lunes, 20 de enero de 2014

Frío





Todo el mundo anda acatarrado y tosiendo por las esquinas. Van al bar y como no les dejan fumar en su interior, salen a la puerta apoyados en el quicio de la mancebía, a fumar y a dejar pasar la vida entre ayes, toses, carraspeos y un cierzo que no amaina ni poniéndole una vela a la Virgen de Pilar para que el viento, lo que en Zaragoza llamamos “aire”, sople donde tenga a bien soplar,  verbigracia en Cabo de Hornos, que es de natural ventoso. Los camareros ya no gritan “¡bote!” cuando alguien deja propina sobre la barra de mármol, como se hacía antes de que llegara el euro y entrásemos en Europa sin maleta de madera. Ahora parece que los jóvenes se marchan con la música a otra parte, con sus títulos bajo el brazo y un ramillete de esperanza. Son los nuevos indianos, sin sombrero de paja ni traje de mil rayas, que marchaban en tren hasta el puerto para zarpar entre dos luces, casi al alba, cuando sólo decían adiós con el pañuelo de sus alas las gaviotas volanderas. Frío y olor a la fritanga del churrero. Se echa en falta un poco de calor pero el sueldo ya no da ni para encender el butano de la catalítica ni el hornillo eléctrico. Malos tiempos para la lírica. Ha muerto Claudio Abbado. Cuenta El País que “una vez afirmó que los tijeretazos del entonces ministro de Bienes Culturales, Sandro Bondi, eran una demostración pura de ignorancia”. ¿Qué hubiese dicho Abbado de Wert o de Montoro? Da igual. Hace frío, mucho frío. Los españoles merecemos una vida mejor y que el tiempo ayude. Se marchan nuestros hijos a Europa en busca de sustento, sin caer en la cuenta de que Europa es como la  sevillana Playa de Punta Verde, o sea,  la Playa de María Trifulca; que, como contaba Pascual González en “El Correo de Andalucía”, era nombre y apodo de una vieja alcahueta de casa de citas de la época de Alfonso XIII y que al final de su vida eligió ese lugar para olvidarse de todo lo que sufrió en la mancebía hispalense. Aquí nos quedamos a verlas venir los de siempre, los que sólo salimos a la calle a comprar el pan y a por recetas del médico.

No hay comentarios: