martes, 13 de agosto de 2013

Trece y martes




Trece y martes, ni te cases ni te embarques. Leyendo la prensa parece como si no estuviésemos a mitad del ferragosto, ya saben, con los obligados culebrones y esas historias olvidadas en el fondo del colodrillo y que todos los años por estas fechas se riegan como si fueran macetas de balcón  y ocupan páginas interiores cuando hay poco que contar. Jaime Peñafiel, en “República.com”, bajo el título “Nadie quiere esponsorizarles”, comenta que “La Familia Real española ha dejado de ser ese oscuro objeto de deseo de empresas, entidades y multinacionales para esponsorizar su participación en competiciones náuticas. Se ha visto este año donde el Príncipe ha participado en la Copa del Rey de vela, a la caña de Aifos, un velero insignia de la Armada española. (…) La situación económica es tan crítica que hasta las velas del Aifos, son de segunda mano”. En ese mismo diario digital se reproduce una entrevista que  Cayo Lara ha concedido a Europa Press, donde dice: “La monarquía tiene los días contados, se lo ha ganado a pulso”. (…) “El nivel de deterioro viene porque la gente se cansa y se fatiga de ver la impunidad de la Casa Real, el oscurantismo o que la transparencia se va a conseguir a base de ir de ronzal”. Lara aprovechó esa entrevista para criticar el “apoyo” de la Fiscalía a la Infanta Cristina y el mutismo del Rey pese a conocer las actividades presuntamente delictivas de su yerno. Martes y trece. El Palacio de Marivent sólo está habitado por la Reina y por el escurridizo fantasma del pintor Juan de Saridakis, que está ofendidísimo y sólo se aparece para orearse y tomar color en los meses de verano. El resto de la familia, salvo Urdangarín,  tal y como describe Peñafiel, “llegaron, posaron y se largaron, lo hicieron cada uno por su lado. El rey cumplió con sus actos oficiales: la cena con las autoridades baleares, las que pagan dos millones de euros por mantener abierto Marivent, y la entrevista con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy”. Trece y martes. Mato el tiempo leyendo “Madera de boj”. Leo en la página 199, “los chepas son muy escurridizos porque tienen el alma untada con baba de caracol”. Trece y martes, cielo cubierto, mañana cuarto creciente en Escorpio. No sé, puede que la soledad sea lo contrario a la melancolía. Anda, niño,  deja de mear en el olivo.

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