viernes, 11 de abril de 2014

Labor de zapa




La periodista Pilar Urbano está en su derecho de pedir públicamente que se desclasifiquen los documentos oficiales del 23-F, como señala en El Mundo: “Cantera legítima para quienes queremos historiar nuestro pasado reciente, sin hermetismos ni opacidades”. La nueva monja de las llagas laica (esa especie de sor Patrocinio, que de soltera, o sea, antes de casarse con Dios, se llamaba María Josefa  Quiroga Capopardo y llegó a ser abadesa dentro de la Orden de las Concepcionistas Franciscanas), podría ya de paso pedir la desclasificación de los papeles del Opus Dei y su relación directa con los tecnócratas de camisa blanca del franquismo, es decir, los “López”. Y aprovechando que el Bernesga pasa por León, que se pudiera también explicar a todos los españoles la procedencia del dinero con el que se levantó Torreciudad, en el municipio oscense de Secastilla y junto al pantano de El Grado, donde casi nadie conoce lo que hay dentro. Pilar Urbano no usa mitones negros, como sor Patrocinio, ni sufre llagas en su cuerpo. Tampoco cambia gobiernos. La nueva monja de las llagas laica sólo pretende la indisposición de los ciudadanos hacia la figura del rey don Juan Carlos, al que han colocado el cilicio que deberían haber puesto en sus propias carnes, además de colocar quimeras de mal gusto en las estanterías de los grandes almacenes con intención de hacer labor de zapa y, de paso, tratar de vender muchos volúmenes llenos de inexactitudes, a ser posible tantas ediciones como las que lleva el librito Camino, a mayor gloria de la Obra de san Josemaría, Obra a la que supongo verdadera beneficiaria de los derechos de autor.  Ya saben: calumnia, que algo queda.

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