viernes, 21 de febrero de 2014

¡Toma, moreno!





Señala la prensa que Roca está “intranquilo” después de haber salido a la luz la trascripción de las declaraciones de Cristina de Borbón. Y yo estoy con sueño, después de haberme  leído esa trascripción hasta la una de la madrugada. ¿Por qué está intranquilo Roca? Pero si la infanta, y aquí tengo los papeles a la vista, sólo dijo: “no sé”, “no me consta”, “no me acuerdo”, “yo tenía confianza en mi marido”, “fuimos de viaje pero no sé quién lo pagó”... O sea, que leer esa trascripción es como escuchar el “Bolero” de Ravel, pero con más acompañamiento de clamor y murga, que dijera Camilo José Cela en “Toreo de salón”. Aquí los que estamos intranquilos somos los españoles del común, que sin comerlo ni beberlo nos estamos convirtiendo en el “punching ball”, como diría el llorado Pedro Rodríguez, tragando todos los sapos  de esa “First Class” desmemoriada y desdeñosa que no supo nada sobre los negocios de su consorte, pese a tener  éste la oficina de sus negocios en  su casa de Pedralbes. Y luego nos viene Rajoy con aquello de la “herencia recibida”, como si todos los ciudadanos hubiésemos defraudado a Hacienda al grito de “maricón el último”. “Si las preguntas no se podían responder de otra manera -ha dicho Roca-, se responden como se tienen que responder”. Roma locuta est, causa finita. La infanta respondió con 550 evasivas sobre su papel al frente de la sociedad de la que es copropietaria junto a su marido de las 1.063 que le formularon el juez y las acusaciones, es decir, el magistrado le interpeló en 806 ocasiones;  la Abogacía del Estado, 136; y el Ministerio Público, 121. La infanta respondió con evasivas 579 veces sobre su papel al frente de  Aizoon y sobre el papel de su marido en el instituto Nóos.  Demasiada amnesia, demasiados lapsos de memoria en alguien, como es su caso, que ocupa la séptima posición a la Jefatura del Estado. Ya se sabe que la proteína RbAp48 se pierde con los años, pero no es el caso de la infanta, de naturaleza despierta. Pues bien, si un ciudadano del común hiciese arreglos en su casa, sabría de antemano con qué presupuesto contó para hacer frente a tales arreglos. Pero, curiosamente, entre los datos arrojados por la Agencia Tributaria se encuentran los  698.824 euros (importe total de la reforma del Palacete de Pedralbes y otros gastos particulares) que los Urdangarín-Borbón abonaron con dinero de Aizoon. Sin embargo, la infanta, por las respuestas en su declaraciones ante el juez Castro (y así se desprende de la trascripción) no sabía con qué dinero se pagaron dichas reformas. En cierta ocasión le escuché contar a un hombre muy rico (sé su nombre, pero no lo digo) que lo bueno de tener dinero era el hecho de  poder llegar a fin de mes sin preocupaciones. Hombre, claro. Juan Rosell, presidente de la CEOE, ha manifestado a los medios que “pese a que los datos macroeconómicos están siendo positivos, todavía no se divisa en el horizonte un escenario con subidas salariales”. Sólo le ha faltado recitar: “Volverán las oscuras golondrinas…”. En fin, que entre todos la mataron y ella sola se murió.

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