lunes, 3 de febrero de 2014

El matiz de los acentos





Pues nada, aquí ya tienen sueldo asignado la Reina y su nuera y abultados sobresueldos por gastos de representación. Pero ambas asignaciones, hechas a criterio del Rey, no reducen la fila de desempleados en España, que sigue siendo vergonzosamente extensa. Lo que no sabemos es en que grupo tarifarán, si es que tarifan, que no creo, tales “nominas” y si los  totales devengados por la Reina y su nuera tendrán las correspondientes deducciones a la Seguridad Social, al desempleo, a la formación profesional y por el IRPF como el resto de los mortales en nómina por cuenta ajena, que no están muertos todavía pero que llevan camino de entrar en la UCI de los ERE el día que las empresas donde prestan sus servicios se marchen a Marruecos o al Turquestán, que está entre el mar Caspio y el desierto de Gobi; o sea, a un paso del quinto coño, que también es el nombre de un restorán en La Condosera, provincia de Badajoz, en la intersección entre el Camino de Chandavilla  con la calle Lázaro Gurmiel, y donde, por cierto, ofrecen un excelente menú. Claro, hay un matiz: la Corona en España no trabaja por cuenta ajena sino que es la cuenta ajena, la cuenta abultada de nuestros impuestos, la que mantiene a la Corona. Quiero entender que tales sueldos de nueva asignación, el de la Reina y el de  su nuera, quedarán dentro de la partida que en los Presupuestos Generales del Estado se asigna anualmente para el mantenimiento de la Corona, como no podría ser de otra manera. Y en ese caso, da igual que el Rey lo reparta como le venga en gana. Ahí no entro. En la misma nota de prensa se da cuenta que su hija Elena “sólo” recibirá 25.000 euros como gastos de representación. Lo de “sólo” con tilde diacrítica sobra. No la tilde, que ya sé que es indiferente tanto si es adverbio como si es adjetivo, de acuerdo con las nuevas normas de la RAE, aunque a mí me sigue gustando evitar ambigüedades pese a ser una palabra llana terminada en vocal. Pero entenderán, y a eso iba, que no es lo mismo “quedarse solo” (sin tilde), como le está sucediendo al Monarca, que decir “sólo tengo 60 euros para llegar a fin de mes” (con tilde), que es lo que acontece con casi todos los currantes cuando remontan la quincena. Y decía, también, que lo del adverbio “sólo”, en el caso de Elena de Borbón, sobra por algo fácil de entender. Ya quisieran muchos trabajadores en activo y muchos pensionistas, que lo dieron todo en el transcurso de su extensa vida laboral, ganar 25.000 euros brutos al año. Por eso recalco que la nota de prensa sobre las asignaciones a la Reina, a su hija y a su nuera están dentro del libre albedrío del Rey pero, aún así, chirría en los hogares de miles de ciudadanos que no tienen nada que llevarse a la boca y cuyos hijos sólo (con tilde) hacen de fuste la comida del colegio los días lectivos. O sea, que se van al colegio sin desayunar  y sin cenar a la cama.

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