miércoles, 25 de septiembre de 2013

Entre pillos anda el juego





La respuesta de la ministra Mato al diputado José Martínez Olmos el pasado viernes en el Congreso sobre el asunto de los casinos se me antoja poco coherente con su función al frente de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Respondió Mato que “sería una perfecta insensatez rechazar proyectos como Eurovegas”. El Gobierno, de ninguna de las maneras puede primar los intereses económicos por encima de la protección de la salud cambiando la ley antitabaco a petición de los promotores de ese proyecto. Por otro lado, los responsables de la Comunidad de Madrid están  presionando al Gobierno de Rajoy para que modifique la  Ley 42/2010, de 30 de diciembre, que había modificado otra, la Ley 28/2005 de 26 de diciembre, sobre venta, suministro, consumo y publicidad de los productos del tabaco. La nueva ley entró en vigor el 2 de enero de 2011. A mi entender tiene razón José Martínez Olmos al afirmar que  “en el fondo es un enorme pulso de un promotor al Gobierno, un pulso que pretende cambiar la legislación sobre el juego y la legislación fiscal en beneficio propio, ya que el proyecto se basa en el juego, en la prostitución y en el blanqueo de dinero negro”. También Ana Botella se mostró a favor de modificar la ley antitabaco para zonas reservadas. Claro, todavía no había leído su panfleto en Buenos Aires y suponía que a la tercera iba la vencida. Pero el “cuento de la lechera” puede repetirse una y mil veces, como sucedió con el Gobierno de Aragón y aquel macrocasino que se iba a construir en medio de Los Monegros. Gran Scala (Las Vegas de Europa) iba a ser el relevo de la Expo y se iban a crear el triple de empleos que los disponibles en la planta Opel de Figueruelas. Pero, para llevar a cabo el proyecto, resultaba imprescindible cambiar la Ley del Juego. En la presentación del 12 de diciembre de 2007, ante el Gobierno autonómico en pleno, los ejecutivos de Internacional Leisure Development (ILD) anunciaron la construcción de 32 casinos y 18 parques temáticos en un gran espacio lúdico-cultural, en el que  se iban a invertir 7.255 millones de euros y crear 26.000 empleos. El entonces vicepresidente de la DGA, Biel, comparó el proyecto con un maná caído del cielo. Ese señor del PAR, hoy presidente de las Cortes de Aragón, es el mismo tipo que antes de “soñar despierto” había puesto como modelo de bienhacer político el trabajo de la alcaldesa Pinilla en La Muela. Y Pinilla terminó en la cárcel. El Ayuntamiento de Ontiñena (Huesca) ofreció los terrenos, pero la crisis económica difuminó la alegría inicial. Los parques temáticos fueron reducidos a 8, los casinos a 10 y los empleos a 15.000. Al final, “rien de rien”, que diría un crupier. Y, también, como sucedió en 2005 en Ciudad Real con el fallido Reino de Don Quijote, donde operaría el gigante Harrah’s. Pero el principal inversor, Gedeco Avantis, entró en concurso de acreedores en 2011 y Caja Castilla-La Mancha, presidida por el socialista Juan Pedro Hernández Moltó, aquel de “¡míreme a la cara señor Rubio, míreme a la cara!” cuando Mariano Rubio declaraba el 15 de abril de 1994 en la Comisión de Economía del Congreso por el caso Ibercorp, terminó siendo intervenida por su mala gestión. Hernández Moltó se convirtió, casi quince años más tarde, en el primer cadáver de la crisis financiera en España. ¿Fue la venganza póstuma de Rubio? Puede. Como en la canción de Makinavaja, ladrón de esquinas: “Sorpresas te da la vida, ¡ay Dios!”. Ahora, la concesión de los Juegos Olímpicos de 2020 a Japón ha abierto la caja de los truenos en Alcorcón, en la Alcaldía de Madrid y en la Comunidad Autónoma sobre el futuro incierto de Eurovegas. Algunos buitres carroñeros de la construcción y de la política ya empiezan a ponerse el esparadrapo antes de que se produzca la herida y a llorar por la leche derramada. Del “qué hay de lo mío” de los amos del ladrillo se está pasando al cante de “soníos negros”, como hacía Manuel Torre. Adelson no es de fiar y determinados tahúres de la antigua Real Casa de Correos, menos. Visto lo visto, entre pillos anda el juego.

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