lunes, 29 de octubre de 2012

El desierto socialista




Cuando  Alfredo Pérez Rubalcaba afirma eso de “Estoy perfectamente tranquilo con Griñán, está de mi lado”, me recuerda el salmo 23: “El Señor es mi pastor, nada me falta. / En prados de hierba fresca me hace reposar.” Rubalcaba piensa seguir de secretario general del PSOE hasta 2016, que es cuando cumple su mandato. Da un respingo en el asiento cada vez que alguien le nombra la palabra “primarias”. ”Nadie me ha hablado de eso”, responde rotundo. Rubalcaba  tiene ahora que atravesar  el peor de los desiertos guiando a unos militantes que no saben por dónde les sopla el siroco. Da otro respingo en el asiento cuando le nombran la palabra Chacón. “Aquí no hay otro Chacón que don Antonio Chacón y la guitarra del maestro Habichuela. Y si a algún compañero de partido no le suena, que busque por los mercadillos callejeros discos de pizarra, oiga, ¡que ya vale el martirio que me están dando! Ahí están metidos todos los sonidos negros”. Rubalcaba se crece ante la adversidad, o sea, ante los últimos resultados de los comicios del pasado día 21 en Galicia y el País Vasco. Rubalcaba, más galán que Mingo, continúa con el runrún del salmo 23 cada vez que le entrevistan: “Aunque pase por el más oscuro de los valles, / no temeré peligro alguno”. Vamos, que en las pinturas de las catacumbas de Ferrán, a Rubalcaba se le representa como al Buen Pastor, de pie, con vestido corto y zurrón, con una oveja entre sus hombros y la cabeza suavemente apoyada sobre la oveja. Es una estampa llena de ternura. Y si un militante se despista del buen camino, enseguida acude el pastor Rubalcaba a su encuentro, le da unos toquecitos con el cayado sobre los lomos y lo reintegra de nuevo en el camino justo. No teme a las alimañas que pueda encontrarse en su trocha. Rubalcaba sabe que  no sobrevivirá el militante que intente escaparse por libre por el vasto desierto. “Rubalcaba es mi pastor”, cantan los militantes sobre las dunas pese a que ahora no abundan ni el agua ni los pastos y el sendero  es árido y polvoriento. Pero no importa; los militantes del PSOE confían en que pronto llegarán al oasis prometido y que sentados bajo una palmera, tomando kéfir, recordarán a don Antonio Machado: “Caminante son tus huellas/ el camino y nada más; / caminante, no hay camino, / se hace camino al andar”.


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