jueves, 17 de marzo de 2011

La pregunta de doña Nuria


El diario El Mundo saca a la palestra lo siguiente: La diputada Nuria Buenaventura, de Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), ha reelaborado una pregunta que dirige al Gobierno, para que aclare si Patrimonio Nacional ha comprado una cinta mecánica para el Rey Juan Carlos, por importe de 14.065,26 euros. Ha eliminado algunos términos que la Mesa del Congreso consideraba ‘descorteses’ e innecesarios, y la ha registrado hoy”. En este sentido, en el supuesto de que la cinta “Run Now” la hubiese pagado Patrimonio, me parecería un gasto añadido que los españoles soportamos para el mantenimiento de la Corona, en este caso para el mantenimiento de la persona del Rey. Nuria Buenaventura, en su condición de diputada, está en su pleno derecho de hacer en sede parlamentaria las preguntas al Gobierno que entienda convenientes. Nada que objetar. Pero Nuria Buenaventura debería saber que los muebles y enseres del palacio de La Zarzuela pertenecen a Patrimonio, así como el barco de recreo “Fortuna” (regalo de los comerciantes de Palma), los tres coches “Rolls Royce”, etcétera. Otra cosa distinta es que el Rey haga uso y disfrute de aquello que Patrimonio pone a disposición del Jefe del Estado. Nadie, que yo recuerde, puso en tela de juicio la ocupación del palacio de El Pardo ni el uso de esos mismos tres “Rolls” ni la conversión de una patrullera en el barco de recreo “Azor” por parte de Franco. ¿Quién corría con los tremendos gastos del Pazo de Meirás? Los españoles. ¿Quién corría con los gastos de las joyas de la caprichosa Carmen Polo? Los joyeros de Madrid, que se vieron obligados a hacer un consorcio para evitar pérdidas. Y ese Pazo, que había pertenecido a Emilia Pardo Bazán, sí que era y sigue siendo propiedad de los Franco, por “regalo” de los gallegos. Y aquellas joyas “adquiridas” por Carmen Polo, también pasaron al patrimonio de la familia Franco. Se cuenta que, en cierta ocasión, a Carmen Polo se le antojó un collar de perlas carísimo. Llegó a la joyería y salió con él en el cuello. Al tiempo, el joyero madrileño en cuestión, que no había hecho el oportuno ingreso en caja por lo que entendía que era una compra, envió a El Pardo la correspondiente factura. Pocos días más tarde, inspectores de Hacienda entraba en la tienda y hacían un exhaustivo registro de los libros de cuentas. Desconozco en qué quedó el asunto. Esas cosas no suceden en democracia. A la diputada Nuria Buenaventura, como ciudadano corriente, le recordaría que la Monarquía Parlamentaria que tenemos en España es la más barata de Europa. Doy por hecho que el Rey paseará por los jardines de Palacio cuando su tiempo libre se lo permita. A mi entender, la diputada Nuria Buenaventura podría utilizar el corto tiempo del que dispone cada miércoles en el Congreso de los Diputados para hacer preguntas con más enjundia. Por ejemplo, si existen novedades en el Caso Palau; si es cierto que la familia Carulla ocultó 61 millones al Fisco; si es cierto que los radares de Barcelona eran más permisivos; si es cierto que Ortega falseó su currículum, etcétera. La cuestión de la cuantía de la cinta mecánica para uso del Rey me parece intrascendente a efectos prácticos, o sea, la consabida matraca sobre el chocolate del loro.

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