sábado, 25 de octubre de 2014

Mejor no hurgar en la herida





Verán ustedes: el pasado día 27 se agosto, en mi trabajo “Rayas y estrellas” hacía referencia a otro trabajo mío de días anteriores, concretamente del 18 de agosto,  “Elogio del traje de mil rayas”, en el que terminaba diciendo que “es necesario recuperar lo antiguo, también en la forma de ataviarnos, en un intento no sé si vano de perseguir hasta encontrar el camino inverso a nuestra particular desolación”. Lo que la primera vez no sabía es que Zara acababa de descatalogar una prenda de sus tiendas que para los israelíes evocaba la estrella de David. La empresa de Amancio Ortega decidió retirarla del mercado no sin antes dejar claro que tal  estrella “evocaba la placa de un sheriff del Lejano Oeste”. Pero aquello no había sido por casualidad., puesto que había antecedentes. Ya en 2007 esa empresa, Inditex, se había visto obligada a retirar del mercado un bolso que llevaba entre sus dibujos una esvástica verde. Pues bien, ahora existe una blusa, en este caso de Mango, empresa presidida por Isak Andic (que curiosamente procede de familia hebrea sefardí), que molesta a los alemanes. Y con razón. Se trata de la “blusa-SS”, tal como se la define en las redes sociales, que recuerda a las insignias de las Schutzstaffel, aquellas temidas tropas de asalto nazis que vestían de color bruno y portaban en la gorra de visera de su uniforme una calavera. A Isak Andic quiero suponer que alguien, no importa quién, le ha metido un gol por toda la escuadra.

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