martes, 26 de julio de 2011

La figura del Justicia, hoy


Fernando García Vicente, actual Justicia de Aragón, con motivo de haber presentado un informe sobre la situación y estado de los depósitos para detenidos en municipios cabecera de los partidos judiciales de la Comunidad Aragonesa, en una posterior rueda de prensa hizo referencia a Tohuami Hamdaoui, el recluso recientemente fallecido por huelga de hambre en la Prisión de Teruel. El recluso había mantenido su inocencia en la participación de los hechos de agresión sexual a una menor y robo con violencia, pese a que la víctima le reconoció como el autor de la agresión sexual, que unos testigos le vieron en la zona y que un amigo negó una de sus coartadas, por lo que fue condenado a 16 años de internamiento en 2009. A Fernando García Vicente, que ocupa un puesto político en la Comunidad de Aragón de buen acomodo, mejor retribución y con una casi nula responsabilidad en sus quehaceres de Justiciazgo, le recordaría que en Aragón me consta que desde 1990 hasta 2008 existen 18 crímenes sin resolver. Los cito por ver si así se entera de lo que puede sucederle al ciudadano corriente, que paga su abultado sueldo, cuando éste no dispone de coche oficial ni de escoltas. Cinco de marzo de ese año: Andrés Cocián Guerrero, repartidor de cervezas, muerto de un navajazo en el Parque del Tío Jorge de Zaragoza. Dos de abril de 1991: Pascual Garrido, guarda forestal de 28 años, asesinado en Arguís (Huesca) con una motosierra. Seis personas fueron juzgadas y absueltas. Cinco de marzo de 1992: Mercedes Lázaro Sanmiguel, de 25 años, asesinada en un garaje de la calle Fueros de Aragón, de Zaragoza. Dieciséis de abril: Eva María Álvarez, de 22 años, muerta a golpes por un militar estadounidense en la puerta de su casa, en la zaragozana calle de Gómez Laguna. Ocho de mayo: Emilio Borgoñón del Pozo, de 24 años, asesinado a balazos en un pinar de Borja (Zaragoza). Quince de agosto de 1993: El taxista Vicente Domínguez Ortega, de 46 años, recibió 13 puñaladas en la zaragozana calle de Julián Sanz Ibáñez. Trece de octubre de 1994: Francisco Javier Astiz, lotero de Pamplona, apareció muerto en una balsa de purines en Sariñena (Huesca). Seis de noviembre: el cadáver del industrial vasco Juan Sáez Rubio, de 42 años, es hallado en el Ebro, maniatado y con signos de violencia. Veintiocho de diciembre de 1995: Carlos Viscasillas Coronas, de 24 años, desaparecido y encontrado muerto a tiros tres días más tarde en un pozo de Ainsa (Huesca). Quince de septiembre de 1996: Eduardo Montón Sanz, de 34 años, encontrado decapitado en su casa de Ejea de los Caballeros (Zaragoza). Quince de noviembre: Teodomiro Chumillas, de 23 años, conserje del Hotel Oriente, de Teruel, es acuchillado en su puesto de trabajo. Nueve de abril de 1997: el profesor de griego Antonio Catarroso muere apuñalado en su casa e Zaragoza. Veintiuno de noviembre: el auditor Javier López Aldea es asesinado en un ascensor en el zaragozano barrio del Actur. Doce de enero de 1998: Roberto Corella, dueño del Bar Europa, es asesinado en su local de La Almozara (Zaragoza). Veintitrés de septiembre de 2002: Joaquín Esteruelas es apuñalado cuando trabajaba en una gasolinera de Maella. Dos de enero de 2006: Mykhaylina T., de 43 años, es encontrada muerta por apaleamiento en un arcén de la Nacional II, a la altura de La Almunia de Doña Godina (Zaragoza). Veinticuatro de enero de 2007: Francisco Lázaro Gaceo, albañil, muere brutalmente acuchillado en su casa de la zaragozana calle Moncasi. Y, finalmente, el veintiséis de enero de 2008, Abass Seaser, de Ghana, es apuñalado en el portal de su casa, en la calle Capitán Godoy Beltrán, de Zaragoza. A mi entender, la figura política de la tercera autoridad de Aragón, que tiene como función principal la de proteger y defender los derechos individuales y colectivos de los ciudadanos frente a las actuaciones irregulares de las Administraciones Públicas, pese a estar amparado por la Constitución de 1978, debería desaparecer por su evidente inoperancia, como ya hizo con muy buen criterio Felipe V, en 1711, por medio de los Decretos de Nueva Planta. Los floreros, en las estanterías y a ser posible con flores.

2 comentarios:

S dijo...

Estoy completamente de acuerdo, pero sólo en parte. La figura del "Justiziazgo" se tiene que reformar de cabo a rabo y darle verdadera dimensión y atribuciones, de marcado caracter judicial competencial como la del Fiscal General de Aragón, y como un orgáno propio, de consulta, aderido al actual TSJA. Su elección politica, por muy consensuada es bastante sospechosa, pues demuestra que a todo el espectro ideológico le interesa un Florero-JUSTICIA, y está claro que se le baila el agua y se le tiene en estima más por "sentimentalismo" que por respuesta eficaz a una institución única y exclusiva de la CCAA de Aragon, totalmente devaluada y reducida a un mero de defensor del ciudadano.
Necesitamos un nuevo Aragón...eso, está más que claro...Somos pocos pero no poco y la oferta politica aragonesa necesita más voces...

José Ramón MIRANDA dijo...

¿Ud. sabe lo que nos cuesta?