miércoles, 18 de enero de 2012

Ussía pretende ir de gorrón a Sevilla


En el diario “La Razón” aparece hoy un artículo-carta de Ussía dirigido al Alcalde de Sevilla Juan Ignacio Zoido referido a la indignación que en su día le produjo el cambio de nombre de una calle; es decir, cuando el Ayuntamiento sevillano decidió quitar la placa de Francisco Merry y sustituirla por la de la actriz Pilar Bardem. Ussía, por aquello de ir por atún y ver al duque, pretende, por si cuela, que Zoido le invite a visitar Sevilla en abril o mayo, o sea, cuando hayan vuelto a cambiar la placa. ¡Hace falta ser fresco! Lo peor, si cabe, es que pierde las formas, cosa muy habitual en él, e insulta a la anterior corporación municipal, presidida por Alfredo Sánchez Monteseirín, tachándoles de “merluzos”. A mi entender, el hecho de perder el respeto descalifica a quien lo pierde. Me consta que Ussía es un faltón irredento y, lo peor de ello, es que le paga un medio informativo por ejercer de grosero en sus “infumables” columnas. Por lo tanto, no merece que le dedique ni una línea más en mi blog. Sin embargo, he de reconocer que algo hay de cierto en el malestar que en su día supuso el cambio de nombre de una calle. Soy el primero en reconocer que la Ley de la Memoria Histórica ((Ley 52/2007 de 26 de Diciembre) era una asignatura pendiente en nuestra democracia y que sólo José Luis Rodríguez Zapatero tuvo el valor promoverla desde el Gobierno de España. Pero como lo Cortés no quita lo Atahualpa, también siento vergüenza ajena por el patinazo cometido en su día por Sánchez Monteseirín. Sin tratar de quitarle méritos a Pilar Bardem, que los tiene, ampararse en la Ley 52/2007 anteriormente citada para suprimir del callejero sevillano el nombre de Francisco Merry, demuestra un ataque a la inteligencia. La Delegación de Relaciones Institucionales del Ayuntamiento de Sevilla de la que fue responsable Antonio Rodrigo Torrijos, de IU, sostuvo en un comunicado que el acta que otorgó la calle al general Merry y Ponce de León lo vinculó al franquismo y, concretamente a “su actuación en el glorioso alzamiento nacional”, según rezaba literalmente en un documento de 1971. Si no recuerdo mal, el alcalde de Sevilla en 1971 era Juan Fernández Rodríguez-García del Busto, médico endocrino e internista fallecido el 31 de julio de 2011 a los 94 años de edad. Juan Fernández Rodríguez, que concedió la Medalla de Oro de la Ciudad a la Virgen de la Macarena, que perteneció a varias cofradías, que trasladó la Feria de Abril del Prado de San Sebastián a Los Remedios y que fue el impulsor del Trofeo Ciudad de Sevilla de fútbol, también fue el responsable de confundir a Francisco Merry y Ponce de León (1872-1981) con su hijo, Pedro Merry Gordon (1920-1993), capitán general de la II Región Militar durante la tarde-noche del 23 de febrero de 1981. Pero la placa aludida y cambiada por la de Pilar Bardem hacía referencia -pese a la ignorancia supina del entonces alcalde franquista Juan Fernández-Rodríguez- a Francisco Merry y Ponce de León, conde de Benomar, gentilhombre de cámara de Alfonso XIII, caballero de la orden de Carlos III y que intervino en la guerra de Cuba como ayudante de campo del general Weyler. Es evidente que hubo dos errores de dos alcaldes distintos. El error de Juan Fernández-Rodríguez consistió en poner una placa a Francisco Merry entendiendo que se trataba de su hijo Pedro Merry (como se desprende del acta levantada y leída años más tarde por Antonio Rodrigo, justificando el cambio de nombre de esa calle por el de Pilar Bardem). El error del alcalde socialista Alfredo Sánchez Monteseirín radicó esencialmente en no saber captar la “empanada mental” del alcalde anteriormente señalado. A Pilar Bardem, que nació en Sevilla por casualidad, (dada la circunstancia de que su madre, en el momento del parto, iba de una ciudad a otra en una compañía de comedias) le podían haber puesto, si acaso, una placa con su nombre en una nueva urbanización. Se hubiera evitado hacer el ridículo en 1971 y tropezar en la misma piedra en 2009. Así de simple.

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