jueves, 15 de mayo de 2014

Hay cosas que no entiendo




A mí alguien con sabiduría bastante debería explicarme la razón por la que Patronal y Sindicatos comienzan unas negociaciones para un  nuevo pacto salarial. Las últimas reformas laborales, por lo que se desprende de tales encuentros, no acaban de ser suficientes. Por lo que parece, digo, “no están claras las rutas para la recuperación” ni se vislumbra creación de trabajo estable. Si cree la Patronal que rebajando los salarios hasta casi la dádiva serán más fáciles las exportaciones, están listos. Si no se crea tejido empresarial ni se invierte un celemín en I+D+i España está condenada a ser un país de camareros y asistentes sociales, considerando que el turismo crece y los dramas familiares también. En España hay a día de hoy alrededor de millón y medio de Pymes que luchan a diario, en la gran mayoría de ellas, por no echar la persiana. Y  Jesús Terciado, que no es precisamente lerdo, conoce las dificultades para que estas pymes puedan tener créditos mientras la banca se dedique a comprar la deuda pública que precisa este Estado monstruoso. Estamos en un club donde la troika impone sus reglas, que hay que aceptar. No queda otra. Contener el gasto público en las Autonomías, hacer rebajas fiscales a las pequeñas y medianas empresas, limitar los coches oficiales y amortizar las diputaciones provinciales, que sería una importante medida inicial, no está en la mente de Mariano Rajoy, que optó cuando llegó a La Moncloa por hacer recortes en Sanidad, Educación, Asuntos Sociales, rebajas de sueldos a funcionarios y pensionistas y subidas escandalosas en IBI, IRPF e IVA. Y ya se sabe: menos dinero en el bolsillo de los españoles equivale a un menor consumo, y un menor consumo corre parejo a exceso de stocks y despidos. Para percibir tal consideración no hace falta ir a Salamanca.

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