sábado, 5 de octubre de 2013

Emilio Calatayud da en la diana




Días pasados, con motivo de las fiestas del Pilar, se anunciaba en la prensa local que los bares zaragozanos podían, si así lo deseasen, sacar barras a la calle para animar el consumo en beneficio de la hostelería. Sólo había que tener en cuenta unos requisitos: pagar un canon municipal de 650 euros por nueve días y las barras provisionales  sólo podrían  ocupar la fachada del establecimiento y la acera, en el supuesto de que tuviese cuatro metros de anchura. La Asociación de Hosteleros y el Ayuntamiento ya habían firmado a finales de septiembre el acuerdo correspondiente. Pero hoy, en Zaragoza,  el juez de Menores de Granada, Emilio Calatayud, en rueda de prensa posterior a un encuentro sobre “Los menores y el alcohol. Las cosas claras”,  organizado por la Federación Cristiana de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de Aragón, ha arremetido contra la hipocresía de los políticos en materia de bebida. Se ha preguntado “de qué sirve modificar la Ley de Trafico para duplicar la multa por consumo de alcohol al volante si se permite que los menores se inicien en la bebida con 12 y 13 años. Estamos creando borrachos. De igual manera que se protege a los no fumadores en espacios cerrados, se debería prohibir el consumo de alcohol en la vía pública, sean adultos o menores los consumidores. Todas las fiestas en España son botellones institucionalizados”. Juan Alberto Belloch, que además de Alcalde de Zaragoza es magistrado en excedencia, debería reconsiderar en lo sucesivo ese tipo de acuerdos entre el Ayuntamiento que él preside y los hosteleros. Aquí, según se desprende, “vale todo” mientras los hosteleros paguen un canon municipal adicional de 650 euros por establecimiento. Y eso no puede ser así. Ya puestos, que se permita también salir de los clubes de alterne ligeras de ropa a las señoras que los ocupan y donde se ganan la vida, para que capten clientela por la calle Alfonso o por el Coso. Como dijo el torero Rafael El Guerra: “lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible”. El Justicia de Aragón, en nombre de todos los zaragozanos, debería denunciar en la Fiscalía de Menores ese mal ejemplo hostelero y la mala catadura de unos responsables municipales que sólo piensan en recaudar a costa de lo que sea. Porque si  Fernando García Vicente sólo está para hacer de figurín, aquí sobra.

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