domingo, 27 de febrero de 2011

La encerrona a Revilla


Yo sólo monté una vez en la noria. Lo pasé tan mal que decidí no volver a pagar para sufrir. La expresión “joder la marrana” contemplado en la segunda acepción del Diccionario de la RAE, viene a cuento con lo sucedido hace dos semanas en el programa que modera Jordi González. Días antes ya se había anunciado que Miguel Ángel Revilla se iba a convertir en tertuliano de ese programa de la “Cinco”. Había firmado en su contrato ocho presencias en la pequeña pantalla. Pues bien, lo que sucedió en aquel programa nocturno no fue lo deseable. Mantener un diálogo sereno con Isabel Durán suele resultar desesperante. La razón es que tiene por norma, cuando algo de lo que dice el otro contertuliano no coincide con su forma de pensar, adoptar la técnica de hablar por encima aquel que está en el uso de la palabra, de modo que, ante el barullo generado, los oyentes no puedan enterarse de nada. Algo parecido a lo que hacían los sátrapas del franquismo para, mediante interferencias en Radio España Independiente, evitar que los españoles pudiésemos saber qué sucedía en nuestro país por encima de lo que la censura política nos evitaba conocer. Isabel Durán, integrada de hoz y coz en las filas de la cadena de Julio Ariza, no comprende que los españoles tengamos diversos criterios, todos respetables. Hace ya muchos años, siglos tal vez, que las norias dejaban de funcionar y de sacar agua para beneficio de su dueño cada vez que alguien enemistado con el propietario del artilugio ponía palos en la marrana, el eje de la noria, para que ésta dejase de funcionar. Parece ser que la idea de introducción de palos o maderos junto a la idea de fastidio, trajeron de la mano el verbo joder para completar la locución. Todos tenemos un pasado. Revilla no puede ser una excepción. Y al ciudadano que sólo aspira a vivir en convivencia y en buena armonía democrática le trae al pairo si el actual Presidente de Cantabria fue tirio o fue troyano, si en su juventud perteneció al sindicato vertical o al Frente de Juventudes. Lo importante es lo que ahora representa dentro de un Estado democrático. Que yo sepa, Ratzinger perteneció a las juventudes hitlerianas y hoy ejerce de Obispo de Roma. ¿Eso quiere decir que el Papa es nazi? De ninguna de las maneras. Lo que sucedió en aquel triste programa fue la conjunción de dos factores. El primero de ellos fue que Jordi González no supo ejercer de moderador, como era su deber. El segundo, el más lamentable, llegó de la mano de Isabel Durán que, desde el inicio del diálogo, perdón, del casi monólogo, la periodista sacó toda la artillería para dar, según entendía ella, donde más podía doler. Y lo consiguió por culpa de un moderador incompetente. Revilla sólo pretendía “vender” Cantabria, como es su sana usanza. Isabel Durán, ¡oh, casualidad!, se había reunido esa misma mañana en Comillas con el líder del PP en Cantabria, Ignacio Diego, para preparar su duro ataque al regionalista. Vamos, blanco y en botella.

1 comentario:

MARIA dijo...

Estoy con este señor,a nadie le importa lo que el señor Revilla hizo o fue en su juventud.Lo importante es que hoy es un gran amante de su TIERRA y esta haciendo muchas cosas que otros no hicieron y que solo se dedican a criticarle.¡Animo señor Revilla!