martes, 9 de abril de 2013

Al fin la noche




Ha muerto José Luis Sampedro tras saborear su último “campari” con hielo, encontrarse un poco mejor y quedarse dormido para siempre el pasado domingo. Nadie se enteró hasta hoy, dos días más tarde, cuando ya había sido incinerado y sólo quedaba de él el quevedesco “polvo enamorado”. En 1997 coincide en las Termas Pallarés, de Alhama de Aragón con una mujer que siempre tuvo considerado a Sampedro como su amor imposible. Y ambos se casaron, fueron felices y  comieron perdices, que así terminaban todos los cuentos de Calleja. Por cierto, recomiendo la lectura de una entrevista que el diario ABC hizo a Enrique Fernández de Córdoba, nieto de Saturnino Calleja,  el  pasado 21 de diciembre. “Antonio Mingote estaba emocionado cuando le enseñé las láminas”, cuenta Enrique, que colaboró con Mingote durante algunos años en ABC bajo el seudónimo de Cova-2. Pero a lo que iba. ¿Quién es Olga Lucas? Imaginen que dos personas se conocen durante la resistencia francesa contra la ocupación nazi, después de haber pasado lo suyo en España en la Guerra Civil. Y fruto de esa unión nace Olga en Toulouse, en 1947. Antes de todo eso, su padre había sido capturado y enviado al campo de concentración de Buchenwald, donde estuvo en cautividad junto a Jorge Semprún. Ambos salieron vivos de aquel infierno en 1945 y el padre de Olga regresa a Toulouse para reunirse con su mujer, hasta que en 1950 es deportado a Córcega, y de allí a Polonia. Más tarde, la familia pasa a  Checoslovaquia y luego a Hungría. Olga, ya de regreso a España, trabaja para la Generalitat Valenciana.  Publica cuentos y poemas y gana varios premios literarios. Y es en 1997 cuando Olga se topa en Alhama de Aragón, como en un choque de trenes, con José Luis Sampedro y ambos deciden compartir sus vidas. Se casan en 2003 en esa ciudad aragonesa. No voy a tratar aquí aspectos sobre la  grandiosa obra de José Luis Sampedro. Simplemente deseo aquí hacer referencia a un relato corto ( de apenas 28 páginas) que escribió Sampedro por encargo  para la Exposición Internacional de Zaragoza: “Balada del agua”. Termina el relato: “Hazte mundo y serás vida. Viviéndote en la vida. El crepúsculo acoge esas palabras entre sus sombras. El rojo vivo del geranio palidece. Dos veces sopla el canto del búho. Al fin la noche”.

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