miércoles, 18 de abril de 2012

Anson y Sostres, o cuál de los dos


Curioso. Para Luis María Ansón, (y así lo ha expresado hoy en “El Imparcial.es”) Salvador Sostres es el paradigma del bien hacer columnístico. Todo, porque Sostres, en un artículo titulado “¿Quién tiene que disculparse?”, en “El Mundo”, insufla ánimos al rey en uno de los momentos más delicados de su trayectoria como jefe del Estado. Pero soplar ánimos a un monarca en horas bajas, tanto para su real persona como para toda la Nación que sufre la arremetida de una crisis económica en la que no se toca fondo, no debe tener la contrapartida de buscar chivos expiatorios confundiendo orzuelos con defectos del paisaje. Así, arremete contra el socialista Tomás Gómez de forma grosera por el hecho de haber expresado su libre opinión en lo que hace referencia a las “frivolidades” conocidas, y recalco lo de conocidas, del titular de la Corona. Toda la prensa europea ha criticado, y muy severamente, determinados desajustes frívolos de la Casa Real en momentos tan graves para España: el vergonzoso “caso Urdangarín”; el tiro en el pie de su nieto, menor de edad, manejando una escopeta sin la habilitación correspondiente para ello; la caza de elefantes en el sur de África, la frialdad aparente de la reina durante su primera visita hospitalaria de sólo un cuarto de hora… Más abajo, en su artículo, el “iluminado” Sostres arremeterá contra el conjunto del PSC. Pero tras su ataque contra Gómez, Sostres comenta: “Don Juan Carlos está en su perfecto derecho de irse a cazar donde le plazca sin tener que pedir permisos de ninguna clase, primero porque sólo el servicio da explicaciones y segundo porque entre sus obligaciones como Monarca no está la de hacer pública su agenda privada. Por mucho revuelo mediático que su viaje y su percance causen, ni ha infringido ninguna ley ni ha faltado a ninguno de sus deberes ni su actividad ha perjudicado en modo alguno a ninguno de sus súbditos”. ¿Súbditos, dice? ¿De quién somos los españoles súbditos? Yo, particularmente, no me considero súbdito de nadie. El resto de los españoles, tampoco. Es más, que a mí me coste, el único que juró de forma solemne los Principios Fundamentales del Movimiento de la dictadura de Franco fue el entonces príncipe de España. No le quedaba otra, claro. Pero vamos a hablar del “servicio”, como él dice, algo que a este excolaborador de “Crónicas Marcianas” le tiene bastante obsesionado. En 2005, Sostres publicó en el diario “Avui” un artículo titulado “Hablar español es de pobres”, donde decía textualmente que “en Barcelona queda muy hortera hablar en español, yo solo lo hablo con la criada y con algunos empleados. Es de pobres y de horteras, de analfabetos y de gente de poco nivel hablar un idioma que hace un ruido tan espantoso para pronunciar la jota”. Curioso resulta que Anson, académico de la Española, considere que este erudito a la violeta y colaborador del periódico que dirige Pedro J.Ramírez (otro aspirante aunque frustrado a la Real Academia Española) “ha puesto las cosas en su sitio”. En otra ocasión, el 10 de noviembre de 2010, en el programa de debate de Telemadrid, “Alto y Claro”, dirigido por Isabel San Sebastián, Sostres bromeó sobre un desfile de lencería. A partir de ese punto, el tertuliano empezó a comparar a las mujeres maduras con las jóvenes. Según sus palabras, las chicas de 17, 18 y 19 años “aún no huelen a ácido úrico, están limpias, tienen un olor a santidad”. Mejor no seguir. Siento vergüenza ajena.

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