domingo, 4 de marzo de 2012

Wert


José Ignacio Wert es un tipo singular. José Ruiz Mantilla, en “El País”, con motivo de la entrega de los “Goyas”, donde se premió a “No habrá paz para los malvados”, se refería al ministro de Cultura de la siguiente manera: “Cada vez que le enfocaban parecía un candidato a actor revelación por un papel de malo”. Wert, que considera que “el cine español, como industria, no ha dado frutos extraordinarios”, ya está pensando en hacer “una introspección honrada sobre el esquema de la subvención”. Pues bien, eso no es todo. El actual ministro de Educación, Cultura y Deporte, en el primer capítulo de su libro “Los españoles ante el cambio” (editado por FAES), señala que hay que hacer una importe “poda” en las Autonomías porque, a su entender, se han agravado los “particularismos históricos” con el “sarampión” de las reformas estatutarias. En ese sentido, entiende como necesario “encontrar una forma de conducir esas pulsiones” antes de que “se enquisten”. Pues sí, el señor Wert debería saber que hay una forma de conducir esas pulsiones que para él son disgregadoras. Sólo haría falta modificar en las Cámaras el Título VIII de la Constitución Española y someter tan trascendente alteración a referéndum. Así de simple.

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