miércoles, 18 de mayo de 2011

A tumba abierta


Estamos a cuatro días de las elecciones municipales y autonómicas. Señala Carnicero en su bitácora, y a mi entender señala bien, que “los ciudadanos no sólo no se sienten representados por los partidos tradicionales sino que empiezan a pensar que son un problema de la democracia. Los jóvenes se han dado cuenta de que su carrera universitaria no ha servido para nada; los desempleados de larga duración intuyen que nunca se podrán recolocar, salvo que acepten salarios de miseria; los hipotecados son conscientes de que, aunque un juzgado proceda al lanzamiento de su casa y se queden con los muebles en medio de la calle, seguirán siendo deudores durante varias décadas de la entidad de crédito que les dejó sin piso y que, más tarde, intentará revender a otro pardillo que acepte otra escandalosa hipoteca con “suelo” de cemento armado; a los jubilados les asusta la propuesta lanzada por la derecha sobre su pretensión del copago sanitario; y las listas de espera en los hospitales son escandalosas. Frente a ellos, permanecen quietos como estatuas los partidos políticos que detentan poder y que les miran como si fuesen leprosos. “El poder –sigue diciendo Carnicero- tiene un acido corrosivo de la memoria. Quienes lo alcanzan y se suben a un coche oficial, se olvidan de que existe el metro y los trenes de cercanías. El universo en que habitan está contaminado por la insensibilidad: y, de repente, un día sienten que están llamados a hacer su voluntad, olvidando sus compromisos y sus promesas; se instalan en la nube de los elegidos y observan a los mortales cómo si fuéramos hormigas”. Ante ese sindiós imperante, acaba de aparecer el movimiento ¡Democracia real,Ya!, que es como un grano en culo en el seno de los poderes Ejecutivo y Legislativo. Y al PSOE, esa media naranja que junto a la otra media del PP conforman un todo, se le rompen de pronto los esquemas. Se dan cuenta de que los ciudadanos están descontentos y comienzan a despertar de su larga modorra. Y con un cinismo indescriptible, pretenden conseguir para su partido político el voto de los desesperados. ¡Hace falta ser sinvergüenzas! La madrileña Puerta del Sol, la barcelonesa Plaza de Cataluña, o la zaragozana Plaza del Pilar, son una muestra viva de que el desafecto por los partidos ya no está controlado por el miedo. No hay nada que perder cuando nada se tiene. Por unas municipales salió de España un nefasto Alfonso XIII que se puso bajo el palio del golpista Miguel Primo de Rivera. No hay que olvidar la historia. Otras municipales, las del próximo domingo, pueden ser el comienzo de algo todavía sólo hilvanado, o en trance de ser larva, y que ya comienza a tomar cuerpo. Desde luego que no se van a venir al suelo los palos del sombrajo del corrupto “establishment”. La metamorfosis será complicada, pero al final confiamos en que aparecerá la mariposa.

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