lunes, 14 de julio de 2014

Cuestión de tiempo




Adiós barquita velera/ galeón de mi querer. /Tu bandera y mi bandera/ ya no han de volverse a ver”. A Madina se le ha quedado la cara como de pasmo, viendo a  Pedro Sánchez junto a  Susana Díaz y a ese 31% de la militancia socialista haciendo guiños al tendido y quedando bonitos para una foto que terminará quedando sepia en algún cajón de Ferraz.  Madina era la apuesta de Alfonso Guerra, que parecía sólo dos días antes un entrenador de garrafina en el sofá colorao del Congreso, y de los amos del Ibex 35, que le invitaba a cenar a ese capitán de Moby Dick, ante  un posible final de ese Imperio Romano que se avecina bajo las siglas del PSOE y que más se parece a aquel petitorio del SOE, es decir, aquellos medicamentos que el médico del Seguro recetaba tras consultar el vademécum de Wasserman, también de tapas coloradas, y que es historia viva de nuestra farmacopea de posguerra. Aquí la suerte está echada. De nada vale consultar el “Pons” por confirmar la sintomatología del gran  perdedor. Hay otro, Pérez Tapias, que mira el panorama desde el fondo del proscenio como hacía Jaume Sisa, que utilizaba un periódico entubado a modo de catalejo para observar detenidamente al público que aplaudía en la sala de butacas. ¡Ay, mi niña! Todo ocurriá ayer, domingo, san Enrique, en medio de la noche y de una luna que parecía que nos iba a dar un beso con lengua de grande que estaba la jodida. Y hoy, lunes, san Camilo de Lelis, Jesús Cacho dispara todos los relés con su explosivo artículo “Mariano el optimista y una obsesión llamada Podemos”, donde el palentino viejo zorro cuenta que “tras haber dilapidado  -el presidente Mariano Rajoy- en dos años esa cómoda mayoría absoluta, los resultados del 25 de mayo ponen de nuevo al PP ante el espejo del fiasco del año 2004, infausta fecha en la que el partido pasó de otra mayoría absoluta a la oposición sin solución de continuidad”. (…) “De hecho, la aparición de Podemos con la fuerza de un tornado en el escenario político español es consecuencia directa de la incapacidad de los partidos mayoritarios del régimen para dar respuesta a las demandas de una población que no solo reclama bienestar económico, sino una democracia de calidad decidida a perseguir la corrupción a sangre y fuego, una sociedad harta de la corrupción que padecemos. En realidad, Podemos solo puede explicarse como una consecuencia de la corrupción moral que atenaza al régimen de la Transición”. Lo malo para esta cuadrilla de incompetentes, pusilánimes y presuntos corruptos está por venir en las legislativas de 2015. Tiempo le pido al tiempo, que tiempo el tiempo me dará.


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