miércoles, 27 de agosto de 2014

Rayas y estrellas




El pasado día 18 de agosto escribía “Elogio del traje de mil rayas” y terminaba diciendo que “es necesario recuperar lo antiguo, también en la forma de ataviarnos, en un intento no sé si vano de perseguir hasta encontrar el camino inverso a nuestra particular desolación”. Lo que entonces no sabía es que Zara acaba de retirar una prenda de su catálogo que para los israelíes evoca el Holocausto. Se trata de un polo de rayas horizontales y manga larga que porta en su lado izquierdo superior una gran estrella de seis puntas en color amarillo. Pero así, a simple vista, parece que “hiere susceptibilidades”, aunque tal estrella no sea precisamente la de David. La empresa de Amancio Ortega la ha retirado del mercado tras señalar que tal  estrella evoca la placa de un sheriff del Lejano Oeste. Hombre, si le pones un fondo bruno también puede evocar la “galleta” de alférez provisional y molestar a media España que perdió la guerra; y si tienes mucho calor y sed, puede recordar la cerveza “Estrella Dorada” de Damm, que dispone de una punta menos porque se le habrá llevado Pujol. De cualquier manera bueno es lo que bien termina y Zara ha hecho lo correcto al retirar la prenda de ralladillo de sus tiendas. Con los judíos hay que estar a bien. La II Guerra Mundial produjo la muerte de 6 millones de judíos. Pero que nadie olvide que también produjo 20 millones de muertos rusos. Si alguien tiene que pedir cuentas, que se las pida a Alemania. ¡A ver si yo no puedo acostarme con mi pijama de rayas para no herir susceptibilidades! Hoy desolación, lo que se dice desolación, la tiene los habitantes de la Franja de Gaza, donde el 77% de los fallecidos son civiles y donde han impactado proyectiles hasta en los hospitales. Así es la vida.

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