miércoles, 31 de marzo de 2010

Hoy, sin ir más lejos

Los casos de pederastia en el ámbito del clero ahí están, en las hemerotecas, para vergüenza de un hatajo de degenerados y de las altas jerarquías de la Iglesia Católica que, ante semejantes atropellos a la dignidad humana, siempre se limitaron a mirar para otro lado. Estos días están apareciendo en el apartado “cartas al director” de la prensa española distintos testimonios de personas que, siendo niños, sufrieron abusos en diversos colegios tutelados por frailes. En su día, nadie, ni padres ni alumnos, se atrevieron a denunciar esos atropellos por dos motivos principales. En primer lugar, no les hubiesen creído; y, en segundo, tampoco estaban en condiciones de enfrentarse a aquellos que tenían “la sartén por el mango” dentro de un Estado nacional-católico en el que Franco estaba en posesión del brazo de santa Teresa, robado en 1937 del convento carmelita de Ronda, hasta su muerte; en un tiempo en el que el sátrapa entraba en las iglesias bajo palio; en una España doliente donde su Caudillo había sigo proyectado como santo cruzado confiado en la misión de Dios ( en palabras de Paul Preston), como quedó demostrado con la imposición de la Orden Suprema de Cristo por el cardenal Enrique Pla y Deniel.

Hoy, sin ir más lejos, leo en la prensa diaria que un cura borracho se lió a bofetadas con el amigo de un hijo de la difunta en el funeral que debía oficiar. Semejante astracanada, sucedida el pasado martes en Muret, en el sur de Francia, pone de manifiesto cómo anda el aceite del candil de la clarecía. Pero el arzobispo, en vez de suspenderle “a divinis”, que hubiera sido lo normal en estos casos, se limitó a mandar un comunicado pidiendo perdón a la familia y asegurando que tomará todas las medidas necesarias para que el párroco se pueda "liberar de su adicción al alcohol". Hombre, está bien que ese clérigo con hechuras de chulo de barrio asista a unas sesiones de terapia de grupo; pero, además de ello, espero que le administren una camisa de fuerza y que pague de su bolsillo las costas derivadas de un juicio de faltas. Y si no puede oficiar la misa con vino, que le eche al cáliz nada con sifón. Habrá que calmarle, digo yo, antes de que se produzca el siguiente entierro en ese pueblo francés. Con sus antecedentes nunca se sabe. Hasta podría dar matarile a una desconsolada viuda de un escopetazo.

lunes, 29 de marzo de 2010

Un ensayo miserable

Neira, el recién nombrado por Esperanza Aguirre presidente del Consejo Asesor del Observatorio Regional de Violencia de Género, señala a los medios que piensa sacarse una licencia de armas. Este profesor, convertido en su día en valiente ciudadano por su defensa a Violeta Santander, ha escrito en un reciente ensayo que “los socialistas y los nacionalistas debería ser ilegalizados por ser enemigos de la democracia”. Este contertulio de “El gato al agua”, que dice estar enfermo para declarar en los juzgados, pero que no lo está para despotricar sobre todo lo que se mueve en la Piel de Toro, ha plasmado en el negro sobre blanco que “Felipe González es una bestia” y que “la Constitución es una anormalidad democrática”. Este miserable ciudadano, que se abochorna de ser español, al referirse a los diputados se ha soltado la pluma y ha indicado que son “candidatos sin profesión y sin columna vertebral para ejercer mejor la posición Lewinsky”, etcétera. Da vergüenza continuar. La editorial Temas de Hoy, del Grupo Planeta, no debería haber consentido la publicación del ensayo “España sin Democracia”. De cualquier modo, el hecho de haber puesto en circulación esa ordinariez, o cualquier otro descomedimiento, a lo largo de 496 páginas, demuestra a las claras que en España, diga lo que diga Jesús Neira, existe libertad de expresión; y que “esa anormalidad democrática llamada Constitución”, como él señala, le ampara en su artículo 20. Jesús Neira ya supera en torpezas a Pío Moa y a Hermann Tesch, otros que tal bailan. Por mí le pueden conceder el trofeo de “el gato” todas las semanas. Y, ¿por qué no?, también pueden darle lo que le dieron a Frasquito, y que me perdonen los lectores la intemperancia.

viernes, 26 de marzo de 2010

Necesario respeto

Hará cosa de un mes, en el Aula Magna del Paraninfo de la Universidad de Zaragoza descubrí en la parte central de una tribuna, o de un ambón, una mosca de unos doce centímetros de larga labrada sobre la madera. Era de color oro y muy parecida a la que yo conservo en casa junto a un quinqué, sobre una mesita de faldillas. Y, sin saber por qué razón, me vino a la cabeza el concepto de mosca cojonera, de ese díptero del suborden braquícero que aposentado en las superficies menos protegidas por la piel y de forma continua molestaba a las caballerías. En sentido figurado, la he relacionado con Alfonso Ussía, en La Razón, donde hoy señalaba en su artículo “El mapa” que “doña Bibiana Aído, la científica de Alcalá de los Gazules, nos ha anunciado la última ocurrencia de esa gente tan rara. La urgente creación del mapa del clítoris. Se presenta como un avance cultural. Del mapamundi al mapachichi.”. La he relacionado, además, con Enrique Arias Vega, que en Periodista Digital, descubría que “el mayor servicio que podría prestar Bibiana Aído a este país es retirarse y llevarse a casa, de paso, su prescindible ministerio entero”. Etcétera. Prefiero no seguir. Existe una obsesión morbosa desde las filas de la Derecha hacia la ministra de Igualdad. Hasta Matías Vallés, en El Correo de Zamora, comentaba, refiriéndose a la ministra, que “instalada en el Gobierno como desafío a las masas, Aído encadena una provocación semanal”. En fin, en España la mujer continúa siendo un juguete roto. Ya apuntaba Escrivá de Balaguer, en Camino, que “casarse sólo es para la clase de tropa”. Y una sentencia popular estampillaba que “la mujer casada, con la pata quebrada y en casa”. En estas condiciones, acreditada la inclinación machista dominante, los demócratas, que conceptuamos la igualdad de sexos en derechos y obligaciones como algo sagrado, precisamos que España cuente con una ministra de Igualdad que ponga orden en las cosas. Al menos, el tiempo necesario, es decir, hasta que se desprenda definitivamente esa rancia costra de falta de respeto de género que algunos llevan cincelada a fuego.

martes, 23 de marzo de 2010

A vueltas con la matraca

Hoy mismo, cuando Rodríguez Zapatero se reunía con Nicolás Sarkozy en París, en el funeral por Jean-Serge Nérin, asesinado por ETA, aparecen en la escena política unos desafortunados comentarios de Mayor Oreja señalando que el PSOE podría ganar los próximos comicios con la merced del grupo terrorista vasco. Y en la COPE, a eso de las cuatro de la tarde, Cristina López Schlichting empieza a darle a la matraca junto a Los Tres de Castilla: Isabel San Sebastián, Gustavo Villapalos y Miguel Angel Rodríguez. Mayor Oreja ha puesto la semilla, el corifeo de la cadena de la Conferencia Episcopal ha regado el huerto y ahora esperan todos juntos en unión a que se difunda por la rosa de los vientos una insensatez mil veces repetida, con la insana intención de que se transforme en bueno aquello que mantenía Goebbels. El 11 de marzo de 2004 ya intentaron los de la caverna atribuir el desastre de los trenes a ETA. Y un diario de Madrid ha estado manteniendo una postura proterva durante seis años, hasta producir cansancio en el lector. Para ese diario, cuya cabecera está en la mente de todos los demócratas y que no nombraré aunque me aspen, el triunfo del PSOE de días después fue consecuencia directa de un contubernio internacional, de la desgracia acaecida y de una serie de factores ocultos coadyuvantes como para echarse a temblar. Ahora, cuando faltan apenas dos años para que los ciudadanos acudamos a las urnas, aparece en escena este sabio Kalikatres para intentar confundir a unos ciudadanos hartos de vivir en precario y abrumados por la crisis económica. Y la caverna, por mor de la afición de unos nostálgicos irredentos, venga a darle a la matraca. Y la Conferencia Episcopal campando por sus fueros. Como si fueran soldados de otra guerra.

lunes, 22 de marzo de 2010

Degenerados

La Iglesia Católica no está pasando por sus mejores momentos. Primero fueron los casos de pedofilia por parte de los funcionarios del Cielo, como diría Cela. Benedicto XVI ha pedido perdón, parece ser, por los abusos de los pederastas irlandeses. Al Obispo de Roma habría que preguntarle por los otros, quiero decir, por los degenerados integrales de alzacuellos que habitan en Francia, Portugal, España, etcétera. Está bien que el Papa los perdone pero, además de ese para mí dudoso perdón, deben ser apartados de la sociedad e ingresar en presidio por sus ominosas prácticas. Y cuando digo presidio, no me estoy refiriendo a la cárcel de Zamora, que era el lugar donde Franco enviaba a los clérigos por su desafección al Régimen. Me importa un rábano si el Papa pide ahora al cardenal Sean Brady que lea su carta “con corazón abierto y espíritu de fe”. Hoy, sin ir más lejos, leo en la prensa que “un hombre de 34 años ha sido detenido por la Policía Municipal de Bilbao acusado de haber agredido, presuntamente, a su esposa por haberse negado a acompañarle a la iglesia para asistir a la misa dominical”. James Atkinson nos recuerda en un libro sin pizca de desperdicio que, en su día, Lutero se enfrentó con un problema serio. Él pretendió establecer unos acuerdos con la Iglesia basados en sus principios evangélicos elementales de justificación por la fe, pero sabía que pocos eran los que estaban dispuestos a ello. Lutero fue excomulgado por León X y punto final. Sabido es que la Iglesia Católica prefiere el cisma a la herejía. El caso del bilbaíno en cuestión no afecta a ninguna de esas dos cuestiones. Pegó una tunda de palos a su mujer por negarse a ir a misa. Como en la letra del tango: “la maté porque era mía”. Ahora se enfrenta a la Justicia por delito de violencia de género, de acuerdo con la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre. Pero esas cosas, consideradas por la caverna como “de andar por casa”, no impedirán ni a la COPE ni a los que se asoman cada noche en “El gato al agua”, seguir faltando el respeto un día sí y otro también a la ministra Bibiana Aído. ¡Leña al mono, que es de goma!

lunes, 15 de marzo de 2010

Los nuevos "hombres de bien"

No tengo nada en contra del padre de Mariluz, la pobre niña muerta a manos de un psicópata. Juan José Cortés es un hombre sufriente por los acontecimientos pasados. Nada existe peor para un padre que la pérdida de un hijo. Y en ese punto estaremos todos de acuerdo. Sin embargo, Juan José Cortés se ha convertido de un tiempo a esta parte en un contertulio habitual de las cadenas de radio y televisión. Tras la muerte de su hija, Cortés fue recibido en La Moncloa por Rodríguez Zapatero. No hace mucho tiempo, este pastor evangélico de etnia gitana “coqueteó” con el partido político de Rosa Díez. Ahora parece ser que ha sido fichado por el PP como asesor en temas de Justicia y que ya ha acordado con Rajoy que trabajará con el primer partido de la oposición en la reforma del Código Penal, que ha comenzado a tramitarse en el Congreso de los Diputados. En ese sentido, el portavoz del PSOE en la Comisión de Justicia del Congreso, Julio Villarubia, tachó hoy de "demagógico y electoralista" ese fichaje por el PP, al que los socialistas acusan de "usar el dolor" de un padre "en beneficio propio". Personalmente vería aceptable que el PP le incluyese a Juan José Cortés en los puestos delanteros de sus listas de candidatos a la Cámara Baja en los próximos comicios. Y, en el caso de conseguir escaño, que pudiera formar parte de la Comisión a la que actualmente pertenece Villarubia. Pero nombrar asesor del PP para temas de Justicia a una persona que ni es jurista ni está preparado para tal cometido político, se me antoja como un disparate tremendo. A mi entender, Juan José Cortés hubiese podido ser asesor en temas religiosos, si ustedes quieren, dado su supuesto conocimiento de la Biblia y su habilidad en el manejo de la palabra por su condición de predicador evangélico. Pero tampoco serviría. La Conferencia Episcopal y la COPE se opondrían, por pertenecer Cortés a lo que los obispos y “la voz de su amo” entienden que es una secta. Desde las Cortes de Cádiz hasta la fecha, en España ya han existido suficientes reformas del Código Penal; o sea, la de 1822; la de 1848 y 1850; la de 1870; la de 1928; la de 1932; la de 1944 con texto refundido en 1973 y reformas posteriores; y, finalmente, el de 1995, con doce disposiciones Transitorias, una disposición Final, una disposición Derogatoria y siete disposiciones Finales. Dada mi condición de malpensado en temas políticos, y haciendo buena la sentencia popular de “piensa mal y acertarás”, supongo que el posible fichaje de Rajoy, es decir, el señor Cortés, será un arma de futuro, no en su condición de asesor del PP, sino de custodia de Lugo, o de mujer barbuda, como aquella señora de nombre Julia Pastrana que fue una estrella del circo de su tiempo, hirsuta y de rasgos simiescos, que se exponía en los circos para asombro de los espectadores. En cada mitin preelectoral de Rajoy posiblemente aparecerá en escena Juan José Cortés para pedir cadena perpetua para los asesinos de niñas, para los pederastas irredentos y, ya puestos a pedir, también para los carteristas del metro y para los que no vayan a misa los domingos y fiestas de guardar. Y aquellos que ocupen los asientos de las plazas de toros para escuchar soflamas saldrán por la puerta grande tras los mítines con el voto decidido y en la absoluta confianza de formar parte de una casta de españoles considerados como “hombres de bien”.

domingo, 14 de marzo de 2010

Recuerdos

Recuerdo que de niño, cuando mi madre me mandaba al economato para comprar alguna lata de sardinas, de tomate, o de quesitos en porciones, jamás miraba su fecha de caducidad. Tampoco venía impresa. Las latas de conservas se abrían, se comían, aquí paz y luego gloria. Lo mismo sucedía con el aceite a granel, con el salchichón y con la carne de membrillo. En las tiendas de los pueblos, al menos en los de Aragón, siempre había colgado en el techo algún congrio seco en forma de raqueta. Nunca lo compré ni me mandaron que lo adquiriese. Pero algo haría allí colgado aquel pez amojamado además de producir un olor inconfundible en todo el espacio, que se mezclaba con el olor de cáñamo de las alpargatas, con el de la arcilla de los botijos, con el de esparto de las sogas para caballerías, con el de café y con el de las especias. Decían que daba buen sabor a la sopa. El mostrador era de color maleta y el dependiente siempre llevaba puesta una bata de dril, que es un color muy sufrido. Por aquellos años jamás se veían restos de pan esparcidos por el suelo de las calles ni nos preocupábamos por el colesterol ni los triglicéridos. Sobrevivir estaba por encima de todas las cosas. Y en casa, después de comer, mi madre nos suministraba una cucharada de “fercobre fólico” que ayudaba, decía, con el aporte de hierro a estirar el pecho. Por aquellos años lo malo no era enfermar sino que se supiera, teníamos mucho instinto de supervivencia, sabíamos el catecismo de carrerilla, poníamos lazos a los conejos, desvalijábamos huertos con nocturnidad y éramos de buen conformar.

jueves, 11 de marzo de 2010

Reflexión

En su último artículo de opinión en El Plural, Carlos Carnicero aparece como intentando dejar un mensaje que nos vacune contra la desesperanza. Sus palabras me recuerdan las de ese enfermo a quien el médico le acaba de decir que le queda poco tiempo. Así, el serio análisis que efectúa en su trabajo “De la autonomía, la independencia de Pensamiento y la dignidad política”, lo hago mío de principio a fin, de arriba abajo y de izquierda a derecha. “Hemos perdido mucha de nuestra capacidad de independencia –dice—porque la política exige continuamente un alineamiento defensivo. Fuera del paraguas de los dos grandes partidos existe una tierra de nadie, que es un campo de minas, en vez de ser un territorio de reflexión.”, etcétera. Esa reflexión, si ha de ser sincera, debe de estar exenta en todo momento de posicionamientos personales a cualquier precio. Los políticos ya deberían saben defenderse solos a estas alturas de la Democracia sin necesidad de tener que sacar a la calle, o a los micrófonos, un día sí y otro también, batallones de corifeos dóciles, adoctrinados e impasibles al ademán. Por encima del arbotante a la ceja o del apoyo al dedo extendido, el español debe asumir su papel de ciudadano por encima de todas las cosas. Los alineamientos ofensivos, o defensivos, será necesario dejarlos sólo para la beligerancia de las viñetas del abuelo Cebolleta. Es tiempo de reflexión. Pero, también, de salir de este preocupante letargo de silencio mudo generalizado. Si nuestra misión sólo consiste en poder votar cada cuatro años, apaga y vámonos.

martes, 9 de marzo de 2010

Incertidumbre

Tal y como aparece publicado en el BOE, al fin se ha desmilitarizado el uso de las palomas mensajeras, o sea, que como medio de transmisión ha dejado de tener interés para la Defensa Nacional. Esperemos que hagan lo propio con los mulos utilizados para portar armones de artillería por los vericuetos de La Alpujarra y con la cabra de la Legión. Ahora el Gobierno utiliza de paloma mensajera al ministro Celestino Corbacho, que apunta en los micrófonos de Telemadrid que los jóvenes deberían hacerse unos planes de pensiones por si, cuando les llegue la hora de ser cesantes, la paga vitalicia sólo les cubre la compra del chándal, la visera de mercadillo para pasear por los parques, alguna lata de fabada y el aceite de girasol para freír patatas con piel. “¡ Pero decídanse y aprovechen las ofertas, que Bankinter hasta regala una Pod Touch de 8 GB!”. Que el ministro Corbacho haga ese tipo de declaraciones sólo contribuye a aumentar la incertidumbre de quienes no ven el final del túnel. Esto es de locos. ¿Pero cómo puede decirle el ministro de Trabajo a unos jóvenes que no saben qué hacer con su vida, sin trabajo y anclados en la desesperanza, que deben hacerse un plan de pensiones? Primero se les calcula a los muchachos en edad de trabajar que deberán permanecer en el tajo hasta los 67 años; después, que la actual Caja Común sólo aguantará hasta 2025; y un poco más tarde, o sea, ahora, les viene el responsable gubernamental correspondiente con la milonga sobre la necesidad de que vayan pensando en hacerse unos planes de pensiones si pretenden acabar sus días con algo de dignidad. Lo último que se pierde en esta vida es la esperanza. Puede ser. Pero si yo fuera un licenciado de veinticinco años me acordaría todas las noches de su señora madre y del ministro Sebastián y su lámpara de Aladino, esa que nos iban a entregar a todos los españoles en las oficinas de Correos. Esa luminaria que, por cierto, todavía no he recibido. Y pensaría que día llegará, no tardando mucho, en el que se nos prodigará otro vale similar para que pueda ser canjeado por un “bollicao” en la oficina del INEM. Y acabaremos comiéndolo sin mirar tan siquiera su fecha de caducidad. ¡Para qué!

lunes, 8 de marzo de 2010

Juegos de magia

Leo en la página de inicio de El Correo de Zamora que en esa capital de provincia “cada día son más los aficionados a la práctica de los juegos de magia”, y un poco más arriba, en la misma página, que “cada zamorano oculta una media de 4.908 euros en dinero negro, lo que sitúa a la provincia en el tercer lugar de la región en la magnitud de la economía sumergida”. Vamos a ver: la primera obligación de los funcionarios públicos encargados de manejar la Agencia Tributaria, o de los inspectores de Hacienda, por decirlo pronto y claro, consiste en evitar el fraude al Fisco. A nadie se le escapa que faltar a ese importante compromiso es síntoma de clara negligencia, la cual se manifiesta por la imprudencia, impericia o inobservancia de reglamentos o deberes. En consecuencia, se produce un concepto de culpa penal, que es semejante al de culpa civil, pues en ambos casos la culpa se define por una omisión de la conducta debida para prever y evitar el daño. Es escalofriante pensar que la «laxitud» fiscal a la que hago referencia mermó en 71.000 millones de euros las cuentas del Estado en los diez últimos años. Los gobiernos de Aznar, primero, y de Rodríguez Zapatero, después, deberían contar a los españoles, sin ningún tipo de circunvalación y sin salirse por los cerros de Úbeda, por qué dejaron marchar por el sumidero del disparate y la más absoluta falta de diligencia tan hinchada cifra. Aznar decía hace pocos días a los medios informativos que no se puede poner de jefe de los bomberos al encargado de la manguera de la gasolina. Rodríguez Zapatero nos piensa llevar a cabo la subida del IVA este verano nada menos que en dos puntos para intentar rebañar 8.000 millones de euros del bolsillo del contribuyente. Claro, luego aparecen los de Zamora, que junto a los de Teruel y a los de Soria, son los más pobres de España, y se quedan tan frescos refiriendo a la rosa de los vientos que cada día son más los aficionados a los juegos de magia. Y Aznar diciendo chorradas; Rodríguez Zapatero rebozado en el merengue de la alianza de las civilizaciones y de la Presidencia de Europa; los inspectores de Hacienda, poniéndose de perfil para no dar un palo al agua; y los zamoranos, quitando lana al colchón para hacer hueco a los billetes de quinientos pavos. ¡Qué país, Miquelarena!

sábado, 6 de marzo de 2010

Parábola de las manzanas y las naranjas

Luis Solana, en El Plural, escribe sobre la ley de la oferta y la demanda referida al mercado de trabajo. Y pone un ejemplo: “Suponed que hay una cosecha impresionante de manzanas. Los precios de las manzanas bajarán en poco tiempo. Suponed que escasean las naranjas por las heladas de estos días. Los precios de las naranjas subirán. ¿Se quejará alguien? Alguien puede ser que sí, pero la opinión general, no”. Y ese ejemplo, el de la tremenda cosecha de manzanas y el de la carencia de naranjas, lo utiliza Solana para referirse a lo que está aconteciendo con el empleo en España. Es evidente que las circunstancias actuales deriva en que “ahora tenemos una tremenda oferta de trabajadores en el paro. Como nunca. Y muchos, muy jóvenes o inmigrantes. A la vez, tenemos una demanda de empleo pequeña o muy especializada. Resultado: los salarios de los trabajadores sin empleo deberían bajar”.

La parábola de las manzanas y de las naranjas ofrecida por Luis Solana es similar a la ya clásica historieta que Edward Bellamy consideró en “El Mercado”, donde un pueblo se muere de sed habiendo agua para todos. En la historia contada por Bellamy, el sediento pueblo que no había encontrado agua tuvo que morir al palo de aquellos otros que la poseían. Los que la poseían, convertidos en capitalistas, dijeron a los sedientos del pueblo: “sed nuestros siervos y tendréis agua”. Y el pueblo, en este caso los obreros, respondieron: “sólo pedimos que nos déis de beber y seremos vuestros siervos, nosotros y nuestros hijos”- Más tarde aparecieron los “listillos” de un sindicato que intentaron organizar a esos siervos hasta construir un gran depósito. Ese depósito se llamó mercado. Entonces, los dueños del depósito dijeron a los sedientos que por cada cubo de agua que vertiesen en el estanque les darían un euro, pero por cada cubo que sacasen para beber les cobrarían dos. El euro de beneficio serviría para seguir generando empleo. Cuando el agua rebasaba el depósito, los dueños les dijeron a los obreros que ya no necesitaban de momento sus servicios. Que esperasen sentados hasta que bajase el volumen almacenado. De paso, les animaron a que siguieran comprando agua. Pero los sedientos no tenían dinero y temían morir de sed. Ahí comenzaba la crisis del mercado. Que cada uno saque sus conclusiones.

martes, 2 de marzo de 2010

Estadísticas

Me entero de que ahora mata más el suicidio que la carretera. Eso de morirse uno porque le da la gana y sin permiso del enterrador es, por lo que leo, más común que salirse de una curva en una carretera secundaria. De ahora en adelante ya no tendremos que echarle la culpa a nadie de nuestras muertes a la carta. Es como en la canción de Pepe Pinto: “¿quieres un collar?, de brillantes”. Que prefieres la azotea de un quinto piso, pues sube por las escaleras y te tiras contra la acera; que prefieres la vía del tren, espera al correo de las cinco en un montículo comiéndote un plátano; que prefieres la cicuta, pues tómatela en un vaso como si fuese aguarrás con cubitos de hielo. Morirse es sencillo y las estadísticas no fallan jamás, salvo cuando las hace Rajoy. Yo creía que eso del suicidio era cosa de los países fríos, como Suecia o Finlandia, donde la oscuridad y la bruma originan angustia vital. Pero no, ha quedado demostrado que también se suicida la gente en los países del Sur, en los de guayabera, botijo y calorina. Bueno, pues siendo así, habrá que rezar para que el paquete humano, si es que ha de caer, no nos caiga encima cuando salgamos a comprar el pan. Con la que está abatiendo, que te caiga desde el quinto piso un tipo con ganas de matarse es un valor añadido a nuestra desgracia, como ese aumento del IVA que está por llegar cuando asome el verano, con el calor africano, el buchito al búcaro, la canción del verano, la riñonera, el chándal, la visera de John Deere y la madre que los parió. De cualquier modo, me parece una precipitación en los acontecimientos el hecho de que alguien proyecte quitarse la vida en época de escasez. El tránsito al otro mundo llegará por la vía más corta como dure mucho la crisis. A algunos ya nos clarea la raspa y llevamos camino de parecernos al pobre Gasparito.

lunes, 1 de marzo de 2010

El juego de la sinrazón

En Aragón ya estamos acostumbrados a que nuestros políticos digan una cosa y piensen en la contraria. Es decir, por un lado, la consejera de Salud y Consumo del Gobierno de Aragón, Luisa María Noeno, informará mañana en la Comisión de Sanidad de las Cortes de Aragón sobre las actuaciones de su Departamento en materia de tratamiento de la ludopatía. Por otro, el vicepresidente, José Angel Biel, anda moviendo los resortes necesarios para que en Aragón, concretamente en Los Monegros, se instale cuanto antes Gran Scala, que es lo más parecido a Las Vegas con marchamo español. Eso es como si el médico que te atiende contra el tabaquismo tuviera un estanco, y en el hospital se empeñase en quitarte la manía de echar humo; y en su estanco, tras el mostrador, te asesorase sobre habanos. Noeno pertenece al PSOE y Biel, al PAR, el partido bisagra coaligado. El juego, que yo sepa, es una de las transferencias a nuestra Comunidad. Dicho eso, la Diputación General de Aragón cobra impuestos sobre las máquinas tragaperras, los bingos, las ruletas y el resto de los juegos de casino, a excepción de la Lotería Nacional y los cupones de la ONCE. La ludopatía, y Noeno lo sabe, está considerada como enfermedad. Poner una vela a Dios y otra al diablo no es bueno, tampoco servir a dos señores a la vez. Esto me recuerda el caso de José Bono, en cierta ocasión, en una entrevista que le concedió a Europa Press. En aquella entrevista dijo: “Me choca que una menor de 16 años pueda abortar sin apoyo familiar y que el PSOE debe tener en cuenta todas las posturas al respecto”. A pesar de todo, tiempo después, Bono volvió a decir: “No me planteo apelar al voto en conciencia cuando el proyecto llegue al Pleno del Congreso porque, tal y como está planteado, los diputados debemos el escaño al partido que nos presenta las listas cerradas y bloqueadas, y no me planteo la posibilidad de la indisciplina”. Noeno, Biel, Bono... o el juego de la sinrazón.