miércoles, 19 de enero de 2011

Zabaleta se equivoca


El coordinador general de Aralar, Patxi Zabaleta, ha hecho unas declaraciones a El País donde señala que “"ETA empezó por motivos políticos y tiene que terminar por motivos políticos, unilateralmente y sin contraprestación política". Hasta aquí, nada que objetar. Pero la cosa cambia cuando intenta aclarar que el Estado y el Gobierno “no están dando la altura que merecería este tema". Y yo pregunto: ¿Qué se debería hacer desde las Instituciones del Estado para contentar a la izquierda abertzale? Aralar, que yo recuerde, condenó públicamente en 1977 el asesinato a manos de ETA del concejal del Partido Popular, Miguel Ángel Blanco. Y eso le honra. Sin embargo, Zabaleta envidia los anuncios de Túnez de liberar a los presos políticos. España no es Túnez. Por estos pagos todavía no se marchan los jefes de Estado con tonelada y media de lingotes de oro de la reserva nacional camino del exilio. En la España democrática tampoco existen presos políticos en ninguno de los 77 centros penitenciales existentes dentro de su territorio, de los cuales 66 son gestionados por Mercedes Gallizo. Zabaleta señala, también, que “el gran déficit de Europa es querer poner remedios policiales y militares a lo que son problemas políticos, lo cual va en contra de la solución de esos problemas e incluso de la imagen de la policía, que tiene que ser una institución garante de la convivencia y de la democracia". En este sentido, me permito hacer una puntualización: en cualquier Estado de derecho corresponde a la Policía detener y entregar a la Justicia a aquellos incumplen las leyes. ETA, mientras no se demuestre lo contrario, es una banda organizada al más rancio estilo del hampa, que extorsiona a empresarios vascos mediante cartas a domicilio para que paguen el “impuesto revolucionario”; que tiene en su poder un arsenal de destrucción, que ha cometido infinidad de secuestros; y que, por si ello fuese poco, es responsable de la muerte de 947 personas (entre España y Francia), es decir, desde la niña Begoña Urroz Ibarrola, el 28 de junio de 1960, hasta Jean-Serge Nérin, el 16 de marzo de 2010. Sobre esa enorme tragedia, que es la tragedia de todos los españoles, existen unas palabras de Iñaki de Juana Chaos recordando el asesinato del matrimonio Becerril. Dijo este malnacido: “Me encanta ver las caras desencajadas de los familiares en los funerales. Aquí, en la cárcel, sus lloros son nuestras sonrisas y acabaremos a carcajada limpia. Esta acción de Sevilla ha sido perfecta; con ella, ya he comido para todo el mes”. ¿Qué piensa de esas palabras Patxi Zabaleta? No sé a él, pero a mí me entran ganas de vomitar. "Me encanta ver las caras desencajadas de los familiares en los funerales. Aquí, en la cárcel, sus lloros son nuestras sonrisas y acabaremos a carcajada limpia. Esta última acción de Sevilla ha sido perfecta; con ella, ya he comido para todo el mes." Yo no sé a él, pero a mí me produce vómitos.

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