miércoles, 10 de diciembre de 2014

Lucía Caram




Lucia Caram, dominica contemplativa y presentadora de un programa de Canal Cocina desde el pasado mes de abril es una monja muy valiente, que lo mismo ayuda a los necesitados (su orden da de comer a 1.600 necesitados cada día) que critica a los políticos por la situación de necesidad a la que las medidas ultraliberales del Gobierno que preside Rajoy han llevado a millones de españoles. A Lucía Caram le habían propuesto la Hermandad de Jesús Nazareno y Nuestra Señora del Rosario, para que fuese pregonera de la próxima Semana Santa en  Teruel. Pero miren ustedes por dónde, tal iniciativa no le ha parecido aceptable al obispado de esa diócesis,  cuyo titular es Carlos Manuel Escribano Subías. El obispo en cuestión no ha querido dar explicaciones sobre su negativa a esa propuesta. Por lo que se desprende, al obispo Escribano no le debe agradar que una “monja cojonera” sea capaz de afirmar que “mi vida son mis causas y como mis causas valen más que mi vida, me debo a mis causas. Y esas causas son, evidentemente, las de los perdedores”. Esta monja argentina declaró hace dos años a La Vanguardia que “la Iglesia debería aceptar el uso anticonceptivo del preservativo”. Y en su libro “Mi claustro es el mundo” (Editorial Plataforma, 2012) señala que un cura que convive con los sintecho de París le dijo: “La Iglesia es una casa de putas donde he aprendido a hacer el amor”. Si el obispo de Teruel tiene la última palabra sobre quién debe ser pregonero de la Semana Santa, al menos debería explicar las razones que le han llevado a tal negativa. Es lo menos que se le puede pedir a quien está en poder de la cuerda de palmero.

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