martes, 11 de noviembre de 2014

Dos posibles envenenamientos




El diario ABC se pregunta entre sus páginas. “¿Envenenó Fernando el Católico a Felipe el Hermoso?”. En 1504 nombraron reina de Castilla a Juana. Pero pasando por encima de la “concordia de Salamanca” (1505) recuerda el diario madrileño el hecho histórico  “donde se acordó un gobierno conjunto de Felipe, Fernando “el Católico” y la propia Juana, esta situación terminó con la llegada del borgoñés a la península, quien convenció a parte de la nobleza castellana, a base de regalos y concesiones, de que el suponía una amenaza menor que la procedente de un rey aragonés. El duque de Medina-Sidonia y el cardenal Cisneros no dudaron apoyar al extranjero. Visiblemente ofendido, Fernando se retiró a Aragón y Felipe fue proclamado Rey de Castilla el 12 de julio 1506 en las Cortes de Valladolid con el nombre de Felipe I. Un reinado que solo duraría dos meses”. En 1504 moría la reina Isabel de cáncer de endometrio. Muerto Felipe I y al declarar incapacitada a Juana de Castilla, Fernando II de Aragón se hizo cargo del Reino de Castilla. Como también había muerto el príncipe heredero Juan, Fernando II de Aragón se obsesionó con tener un hijo y en 1505 no dudó en casarse en segundas nupcias con Germana de Foix, 36 años más joven que Fernando, hija de Juan I de Narbona y de María de Orleáns, hermana de Luis XII de Francia. Por cierto, el aspecto facial de Isabel de Castilla se ha relacionado, no sé por qué razón, con la señora que aparece sentada señalando algo en un libro en el famoso “Cuadro de la mosca”, o de la “Virgen de la mosca”, que se conserva en la sacristía de la Colegiata de Toro, y que es una tabla pintada al óleo de autor desconocido que tiene una mosca pintada en el manto rojo y sobre la rodilla izquierda, que da la sensación de ser una mosca real posada sobre la tabla a modo de trampantojo, un recurso muy empleado en la pintura griega, romana y renacentista. Detrás, a la derecha hay un fraile con libro al que atribuyen la viva imagen de fray Diego de Deza. Y a la izquierda algunos aseguran que se trata de la figura de María Magdalena. Otros expertos entienden que la mujer sentada en primer plano a la derecha del cuadro es santa Catalina de Alejandría. Ese cuadro, al parecer flamenco,  se restauró en 1966 y parece estar pintado en Flandes entre los años 1518 y 1525. Tampoco sé cómo llegó a Toro. Pero a lo que iba. Fernando murió antes de que llegase al mundo su ansiado hijo y cuando Carlos I llegó a España se enamoró locamente de Germana. Él tenía 17 años y ella (su abuelastra) 29. Si alguien está interesado en conocer de forma novelada la figura de Germana de Foix, recomiendo la lectura de “Jaque a la reina muerta”, de Carmen Güell (La esfera de los libros). Parece ser que Fernando II de Aragón, durante los diez años de su matrimonio con Germana de Foix, adoleció de una cierta impotencia. En determinado momento de su vida mandó que se le suministrara un potente afrodisíaco, cuya receta contenía testículos de toro. Pero no fue por el exceso del consumo de testículos de toro de lo que enfermó, sino del otro afrodisíaco: la cantaridina, extraída de la cantárida Lytta vesicatoria, un escarabajo de color entre verde y amarillo metalizado. La cantaridina, que comenzó a tomar el rey en 1513, es un tóxico que irrita la piel, las mucosas y que consumido por vía oral provoca la irritación de las vías urinarias y un importante priapismo. Aquel tóxico le produjo una nefritis que acabó con su vida dos años más tarde.



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