con el brazo arqueado, como tapándose el rostro de los rigores del sol de la andanada. ¡Pero hombre, si el Museo de Cera encierra hasta la figura de Frankenstein! Bien pensado, como no hay mal que por bien no venga, su nuevo acomodo podría venir al pelo presidiendo el sector de la Patronal, si tenemos en cuenta su formación académica orientada hacia el campo de la Economía, en la especialidad de Gestión de Empresa y Marketing. Con Díaz Ferrán no hay forma de llegar a acuerdos serios. En cambio, con el sosegado maniquí de Marichalar, frente a Cándido Méndez y a Fernández Toxo, y estando el ministro Corbacho de anfitrión, no cabe duda de que los resultados a obtener pueden ser de gran importancia para la buena marcha de este país. Sabido es que Corbacho con los sindicatos mayoritarios se entiende a las mil maravillas, y lo menos que se le puede pedir a una estatua de cera es que no se mueva. O sea, creo que vamos por el buen camino.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Hirsutismo

La noticia de Gulf News era lacónica: “Un embajador árabe ha cancelado su boda tras descubrir que su prometida, que lleva velo, tiene barba y es bizca. El hombre sólo se había encontrado con ella unas cuantas veces, en las que ella había escondido su rostro tras un niqab”. Igual es que al árabe en cuestión le habían presentado a un guardiacivil en traje de correría, con capa, tricornio, barbuquejo y cogotera, que también tiene su yu-yu, o a una carmelita descalza, de esas que tampoco se depilan por tener a su consorte en la diáspora, o sea, en el Cielo. En cualquier caso, eso de que las mujeres musulmanas deban esconder el pelo de la cabeza y el rostro bajo un tejido tupido, está fuera del tiempo, llámese nikab, hijab, chador o burka. El niqab es el hijab llevado al extremo, el que llevan las musulmanas suníes, consistente en un velo que sólo deja sin tapar los ojos. El hijab lo llevan las musulmanas chiíes y cubre el cabello y el cuello. El chador es un velo negro, que tapa cabello y cuello y llega hasta los pies; y el burka cubre a la mujer de pies a cabeza, dejando una rejilla a la altura de los ojos para que se pueda respirar. Gregorio Marañón, en uno de sus ensayos, aclaraba la causa por la que las monjas católicas se tapaban el pelo mediante una toca. Era, según él, por una razón sexual, para evitar el deseo. Las musulmanas se tapan porque el pelo es para los musulmanes belleza, y la belleza la mujer solo la puede mostrar en su casa, con sus familiares cercanos, mostrar su belleza en la calle es pecado, esta mal visto. En el caso de las mujeres judías, taparse con una kipa es una forma de expresar su sumisión a Dios. En la cultura católica, el velo para entrar en las iglesias desapareció con el Concilio Vaticano II, o sea, hace muy poco tiempo. Las monjas católicas, en Occidente, todavía utilizan algo muy parecido al hijab y nadie se sorprende. Vamos, que al embajador árabe deberían haberle presentado una estampita del cuadro “La mujer barbuda”, que se encuentra en el Museo Tavera, en Toledo, donde se muestra un caso severo de virilización e hirsutismo en la persona de Magdalena Ventura de los Abruzos. El duque de Alcalá, virrey de Nápoles, encargó a Ribera pintar a esta mujer, que aparece en el lienzo junto a su marido con un pecho fuera y un niño en brazos. Sin duda, tiene su morbo.
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martes, 9 de febrero de 2010

Sobre lenguas y jerigonzas

José Antonio Vera, en La Razón, cuenta que “el presidente del Gobierno debería no sólo saber inglés y francés, sino tener nociones mínimas de catalán y gallego-portugués, las otras dos lenguas importantes de España y la península, como hacen el Rey y el Príncipe”. ¡Chupa del frasco, Carrasco! Hombre, ciertamente existen unos prontuarios muy interesantes para hablar inglés en quince días. Con el epítome referido y un diccionario inglés-Español “Mikrón”, de Editorial Mayfe, que es del tamaño de una tableta de chocolate, se puede saludar a los presentes en un acto pomposo, como lo fue el “Desayuno de Oración”, y luego decir aquello de “no explotarás al jornalero pobre...” del Deuteronomio en arameo, que queda mucho más apocalíptico. Vamos, que se puede elevar el corazón a Dios y pedirle mercedes, que es lo que el catecismo Astete señalaba referido a la oración en mis tiempos escolares, pero lo que no se puede demandar es que Rodríguez Zapatero empolle inglés, francés, catalán y gallego-portugués que, si les digo la verdad, no sé muy bien en qué consiste. Yo no sé cómo dirá un lusitánico eso de “zapato costa dineiro,/ dineiro costa ganar”, o de qué manera declamará a Rosalía: “Daquelas que cantan ás pombas i ás frores/ todos din que teñen alma de muller;/ pois eu que non as canto, Virxe da Paloma,/ ¡Ai!, ¿de qué a teréi? Aznar ya sabe inglés, lo que pasa es que no se le entiende. También habla catalán en la intimidad. El francés no lo conoce bien. Es una jerga con la que se comunican los felipistas del Sector Renovado desde Suresnes, en 1974, y que sólo se escribe en las cartas de vinos de los restoranes de pisto. El galaico-portugués debe ser esa jerigonza que manejan los afiladores de Los Ancares. Tanto el Rey como el Príncipe saben varios idiomas y leen lo que les pongan por delante porque les escriben unos alegatos, que son siempre cortados por el mismo patrón, que lo mismo valen para un roto que para un descosido. Pero una cosa es la Jefatura del Estado y otra, muy distinta, la Presidencia del Gobierno. Al presidente Rodríguez Zapatero se le puede exigir que gobierne y que gobierne bien, de ninguna manera que sepa idiomas. ¿ Acaso sabe castellano el embajador norteamericano Salomont? Me consta que no. Y, que yo sepa, ningún plumilla de la caverna se lo tiene en cuenta. Ya veremos lo que acontece cuando llegue Rajoy a La Moncloa en calidad de huésped. De momento ya sabe dónde queda Babia, por sus incesantes desplazamientos. Pero que nadie sufra por el devenir histórico. Como dicen los taurinos: no hay sobrero cojo.

viernes, 5 de febrero de 2010

Homenaje a un hombre bueno

Ayer jueves, el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza latía a toda velocidad, como el corazón de un mozalbete en pleno partido de fútbol. No exagero si confirmo que estaba a rebosar. El eje central del encuentro era un homenaje póstumo a Tomás Pollán, hombre admirable, profesor magnífico y amigo de sus amigos. No diré nada más. En el libro que nos fue entregado a la entrada quedó explicado todo lo que yo, modesto columnista, no atinaría a expresar de forma más gráfica. Pero, al margen de mis limitaciones, sí dispongo de memoria, entendimiento y voluntad, que son las tres potencias del alma, para traer a colación a cierta prensa local, desvalijada de retentiva, dura de alcances y exenta de arrestos que, curiosamente, a lo largo de sus 72 páginas, que son las que componen el número de hoy, no ha tomado en consideración incrustar ni una línea elogiosa de referencia al recuerdo de quien fuese vicerrector de Coordinación de Centros en tiempos de Vicente Camarena. Tal periódico local, que dice ser “diario independiente”, ahora, y “diario de la mañana”, en tiempos de Franco, y que tuvo hasta junio de 2008 como director a un catedrático del Área de Historia Antigua, demuestra ser muy selectivo con las noticias que se producen cada día en nuestro Territorio. En la página dos, curiosamente, se cuenta que a Rafael Tejedor, presidente de la Asociación de Vecinos del Barrio de Arrabal, le tienen que operar de varices. De paso, añaden una foto del abatido doliente sentado sobre un cajón, con jersey de rombos y semblante de circunstancias. Eso sí, ese “exquisito” diario, el más antiguo de la región aragonesa, no hace ascos a la hora de anunciar “contactos” de este tenor: “madre soltera se ofrece por poco dinero”. En fin, para qué seguir. La pela es la pela, como se dice en Cataluña. Hago votos para que el señor Tejedor salga del quirófano con su problema solucionado. Que determinada prensa local se limite a contar lo que realmente sucede en Zaragoza dentro del ámbito universitario se me antoja de difícil manejo. Al menos, a mí así me lo parece.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Utrera

Ayer se quejaba José Utrera Molina en el diario ABC de que quiten una estatua de Millán Astray en La Coruña. Utrera, el suegro de Ruiz Gallardón, además de haber sido gobernador civil de Ciudad Real, de Burgos y de Sevilla, subsecretario de Trabajo, ministro de la Vivienda y ministro Secretario General del Movimiento, resulta que es cabo honorario de la Legión. El autor de “Sin cambiar de bandera” es un hombre sorprendente. En junio de 2008 le hicieron una amplia entrevista en Periodista Digital, aclarando al reportero: “Franco nunca fue totalitario, yo soy testigo”. Utrera, que en su día votó “no” a la Ley de la Reforma Política, y que fue despojado hace poco tiempo del título de Hijo Predilecto de Málaga, (de conformidad con la Ley de la Memoria Histórica), escribía ayer, coincidiendo con la festividad de la Candelaria, bajo el título “¡A mí la Legión!”, un encendido artículo en defensa de Millán, donde hacía referencia al “heroísmo sin límite de un soldado español”, para un poco más abajo del artículo, dolerse de “este asesinato de nuestras tradiciones, esa labor que pisotea la sangre de nuestros muertos, la señal de nuestros heridos, el holocausto de tantos y tantos soldados anónimos que dieron su vida porque España pudiera tener en la Historia un sitio de insobornable dignidad”, para terminar con este estrambótico desenlace: “Hace unos años, la Legión española me distinguió con la única condecoración que verdaderamente he ostentado durante todos estos años con pleno orgullo, al nombrarme cabo honorario. Hago honor a esta distinción y saludo ante su tumba con gesto legionario a quien ha sido un héroe excepcional y un ejemplo para las futuras generaciones. Al grito legionario ¡a mí la Legión!, acudo. Aquí estoy, mi general.” Confieso que, al leer detenidamente tal arenga proveniente de la boca de un cabo legionario, he sentido como un temblor dentro del cuerpo. He entrado, por decirlo de alguna manera, en un éxtasis patriótico semejante a la mudanza física que sentía Teresa de Ávila cuando decía aquello de “muero porque no muero”. Confío en que a su muerte, cuya vida guarde Dios muchos años, le sea extraído del cuerpo uno de sus brazos, se meta en formol y se pasee por todos los pueblos de España en olor de multitud, donde se rinda bandera, se toquen cornetines de órdenes y se cante el Himno de la Legión a este novio de la Muerte.

martes, 2 de febrero de 2010

Mejor no jubilarse

Esto de las jubilaciones a los 67 años es bueno y malo a la vez. Mi abuelo materno se jubiló a los 70 sin ningún trauma. Sin embargo, mi abuelo paterno dejó La Habana con cuarenta y pocos años, volvió a España y vivió alegre y contento de las rentas hasta que Fidel Castro le cerró el grifo de las divisas. Mi abuelo materno trabajaba en el Banco de España. Mi abuelo paterno se sentaba todas las mañanas en el vestíbulo del banco de la esquina, en el que tenía depositados sus ahorros, junto a unos indianos con traje de rayadillo, para charlar un buen rato sobre los recuerdos de Cuba. Eran dos formas diferentes de entender la vida. Si les digo la verdad, no sé cuál de ellos fue más feliz, si uno trabajando en el despacho, o el otro recordando el Malecón, los almacenes El Encanto y La Casa de la Troya y los mojitos de La Bodeguita del Medio. Jubilarse a los 67 años le permite al futuro cesante poder dedicar menos tiempo a ver obras municipales, a ponerse el chándal para ir al parque a jugar a la petanca, o a viajar con el Imserso en temporada baja a Mar Menor, en Murcia. Si no se contemplan obras municipales con ruido de compresor, lo gana el oído; si no se puede jugar a la petanca, mejor que mejor, que es deporte raro y que sólo gusta a los franceses; y, si no se puede viajar con el Imserso, seguro que evitaremos que en los descansos, a la hora de la siesta, nos inviten a comprar mantas zamoranas o sartenes donde no se pega la tortilla de patata. La jubilación, que viene de júbilo, puede llegar a convertirse en un coñazo diario. La nuera te anima a que salgas a orearte para que ella pueda limpiar; los compañeros de banco del parque te dan la monserga con sus achaques y con el precio de los pisos; los ciclistas te pasan rozando a toda velocidad por las aceras; y, por si ello fuera poco, siempre te toca quedarte con los nietos cuando sus padres se largan de sábado noche. Si les digo la verdad, la jubilación hay que retrasarla hasta que el cuerpo nos descalifique. Más vale que la muerte nos pille con las botas puestas y el casco protector sobre el colodrillo antes que tener que oficiar de canguro cada fin de semana.

lunes, 1 de febrero de 2010

Ahogados en la desesperanza

Leo en la prensa local de Zaragoza que “la Denominación de Origen Jamón de Teruel impulsará una campaña de promoción, a lo largo de este año, para aumentar el consumo de este producto, en un momento en el que la crisis económica ha afectado también al sector porcino”. Hombre, personalmente consumiría más jamón y más solomillo de ternera si el Gobierno me hubiera dejado algo de parné en el bolsillo. Pero resulta que desde el pasado mes de enero cobro menos en mi nómina, al haber desaparecido la deducción de los 400 euros en el IRPF. No es que diese para echar mucha pierna, pero menos da un abrojo. Ahora lo que toca es esperar a mitad de año, cuando aumenten el IVA en las facturas. Todo lo que va mal es susceptible de poderse empeorar. Al final, de seguir las cosas por estos derroteros, no sólo no podré comer jamón de Teruel, sino que me quedaré más engurruñido que la espina de santa Lucía, o que la hoja de culantrillo. La economía del español actual se mide por las visitas que muchos ciudadanos, incluidos hasta hace poco dentro de la clase media, realizan a los mostradores de Cáritas y por el número creciente de vecinos, paisanos con el subsidio agotado e inmigrantes desesperados, que rebuscan todas las noches en los cubos de basura. A toda esa gente le traerá al pairo, supongo, el cierre de El Bulli, la menestra en texturas, la tortilla de patatas deconstruida , las ostras con aire de zanahoria, el falso caviar de melón, el tuétano con caviar y los diferentes nitro coulants utilizando nitrógeno líquido. Algunos sinvergüenzas nos han robado la cartera y ahora pretenden ahogarnos en la desesperanza.