viernes, 15 de abril de 2011

Los intereses, ¿de qué mayoría?


Ayer se cumplió el octogésimo aniversario de la proclamación de la Segunda República. Hubo actos en Madrid y una manifestación entre Cibeles y la Puerta del Sol. Finalmente se escuchó un manifiesto de Carlos Tena y el Himno de Riego. Hasta ahí, todo bien. A mi entender, cualquier ciudadano está en su derecho de manifestarse a favor de la República. Pero de ninguna de las maneras debe lanzar consignas contra la actual forma de Estado, ratificada por los españoles el 6 de diciembre de 1978. Menos aún, insultar al Rey, no por ser el Jefe del Estado (que el encaje de esos insultos podría entrar en su sueldo), sino por ser un ciudadano que, al igual que el resto de los ciudadanos, merece respeto y consideración. Tampoco entiendo muy bien los ataques verbales al imperialismo americano y europeo ni los ataques a la Iglesia Católica. Que yo sepa, una República puede ser de “derechas” o de “izquierdas”. Eso habría que matizarlo. Así de simple. Tampoco concibo que el pasado martes fuese retirada una imagen de la Virgen del Pilar, que preside el comedor de los alumnos, poco antes de que el ministro Pérez Rubalcaba iniciase una visita a la Academia de la Guardia Civil de Aranjuez. Podría asegurar, sin riesgo a equivocarme, que el mismo sujeto que mandó quitar la Virgen del comedor fue quien, sin pérdida de tiempo, llamó a los medios de comunicación de la caverna para informar tal “desacierto”. Pongo la mano en el fuego de que Pérez Rubalcaba, que estudió en su juventud en el madrileño Colegio del Pilar, jamás hubiese dado una orden tan estúpida. Se pesca antes a un mentiroso que a un cojo y “Libertad Digital”, que es el medio donde se ha producido la noticia, señala que “donde va Rubalcaba estalla la polémica”. No han podido con él echando basura sobre el caso Faisán. Ahora la caverna pretende crear mal ambiente en los Cuerpos de Seguridad del Estado. Sin ir más lejos, hoy La Gaceta, ese panfleto que dirige Carlos Dávila, señala en primera página que “será difícil encontrar en la reciente historia de España un Gobierno más dañino para el bienestar de los ciudadanos y más lesivo para sus derechos y libertades que el que hoy teledirige Alfredo Pérez Rubalcaba con un Zapatero ya felizmente en la sombra. En una situación de estancamiento político, económico y moral, los españoles nos vemos obligados a hacer frente un día sí y otro también a las humoradas y ocurrencias, cuando no simples disparates, de un Gobierno que hace mucho tiempo dejó de representar los intereses de la mayoría”. Y mañana, ¿qué contarán?

No hay comentarios: