martes, 31 de mayo de 2011

Juan Alberto Belloch


En España hemos pasado de la crisis de Perejil a la crisis del pepino. Son cosas que debería tener en cuenta Juan Alberto Belloch, suponiendo que llegue a gobernar el Ayuntamiento de Zaragoza con la ayuda del tripartito, que es como un tándem con tres juegos de pedales, cuando ponga en marcha su ansiada Exponabo. Belloch es un hombre de recursos. Siendo ministro, unió Justicia e Interior en una única cartera. Y si le hubiesen dejado estoy seguro que hubiese reunido en uno el resto de los ministerios a fin de lograr tener mucho más poder, mejor dicho, el poder único. Pero, ¿qué piensa ofrecer ahora a la Chunta Aragonesista para que tal agrupación regionalista le permita continuar en el cargo? El trinomio PSOE-IU-CHA, que es el principio del empezose, podría terminar a muy corto plazo con el final del acabose, como decía Mafalda y como cuentan que aconteció con el rosario de la aurora. Pero como Belloch (que sabe de leyes, de bicicletas y de tranvías, aunque no demuestre un gran fervorín en rezar a coros letanías lauretanas y trisagios ni en andar estaciones) no sabe la que le espera si se coaliga con Juan Martín, Carmelo Asensio, Leticia Crespo y el resto de la banda del botijo, trataré de explicar a grandes trazos lo que he leído sobre el rosario de la aurora en la web “Sección Femenina”: “Parece ser que a principios del siglo XX era costumbre realizar el rosario a estas inhumanas horas por la zona de San Francisco el Grande recorriendo las calles cercanas a esta iglesia. En uno de estos rosarios se encontraron dos grupos de fieles avanzado por la misma y estrecha calle en sentidos opuestos. Ambas pías facciones reclamaban que el grupo opuesto dejase expedito el camino invocando su derecho de antigüedad sin que la caridad cristiana y la humildad asomasen en ninguno de ellos. El resto, puede imaginarse. Acabaron a farolazos con intervención de las fuerzas de seguridad”. En fin, Belloch, si consigue mantener su sillón en la alcaldía se ahorrará la vergüenza de tener que dar muchas explicaciones al popular Eloy Suárez, candidato más votado, que exigiría hacer una auditoría interna al día siguiente de ocupar el despacho de la plaza del Pilar. Belloch es conocedor de que el Ayuntamiento de Zaragoza se encuentra en una situación económica calamitosa y le conviene que nadie mire debajo de las alfombras.

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