martes, 9 de julio de 2013

Las cosas como deben ser





El obispo de Vich, -los cursis dicen Vic- Romà Casanova, recomienda santiguarse y rezar el santo rosario antes de ponerse al volante. Y, además, entiende que “desde los aparatos de radio nos podemos conectar con emisoras cristianas que nos proporcionan una programación adecuada para alimentar nuestra fe. La oración del santo rosario es una buena compañera en el camino”. O sea, que para evitar la monotonía de la ruta, entre el calor, las caravanas y los radares móviles, nada como llevar a cabo las recomendaciones del padre Peyton con aquella “Cruzada de Oración” y el rezo en familia. Imaginen que en el viejo utilitario van el marido, la mujer, dos hijos y la suegra camino de la playa. En el trayecto, si coincide que es lunes o sábado, se debe comenzar con los "misterios gozosos"; si es jueves, con los "luminosos"; si es martes o viernes, con los "dolorosos"; y si es miércoles o domingo, con los"gloriosos". Todos y cada uno de ellos aliñados con un padrenuestro, diez avemarías por cada misterio (creo que entran cinco en cada lote) encerrado dentro de esa serie de los cuatro señalados, además de una interminable retahíla de letanías lauretanas monocordes y una oración a modo de guinda para que seamos dignos de las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén. Pero como resulta que todavía queda viaje por delante, siguiendo las recomendaciones de monseñor Casanova, aún queda tiempo para sintonizar con Radio María y cantar eso de "Alabaré, alabaré, alabaré, alabaré a mi Señor…", que coreado por toda la familia al unísono hasta ayuda a ahorrar gasolina. Solo se permite cesar el pío cántico para comer un bocadillo en el área de servicio. Lo que no puede ser, por lo que tiene de profano, es que a otros viajeros les dé por poner la casete de "Amigo conductor" en la voz de  Perlita de Huelva, o "Torre de arena", en la de Marifé de Triana, que así es como llegan los accidentes. Hay que estar en lo que se está, en la conducción prudente y en el rezo en familia, que es lo que hace aunque esté de vacaciones la gente de bien y las personas decentes.



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