martes, 6 de agosto de 2013

Teruel, ya lo creo que existe



Bronchales, pueblo turolense de 489 vecinos enclavado en la sierra de Albarracín, es uno de los municipios más altos de España. Se nombra en el verso 1.475 del “Cantar de mío Cid”: “Por Santa María vos vayades passar…trocieron a Santa María e vinieron a albergar a Fronchales”. Pero hoy no está en mi ánimo comentar la belleza del paraje ni su gastronomía, amplia y reconfortante, donde destaca el “gazpacho de Bronchales”, suficientemente detallado por la Academia Aragonesa de Gastronomía en un magnífico trabajo de don Antonio Beltrán Martínez. Tampoco haré hincapié en las celebraciones de San Roque, que están al caer,  con su fiesta de “La Sopeta”, consistente en que cada 16 de agosto los vecinos se reúnen a merendar en la plaza del pueblo para comer tortas y beber vino, e incluso derramar el vino sobrante entre los asistentes  mientras bailan al son que marcan las charangas contratadas para la ocasión. Es una pena que se haya perdido el “baile de los pollos”, que consistía en  una danza mitad jota mitad seguidilla, por su proximidad con pueblos pertenecientes a Castilla-La Mancha, concretamente a las provincias de Guadalajara y Cuenca. Hoy quiero poner toda mi atención en el último pleno municipal de Bronchales, presidido por  Francisco Nacher Dobón, de CHA (Chunta Aragonesista), en el que se aprobó a propuesta de esa formación política instar al Rey a su abdicación y la consiguiente proclamación de una República Federal como forma de Estado, con los votos favorables de 2 concejales de CHA, la abstención de dos concejales del PSOE y el voto en contra de un concejal del PP. Conozco el texto de la Moción aprobada, de apenas dos folios, donde se hacen constar unos “Antecedentes” y el “Acuerdo” adoptado. “Hoy es necesario comenzar a trabajar –se dice en el apartado de ‘Antecedentes’- por una nueva realidad institucional basada en la Libertad, en la Fraternidad, en la Igualdad y en la Laicidad, sobre la base de la realidad plurinacional del Estado, que garantice la educación y la sanidad pública y universal, que mantenga un umbral mínimo de derechos sociales para la ciudadanía y que plantee una nueva cultura cívica”. Bueno, hasta aquí. Bronchales se ha convertido en el primer pueblo de Aragón con más altas miras, no por su altitud geográfica (1.569 metros sobre el nivel del Mediterráneo en Alicante), sino por su valiente brindis al Sol. Para que luego digan los burócratas  de Madrid que Teruel no existe. Yo les diría que sí, que existe y que goza de gran vitalidad, pese a la tragedia de hace ya más de ochenta años, a las razzias falangistas con sus  “paseos” hasta el cementerio de Teruel, o a las fosas comunes de Caudé.  Pensar que Teruel no existe sólo cabe en las cabezas de ciertos presuntos tontos del haba, algunos de ellos hoy convertidos en ministros, por no haberse molestado en leer a Cipriano Mera. Teruel es la única capital de provincia que no cuenta con línea férrea directa con  Madrid. ¿Cabe mayor desvergüenza?

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