viernes, 20 de abril de 2012

Paga y calla

Nada, que no puede ser tanto derroche. Los pensionistas se creen con derecho a todo. Van al médico y piden un menú de píldoras de todos los colores: contra la hipertensión arterial, contra incontención de orina, contra los gases tras las comidas…, y eso no hay Estado que lo resista. Rajoy, con muy buen criterio de estadista doctorado en Bogotá ha tenido que cortar por lo sano ante semejante desmadre de recetas. Su antecesor, Aznar, llevaba consigo un cuaderno azul donde lo apuntaba todo. A Rajoy, en cambio, le han colocado allende los mares un cartapacio en la cabeza con una borla para que no se le dispersen las ideas. Una vez se enfadó conmigo un guardia civil después de habernos tomado un café con una nube de leche en un bar del barrio. Cuando se marchaba, noté que se le olvidaba algo. En la silla contigua se había dejado el tricornio. Le llamé la atención para que lo recogiera y no le gustó la forma en que lo hice: “Oye, Paco, que te dejas aquí la máquina de escribir”. Y más tarde, Roldán, para evitar chascarrillos, cambió el tricornio por la teresiana un poco antes de que ingresara en la prisión de Brieva (Ávila) por llevarse lo que no era suyo. Lo de ponerle el nombre de teresiana a aquella gorra de visera fue como una premonición abulense y fatídica. Aquí los únicos que acostumbran a ir de gorra son los políticos de toda condición. Saben que sus facturas las pagará el maestro armero, que engloba al resto de los españoles a los que ahora nos quieren “meter el pino en la tripa” como un día dijera el rey a los periodistas. Pero, como decía, Rajoy ha regresado a España triunfal, como los toreros de postín cuando regresan de hacer las Américas, para no perderse el Consejo de Ministros de hoy, donde, además de lo referente a la salud y al copago farmacéutico, se va a tratar el tema de las tasas académicas. Me parece que ya sólo queda que este Gobierno suba el precio de las agujas en escabeche, de los nicanores de Boñar y de las yemas de Pastrana. Pero no desesperen. Todo se andará.

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