martes, 12 de noviembre de 2013

Gracias, señor Fainé





Todo un gesto, que se agradece, la ayuda prestada por La Caixa  al Albergue Municipal de Calatayud, con la entrega de 9.000 euros para comedor social de esa Ciudad. Debería tomar nota Ibercaja, que recientemente absorbió a Caja Inmaculada, y hacer lo propio. El alcalde bilbilitano, José Manuel Aranda, ha manifestado que “la Caixa es la única entidad financiera que en la actualidad colabora a través de su obra social con el Ayuntamiento de Calatayud”. Esas palabras del Alcalde, deberían llenar de vergüenza a Amado Franco, actual presidente de la Institución aragonesa, una vez sabido que el actual Ibercaja Banco recibió la totalidad de la actividad financiera de Ibercaja  a partir del  26 de julio de 2011, día en que la asamblea  aprobó la creación del nuevo Banco, convirtiéndose, a partir de esa fecha, en la accionista al 100% de la nueva entidad. Y en aquella asamblea se dejó claro que los dividendos generados revertirían en la obra social. A mi entender, dentro de las obras sociales que dedica Ibercaja, que no son pocas, sería deseable dar prioridad absoluta a creación de centros de día, proveer ayudas a ciudadanos con riesgo de exclusión social, proporcionando becas a estudiantes o, como ahora ha hecho La Caixa en Calatayud, creando comedores para tratar de mitigar en la manera de lo posible la tremenda crisis económica que se cierne sobre los ciudadanos, en gran parte como consecuencia de la avaricia de los bancos y de la mala gestión de buena parte de las cajas de ahorro puestas en manos de políticos y sindicalistas sin experiencia y sin escrúpulos. De la misma manera, La Caixa, a través del delegado territorial de esa entidad en Aragón, Navarra y La Rioja,  Raúl Marqueta, ha llegado a un acuerdo de colaboración con el Real Zaragoza, en momentos tan difíciles para el Club aragonés, hoy  en Segunda División. Es bueno que existan las hemerotecas. En la mente de todos está  la desaparecida Caja Castilla-La Mancha, presidida por Juan Pedro Hernández Moltó, -“Míreme a los ojos, señor Rubio”, ¿se acuerdan?- imputado por “administración desleal, estafa y falsedad contable”, y donde días pasados el juez Pablo Ruz ha imputado a otros siete miembros de la Comisión Ejecutiva por operaciones irregulares: pérdidas de 746 millones de euros en 2008, de 563 millones en 2009, inyección de 3.775 millones a través de Fondo de Garantías de Depósitos que después alcanzarían los 7.100 millones en las ayudas por la absorción por Cajastur, eso sin contar los 124 millones de ayudas de Bruselas suscritas por el FROB para Liberbank y los 1.622 millones que perdió el mismo banco hasta septiembre de 2012. Pero es que, además de Hernández-Moltó y de Ildefonso Ortega, están imputados en los sumarios abiertos por los diferentes juzgados de la Audiencia Nacional setenta y dos directivos de las desaparecidas Cajas, de los que 27 son políticos. Desde esta página invito al presidente de Ibercaja a que se una a colaborar de forma activa, destinando recursos a casas de alquiler a los necesitados, a programas de atención a la dependencia, a ayudas a la investigación y a la protección del medio ambiente. Que nadie pueda decir un día, cuando veamos el final del negro túnel de la crisis, que Isidro Fainé hizo más por Aragón que Franco (don Amado). 

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