martes, 3 de enero de 2012

Fernández: un ministro estrella


El Gobierno está decidido a privatizar lo poco que queda, o sea, Aena y Loterías del Estado. Digo yo, ¿y por qué no privatizan la Renfe, el Imserso, Rtve, el Ejército, las Fuerzas Navales, la Guardia Civil, los coches del Parque Móvil, el Banco de España, los ujieres del Congreso y la Agencia Tributaria? Ya puestos a privatizar, ¿por qué no alquilamos el Palacio de Oriente para celebrar bodas, bautizos y comuniones? Se podría aprovechar la loza y la cristalería, el Salón de Columnas para hacer karaoke, los Jardines de Sabatini para hacer verbenas veraniegas amenizadas con la Banda del Empastre, el Salón del Trono para que los niños madrileños pudiesen recibir los regalos navideños de los Reyes Magos, y el Salón de Alabarderos para hacer una escuela de Tauromaquia con toreo de salón. El Palacio de Oriente sólo sirve, al menos de un tiempo a esta parte, para celebrar alguna cena de alto copete en la que los invitados se sientan a la mesa con toda la quincalla puesta, donde se brinda por una España de opereta que está hecha jirones y, curiosamente, para que desde el año 2004 salga su imagen en el momento en el que nuestro país da los votos en el Festival de Eurovisión. La crisis hace estragos y, pese a que tenemos un ministro de Economía y Competitividad y otro de Hacienda y Administraciones Públicas, aquí el que da los datos de cómo anda el aceite del candil nacional es el ministro del Interior, Jorge Fernández, tal y como ha hecho durante su intervención en la toma de posesión de la nueva delegada del Gobierno en Cataluña, Llanos de Luna. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz sirve lo mismo para un roto que para un descosido. Este nuevo experto en cuestiones económicas dijo que “se ha cifrado en el 8,2% del PIB el déficit con el que cerrará España el 2011”. Y este nuevo perito, que además de serlo en cuestiones económicas parece que es, además, un oráculo en asuntos de horóscopos, profecías y vaticinios, considerando que cada punto de déficit equivale a 10.000 millones de euros, ha echado la cuenta de la vieja y ha aprovechado la ocasión para dejar claro que “se deberá acometer un recorte de 38.000 millones de euros para cumplir con el objetivo de reducir hasta el 4,4% el déficit en 2012”. ¡Chupa del frasco! No salgo de mi asombro. Aquí sólo falta que el próximo ministro en aleccionarnos en temas de pantanos y regadíos sea el de Justicia; o en temas de salud, el de Defensa. Todo se andará, si el Gobierno no se rompe.

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