miércoles, 26 de junio de 2013

Deslealtades aparte



Lo de Iñaki Urdangarín es de libro. Como está excluido de los actos protocolarios de la Casa Real, aprovechó el acto oficial en conmemoración del centenario de Juan de Borbón, el pasado día 20, para marcharse a Londres. Y por aquello de “ir por atún y ver al duque”, aunque más correcto hubiera sido decir “ por aquello de ir a gastarse la pasta gansa en la ruleta del casino, como ya hacía con Torres, y tratar de pedir una ocupación bien remunerada y de poco esfuerzo al amigo de su suegro”, aprovechó la estancia en Londres para acercarse a Aspinalls, casino de élite, y apostar miles de libras esterlinas, según cuenta “El Confidencial”, diario digital que añade “iba acompañado de una mujer joven y de aspecto elegante y de dos guaraespaldas” que, aunque no lo señala, pagamos todos los españoles con nuestros impuestos. Este duque consorte, que supuestamente no ha podido pagar varios plazos de la hipoteca de su casa de Pedralbes por su presunta “asfixia financiera” y que en la actualidad se encuentra mano sobre mano, al haber terminado su contrato con Telefónica y no haber prosperado su traslado laboral a Qatar como ayudante de Valero Rivera para entrenar a la selección nacional de balonmano de ese país, parece ser, y así se especula en “círculos generalmente bien informados” (como decía el ABC en tiempos de Luis María Anson cuando se quería lanzar una noticia sin “mojarse” por no haber contrastado la fuente) que busca en Londres lo que no consigue en España, es decir, intentar ser incorporado a la cadena “Duty Free Shops”, del millonario inglés Robert Warrent Miller, padre de Marie Chantal, mujer del hijo de Constantino, ex rey de Grecia y hermano de la reina Sofía. La cadena “Duty Free Shops”, curiosamente, también es propiedad del francés Bernard Arnault, amigo del rey Juan Carlos y dueño de “Louis  Vuitton”. Un intento que lleva las trazas de ser harto dificultoso, o sea, más difícil que aquella “aventura” de Anson, otra vez vuelvo a Anson, de conseguir aquella mañana del 17 de marzo de 1984 la exclusiva de los inéditos “Sonetos del amor oscuro” de Lorca, partiendo de un “chisme” que le había contado Pablo Neruda años antes. (“Anson”. D. Forcada y A. Lardiés. La Esfera de los libros. Madrid 2010. pp. 837-838). Obvio los detalles. Si Iñaki Urdangarín tuviese algo de decencia, debería intentar pasar inadvertido por la vida, como una estrella fugaz, deslealtades aparte.

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