sábado, 1 de diciembre de 2012

Ojo a la bici




El diario Heraldo de Aragón, en su versión digital, cuenta hoy una noticia en primera página que parece sacada de “La Codorniz”. Señala: “Un ciclista de 23 años atropelló este viernes [por ayer], alrededor de las 21.30, a una mujer de 66 años que cruzaba por la avenida de San José de Zaragoza. El joven, P.B., arrojó un resultado que superaba la tasa penal establecida para conducir vehículos a motor (0,60 mg de alcohol por litro de aire espirado) en las pruebas de etilometría, mientras que la peatón fue trasladada en ambulancia a un centro hospitalario, donde se le diagnosticaron lesiones de pronóstico reservado”. Comprendo que no está nada bien ir arrollando transeúntes por las calles. Es de mala educación. Pero hacer soplar en el etilómetro a los ciclistas por parte de los guardias es de tebeo, por más que esté contemplado en el artículo 30 de la Ordenanza de Circulación de Peatones y Ciclistas y fuese publicado en el número 157 del BOPZ con fecha 11.07.2009. También se da por hecho que los alcaldes y ediles no deben atropellar a la ciudadanía trincando lo que no es suyo ni derrochar en chorradas injustificables el dinero público. Lo de aplicar el etilómetro a los ciclistas y comparar al que pedalea con el que conduce un camión de reparto o una motocicleta es exagerado además de una astracanada. Es como si un policía local pidiera la licencia de armas a un ciudadano que se entretuviese disparando con  carabina de aire comprimido en una barraca de feria, o sea.

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