sábado, 26 de octubre de 2013

No pasa nada...





José Luis Rodríguez Zapatero ha aparecido en la Sexta junto a Ana Pastor. En este sentido, escribe Carlos Boyero en El País: “Hacía mucho tiempo que Zapatero había desaparecido de la vida pública. Y sospecho que nadie le echaba de menos después de su lamentable final de legislatura, después de aquella excesiva barbarie, digna de un cínico, un estúpido, o un jefe de Gobierno intolerablemente desinformado, en la que afirmó que no existía esa cosa denominada crisis. Y por supuesto, esta había disfrutado de absoluta impunidad para ser creada (el “tanto para ti y tanto para mí” debió de ser durante demasiados años la desvergonzada y fraternal regla común entre especuladores, banqueros y políticos) y ellos sabían quiénes eran los desgraciados que iban a pagar su salvaje coste. O sea, los de siempre”. Ahora Zapatero está escribiendo un libro. Supongo que paras Lara. Y en ese libro se supone, también, que contará cosas. ¿Qué cosas? Aquel insensato presidente de Gobierno es ahora consejero de Estado vitalicio y cobra por aconsejar. Apañados estamos. Aunque ya me creo todo de esos osados que se ampararon en la democracia para practicar las “fraternales y desvergonzadas reglas”, a las que hace referencia Boyero, y que los españoles estamos pagando con el desempleo, con el lanzamiento en viviendas y con el hambre de gran parte de la ciudadanía. Ahora, el ególatra Felipe González crea una fundación con su nombre, se nombra presidente y designa como secretaria a su hija María. Una fundación, digo, que estará  dedicada al estudio y recopilación de archivos y documentos sobre su trayectoria como presidente del Gobierno durante los años 1982-1986. Felipe González, cuando se mira al espejo todas las mañanas, no ve su imagen, sino la de don Manuel Azaña Díaz aunque con un pasar por la vida menos truculento que el que tuvo, por desgracia, el autor de “El jardín de los frailes”. Aznar, escritor de su propia biografía, Zapatero, incipiente narrador de cuentos fantásticos, y González, ya veremos… Tal vez se decante como probador de escabeches. Mientras, el país se desangra. Pero no pasa nada, eso forma parte de nuestra propia tragedia.

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