jueves, 5 de abril de 2012

Sostiene Marcello


Hoy el perrillo Marcello está “sembrao” en “República.com”. Sí, en efecto, parece como si Antonio Mingote hubiese dejado dos viudas de papel a la greña: el ABC (“no verdadero”) que tricota “punto bobo”, todo a la derecha; y La Razón, que conserva el veneno de Anson en frasco pequeño y que hace “punto de arroz”, donde, si se pierde el camino de por dónde seguir, se puede encontrar fácilmente siguiendo la trama. Marcello afirma que “las necrológicas y los sucesos son géneros del periodismo de muy difícil elaboración”. Ahora, cuando acaba de fallecer en Lisboa Antonio Tabucchi, me viene al recuerdo su novela “Sostiene Pereira”, en la que el periodista Pereira toma a prueba a Monteiro Rossi y le propone escribir unas necrológicas de personajes célebres todavía vivos con la idea de que sean publicadas tras sus respectivos fallecimientos. Pues bien, para mí que muchos de los artículos publicados en ambos periódicos “de la grapa y de hisopo” ya estaban confeccionados mucho antes de la muerte del dibujante. Con 93 años de edad y un cáncer hepático en el cuerpo daba tiempo suficiente como para buscar al Monteiro Rossi de turno para lucimiento ajeno. El resultado final ha sido el previsible, el sospechado por Marcello; es decir, “una empalagosa colección de artículos de presidente, ilustres ministros, alcaldes, jefes autonómicos y prebostes de Madrid y de todo el país, a los que han convocado los dos diarios para hacer un tostón de periódico respectivo y un elogio colectivo, por lo que estos articulistas de ocasión habrán puesto a trabajar a todos ‘los negros’ escribas que circulaban por Madrid”. Sostiene Marcello que “el negro de Catalina Luca de Tena, todo hay que decirlo, era el mejor y abría el diario ABC para que nadie le quitara el muerto”. Se ha muerto el Marqués de Daroca, dejando un hueco en la RAE, un socavón en el ABC y una dolina en El Retiro. A los trece años dibujó un “Roenueces” y lo envió al suplemento infantil “Gente menuda”. Ahora, ochenta años más tarde, Mingote se ha muerto sin hacer ruido, como un señor, y ha dejado por estos pagos, haciéndose la higa y criando malos pensamientos, a todo un rol de mangantes con vueltita en la pernera del pantalón y peinados a raya. Menuda gente…

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