jueves, 18 de diciembre de 2014

La "pedrea" para Mato





Proponer, como ha hecho el PP, a Ana Mato como vicepresidenta de la Comisión de Cooperación al Desarrollo, me parece un desatino más de ese Grupo Parlamentario, con mayoría absoluta en ambas Cámaras. Si esa señora no se enteraba de que había un “jaguar” en su garaje, ya me dirán ustedes cómo va a cooperar al desarrollo. Además, ¿al desarrollo de qué? Será, si acaso, al desarrollo de los dislates a los que nos tienen acostumbrados. Mato tuvo que dejar la cartera Sanidad al verse salpicada por el sumario del “caso Gürtel”, en el que aparece como partícipe a título lucrativo. Pero esa señora, que no supo cómo actuar frente a los casos de ébola, abandonó el Ministerio, se sentó en otro escaño un poco más arriba y, desde entonces, permanece “expuesta” como la custodia de la Catedral de Lugo. Ahora ha sido premiada con la “pedrea” de un plus de 1.046’48 euros para gastos de representación, que añadidos a su sueldo de diputada, recibirá  4.730’91 euros mensuales además de su sueldo de exministra durante dos años. Ana Mato fue responsable de que a los enfermos de hepatitis C no se les administrase el fármaco Sovaldi por su alto precio, aunque sí había dinero para el rescate de la banca, para indemnizar a Florentino Pérez por el cierre del proyecto Castor, para el rescate de autopistas ruinosas y para derroches a todas luces injustificables. Hoy leo en El País que “la Plataforma de Afectados de la Hepatitis C  ha anunciado que presentará una querella contra la exministra de Sanidad, que tardó nueve meses en negociar con el laboratorio Gilead el precio de Sovaldi para su entrada en la financiación pública”. Según esa Plataforma,  “Mato tendrá que responder de 12 muertos diarios”. Personalmente, nunca he sentido tantos deseos de poder acudir a los próximos comicios generales. Falta todavía un año para que eso suceda, pero ardo en deseos de conocer por el resultado de las urnas si es posible, de una puñetera vez, mandar a los desechos de tienta que nos han caído en suerte al corral de la historia. Rajoy dice ahora que la crisis ha pasado. Hace sólo dos días, con ese mismo título (“Rajoy dice ahora que la crisis ha pasado”) Luis María Anson, nada sospechoso de ser un cavernícola de las izquierdas marxistas, escribía en su columna de El Imparcial: “la crisis no ha pasado, como ha dicho el presidente del Gobierno, aunque se hayan despejado algunos de sus horizontes borrascosos. Y no ha pasado porque la deuda pública resulta apabullante, ha superado el billón de euros y roza el Producto Interior Bruto. Solo los intereses de esa deuda gigante suponen una cantidad similar al presupuesto de todos los ministerios. No, la crisis no ha pasado, aunque las cosas hayan mejorado considerablemente. Y no ha pasado, no solamente por la deuda galopante sino porque el número de desempleados continúa por encima de los cinco millones”. A Ana Mato podría el Gobierno nombrarla mañana embajadora en Burundi (no sé si allí existe embajada); pero, aunque ello fuese así, nada cambiaría en la opinión que tengo sobre ella. Se puede ser ministra-florero. Sobre esa circunstancia, que responda Rajoy. Pero no es de recibo perjudicar a todo un colectivo, como es el caso de los enfermos de hepatitis C, por el hecho de resultar caras las medicinas que pueden aliviarles su dolor. Y eso no se lo perdono a alguien que va a  vicepresidir la Comisión de Cooperación al Desarrollo, pero al desarrollo de los disparates.

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