lunes, 4 de octubre de 2010

El final de un "iluminado"

Aurora Pavón, ese raro ente abstracto carente de cuerpo, alma y todo eso, que diría Santiago Lorén, pero que acierta con frecuencia en sus pronósticos, cuenta que “estamos en la fase del hundimiento pero falta por ver quién es el guapo que se carga a Zapatero”. En unos párrafos más arriba de su último artículo su “autora” nos encoje el estómago: “quiera Dios que no sea cierto el rumor esparcido por un colega del “Financial Times” de que Zapatero ha hecho trampas con las cifras del PIB como los griegos con la deuda, porque entonces se nos van a hundir los palos que nos quedan del sombrajo sobre nuestras cabezas”. Ante tales barruntos de tormenta, lo coherente será sacar un pasaporte, tomar un avión con pasaje de ida y marchar a Papúa- Nueva Guinea hasta que vengan tiempos mejores. Asistimos al final de un “iluminado” que negó la crisis y es normal que, ahora, Rajoy permanezca quieto en la mata, como un camaleón esperando acontecimientos. Su virtud consiste en no moverse, en taparse con el forro de camuflaje y en mirar con atención a la rosa de los vientos sin ser visto. Tiene la mayoría absoluta casi asegurada para dentro de año y medio sin mover ni un dedo. Jamás un político tan mediocre soñó con tener el futuro político tan a su favor. Otra cuestión será que Rajoy, una vez instalado en La Moncloa, pueda resolver los problemas endémicos de España. El barco socialista se escora, pero no perdamos los nervios. No debemos olvidar que una embarcación, aún tumbada, es más segura que cualquier balsa salvavidas.

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