martes, 3 de septiembre de 2013

Clasificación por bocinas





En su artículo “Restaurante de 4 bocinas” (ABC de Sevilla, 30/04/13), Antonio Burgos se quejaba del ruido que hacían al hablar los clientes de restaurantes. Y proponía que, en vez de tenedores, se colocase a la puerta de los establecimientos hosteleros, el número de bocinas que poseía en su clasificación según el ruido. En Zaragoza sucede algo parecido. Muchos fines de semana mi mujer y yo nos acercamos a la anochecida a un ”Vip’s”, o como se llame, existente en la Plaza de Aragón. El trato de los camareros, casi todos sudamericanos,  con el cliente es excelente. Más, si cabe, cuando ya te conocen. Pero lo malo es el ruido que producen determinados energúmenos que van apareciendo de forma dosificada. No es que eleven la voz, es que no puedes hablar con la compañera de mesa. No digamos nada si tales arrebatados aparecen con varios niños. Entonces ya más te vale comer con prisa, pagar la cuenta y salir zumbando del local. Es triste pero es así. “Como mi recordado Eduardo Osborne, -escribe Burgos- que cuando le preguntó un amigo si había mandado a sus hijos a Inglaterra a aprender inglés, le dijo: -- Inglés no sé, pero los he mandado para que por lo menos aprendan a hablar bajito”. Se están perdiendo los modales y las formas de vestir. A los corrillos que se forman en las aceras les trae al pairo si debes pisar la calzada para continuar el trayecto y aquellos que empujan, raramente piden perdón. Ayer tarde tuve que visitar el Tanatorio de Torrero y sentí vergüenza ajena. Un pasillo largo con varias estancias, una por cada familiar del difunto expuesto. Pues bien, en el pasillo era tal el vocerío de visitantes y allegados que era imposible poder responder cuando alguien te pedía la hora. Y no digamos la algarabía que salía de la cafetería. Por cierto, creo que yo era el único visitante de esa zona del recinto funerario que iba de manga larga. Vamos, que lo que propone Burgos para los restaurantes sevillanos habría que extenderlo a los tanatorios: tanatorio de una bocina, de dos, de tres, de cuatro…, y así.

No hay comentarios: