martes, 28 de abril de 2015

Polacadas a tutiplén





Yo no sé como se puede activar el desarrollo rural de Castilla-La Mancha pero de ninguna de las maneras me sirve la peregrina fórmula que propone María Dolores de Cospedal, consistente en reformar plazas de toros de los pueblos. Lo que pasa es que hay 919 municipios en cinco provincias, en las que el sector primario ha tenido siempre un papel destacado. Ahora no, ya que le gana el sector terciario. De esos municipios, 508 tienen menos de 500 habitantes, 223 entre 501 y 2.000, 148 entre 2001 y 10.000 y sólo 40 poblaciones tienen más de 10.000 habitantes, casi todas ellas en el Corredor del Henares. En su conjunto, el número de habitantes de toda la Comunidad era en enero de 2014 de 2.078.611 ciudadanos, con una densidad de población exigua, de sólo 26’2 habitantes por kilómetro cuadrado. Hay que tener en cuenta que el 10% de la población está compuesta por inmigrantes, en su mayoría rumanos (52’6%); marroquíes y subsaharianos (21 %); sudamericanos (22’9%); y asiáticos, en su mayoría chinos (3’4%). El despoblamiento, el cierre de colegios y el impulso a nuevos jóvenes agricultores parece ser que son cosas de importancia menor. De esa guisa, ¿cómo se pretenden captar fondos de ayuda europeos? Cospedal desea volver al pan y toros, con más toros que pan y más camareros que nadie. Cospedal se cubrió de gloria con la última polacada. Así, en 2014 se presentó en las Cortes de Castilla-La Mancha una nueva reforma del Estatuto de Autonomía  (aprobado el 10 de agosto de 1982 de acuerdo con el artículo 143 de la Constitución Española) a fin de reducir el número de diputados y cambiar su proporcionalidad. En la actualidad cuenta con 49 diputados. Fue aprobado en el Congreso de los Diputados sin consenso del resto de formaciones, sólo con los votos del PP,  que dispone de mayoría absoluta. Según Ignacio Escolar (“Fe de errores: así es la reforma electoral de Cospedal”, Eldiario.es, marzo de 2015), “tras la reforma propuesta por Cospedal, el mismo Estatuto indica en su artículo 10 que las Cortes estarán formadas por entre 25 y 35 diputados elegidos en circunscripciones provinciales, de tal forma que estas queden en un número tan bajo de diputados a repartir que a efectos reales no representan la realidad política de la región; pues es matemáticamente posible no obtener ningún diputado aún obteniendo el 10 % de los sufragios, así como también obtener la mayoría absoluta con menos del 35 %”. Otra polacada más de la secretaria general del partido político que más corruptos tiene por moqueta de despacho. Es el pan y toros, ¡qué digo!, el pan y circo de un país empobrecido hasta la grosería y manejado por contorsionistas, payasos, trapecistas y domadores, hábiles en el manejo de la tarjeta black, en el trile, en los juegos malabares para la obtención de mayorías absolutas en los reinos de taifas con poco porcentaje de votos y, cómo no, en la colocación de la peineta encima del moño en las primaverales mañanas toledanas de Frascuelo y de María. 

lunes, 27 de abril de 2015

Esconder a los pobres





La aporofobia es el odio hacia los pobres. Esto viene a cuento con unas declaraciones de Esperanza Aguirre, presidenta del PP madrileño y aspirante a la Alcaldía de la capital de España. Ha dicho que pretende impedir que los indigentes duerman en la calle en el centro de la capital porque “ahuyentan a los turistas”. Pues no sé qué decir. Los pobres deberían estar prohibidos por ley. Si un ciudadano pierde el empleo y más tarde es desalojado de su vivienda al no poder hacer frente a la hipoteca, lo que tiene que hacer es seguir la flecha hasta el puente de Segovia y hacer turno para tirarse al vacío. No es una novedad. Durante los años 90 del pasado siglo se tiraron entre 4 y 6 ciudadanos por mes, aunque la prensa no lo reflejara. Lo que pasa es que unas mamparas impiden ahora que el pobre pueda suicidarse. Para el indigente que no lo sepa, le diré que está en el cruce de la calle Segovia con el río Manzanares. La idea de hacer ese puente (que no viaducto, como suele llamarse) fue la de unir el Palacio Real con San Francisco el Grande salvando un incómodo barranco. Se cuenta que lo inauguró Calderón de la Barca, ya fiambre, en mayo de de 1681, cuando lo cruzó sin estar terminado por la comitiva que trasladaba sus restos mortales desde San Francisco el Grande hasta la Sacramental de San Nicolás. En su libro “Madrid” señala Ramón Gómez de la Serna: “Yo amo la Puente Segoviana, que me recuerda todos los pretiles sobre el abismo que hay en los lugares clásicos y castizos de España, y me parece como una avanzada de nuestro excursionismo, la trinchera exaltada y elevada al cubo, al cubo con que lo cubica todo un albañil”. Yo diría que son los turistas los que ahuyentan a los pobres de solemnidad tirándoles fotos y echándoles unos céntimos al platillo como si esos desgraciados fuesen la Fontana de Trevi. La medida que propone Esperanza Aguirre es una forma de buscar la “solución final” a un sainete tragicómico que ya dura demasiado tiempo. Ana Botella decía que la zona de Chueca olía mal por pulpa de los desarrapados. Y ahora, esta señora, que para mí tiene cara de oler mal, se permite el lujo de proponer la tralla de arreo para que los turistas sólo puedan ver a tipos tomando café con leche en la Plaza Mayor y a figurantes al estilo de Luis Candelas en las tabernas de la Cava Baja. A la pobreza hay que esconderla por el bien de la marca España y de las falsas prédicas de los trileros que nos gobiernan con el señuelo de los aceptables datos macroeconómicos. Esta señora, Aguirre, me parece de la peor calaña. Hoy me entero de que María Dolores de Cospedal, otra que tal baila, pretende arreglar las plazas de toros de los pueblos de Castilla-La Mancha. Una región  que, junto a Andalucía, Extremadura, Canarias, Ceuta y Melilla, es de las más deprimidas de España. Cospedal se debe creer que, porque algunos trenes de alta velocidad paren un minuto en Ciudad Real, ya se ha alcanzado la modernidad en el territorio por ella gobernado. Eso mismo pensarán los vecinos de Brazatortas, pueblo que en su  día fue propiedad de la Orden de Calatrava, donde no para  el tren pero lo sienten. También me entero (Eldiario.es) de que “los obispos españoles rompen públicamente con las políticas del PP y piden perdón por primera vez”. Y lo dicen ahora, cuando los ciudadanos están haciendo la obligada Declaración sobre la Renta. ¡Anda ya!

domingo, 26 de abril de 2015

La ensaladilla de Espumosos





Ayer por la tarde decidí dar un paseo. En La Lonja pude ver “Un viaje a la utopía”, es decir, una colección de esculturas de Fernando Navarro Catalán (Andorra, Teruel, 1944) confeccionadas a base de tubos, perfiles angulares y chapas unidas con grapas y pasadores, muchas de ellas pintadas con los colores del parchís. Interesante. Lo que más me gustó fue la escultura “Cactus”. Para gustos se hicieron los colores. Más tarde, ¡cómo no!, me acerqué hasta Espumosos del Paseo de Sagasta para tomar una caña de cerveza e hincarle el diente a una de sus ensaladillas en platillo en forma de barca. Esas ensaladillas sí que tienen arte, lo demás son pamplinas. Al regresar a casa puse la televisión. En la cadena de Mediaset, La Cinco, se entrevistaba a  Álvaro Pérez, el Bigotes, que maldijo la hora en la que llegó a Valencia, contó cómo se orinó en los pantalones durante su encierro en el calabocillo de una comisaría de Moratalaz y el interés que tenía Garzón por saber quién era Luis el Cabrón. En suma, que Álvaro Pérez, que ya no lleva bigote sino barba, dijo no saber mucho sobre los manejos de Correa, que en la trama de la Gürtel él sólo pasaba por allí, etc. En la cadena de Atresmedia, La Sexta, el mesías prometido Pablo Iglesias contaba que Rivera, el de Ciudadanos, es una versión renovada de Rajoy. Y no vean, hasta altas horas de la madrugada haciendo zapping y pasando sueño. Finalmente me metí en la cama pensando en la ensaladilla de Espumosos. Fue lo único que mereció la pena en un sábado para olvidar.

sábado, 25 de abril de 2015

Paladares a la italiana





Leo en el diario ABC que “crece en Italia el fenómeno de dar de cenar a desconocidos en el propio domicilio, a la manera de los paladares cubanos. El precio medio: 25 euros”. Hombre, es una buena idea siempre que el precio merezca el menú. En España lo tenemos más difícil. En mi juventud, no sé ahora, existían las casas particulares que admitían personas a pupilaje. Se llamaba vivir en patrona. Un amigo me contó en cierta ocasión que en aquellas casas sólo se podía permanecer, como mucho, 15 días. Pasado ese tiempo se relajaba la atención hacia el huésped y ya no traía cuenta. Otra modalidad era, y lo sigue siendo, el alquiler de una habitación con derecho a cocina. Pero el tema de trasladar los paladares al estilo cubano a España es asunto delicado. Sucede que en Cuba hay unos restaurantes controlados por el gobierno y otros que son comercios privados. Nacieron a fines de los años 90 y ayudan mucho a que las familias puedan hacerse con algo de dinero europeo en tiempos tan difíciles para esa isla. Conviene aclarar que en Cuba existen en circulación dos monedas de curso legal: los pesos (moneda nacional) y los CUC (pesos convertibles). El dólar estadounidense no es aceptado en la isla. Sí el euro, pero su cambio fluctúa casi todos los días; aunque prácticamente un euro equivale a un peso convertible y éste a  24 pesos cubanos. Para los cubanos, un euro es equiparable a lo que antes era un dólar estadounidense, pero han ganado en el cambio ya que es fácil adivinar que la moneda europea se cotiza más que el dólar en los mercados internacionales. Pero a lo que iba, moreno. En este país, el fenómeno de dar de comer a desconocidos en casa no sé si resultaría práctico. Se compran muchos libros de cocina pero sólo sirven para llenar estanterías. El 27% de la población está en riesgo de pobreza, es decir, uno de cada cuatro ciudadanos, según la tasa Arope (at risk of poverty and/or exclusion) que es el indicador europeo que mide la población en desamparo en una sociedad. Y muchos de esos ciudadanos se han olvidado del sabor de un filete de ternera, de poner un mantel en condiciones  o de hacer una comida de fuste. Por eso digo que lo tenemos chungo en ese I+D+i de andar por casa. Se comen muchos macarrones pero nunca se gratinan por el coste del horno. Se abusa de infames bocadillos, que se devoran frente a una televisión que explica cómo ha sido el retorno a Sálvame de Belén Esteban, o tomando todos algo de una fuente en medio de la mesa con un brazo caído y con el otro metiendo cuchara y paso atrás. Y así no hay manera.

viernes, 24 de abril de 2015

"Cervanteando"




Mientras  Juan Goytisolo cervanteaba en la Universidad de Alcalá de Henares y ponía el dedo en la llaga: “crisis económica, crisis política, crisis social, más del 20% de los niños de nuestra marca España, vive hoy bajo el umbral de la pobreza, etcétera…”, nos enterábamos estupefactos de que el viaje a Buenos Aires de los más de 200 invitados a todo pagado (para escuchar a Ana Botella aquella estupidez del café con leche en la Plaza Mayor),  había salido por más de un millón de euros de vellón en sólo cinco días de estancia. Total, para hacer el ridículo más espantoso. Goytisolo también expresó, refiriéndose a Cervantes, el deseo de comercializarlo por parte de Botella, semillena en alardes inanes y semivacía en sentido común. “Comercializar sus huesos  -dijo el escritor galardonado- de cara al turismo como santas reliquias fabricadas probablemente en China”. Da todo igual. Manuel Rivas, en El País, escribía hace pocas fechas que “quizás Rato ha prestado un gran servicio a España: ser la gota que colma el vaso. Es esa gota la que apresa el agente aduanero cuando agarra por la nuca al exdirector del FMI. La llamada ‘amnistía fiscal’ ha sido un eufemismo para legalizar un estado de indecencia”. No se puede ser más claro. El Gobierno se acaba de gastar una morterada de dinero público, ese parné que parece que no sea de nadie, en una bandera para un cuartel de Álava. La Asociación Unificada de Guardias Civiles está indignada: “La Guardia Civil da prioridad a desfiles, ceremonias y otros actos llenos de brillo, medallas y banderas, a la apertura de cuarteles innecesarios en el pueblo del ministro [Fitero], donde vive la madre de Jorge Fernández Díaz, y a la organización de expediciones a santuarios religiosos”. Pero lo que le molesta a esa Asociación es que, mientras tales cosas acontecen, no haya dinero para chalecos antibalas y vehículos adecuados. Y eso ya es peor. A este paso, los miembros de la Benemérita volverán a la bicicleta, como en los tiempos de mi infancia, con aquellas Orbea gris-perla, el tricornio con cogotera calado hasta las cejas y el máuser sujeto en la barra central. En fin, así está esta corrala. Es como la Ínsula Barataria que aspiraba a gobernar Sancho mientras don Quijote cervanteaba contra los molinos de viento.

jueves, 23 de abril de 2015

Reliquias profanas





Un día, cuando el Museo del Ejército todavía estaba en Madrid, encontré en su interior  en una de mis visitas la falsa espada “Tizona” del Cid Campeador. De aquella espada no se conocía su procedencia, pero quedaba impactante. Lo cierto es que, cuando el título de marqués de Falces pasó a un sobrino de Pedro Velluti, José Ramón Suárez de Otero, éste realizó gestiones para vender la espada ¿del Cid? a algún organismo oficial español. En ese momento la familia de los cuidadores del marqués se enteró de que la espada era parte del legado familiar y de que podía tener un valor elevado. La venta de  “Tizona” se llevó a cabo, finalmente, en 2007 por 1,6 millones de euros. Los visitantes del museo la contemplaban, como digo, y algunos hasta se lo creían. Ahora falta saber quién posee la otra espada, “Colada”. Pero no se preocupen, que pronto aparecerá en casa de algún noble de chicha y nabo; y éste señalará a los medios que había estado oculta en el desván de su residencia de verano en Cercedilla.  Aquella espada, “Tizona”, era una reliquia profana que, como las innumerables reliquias religiosas, conservaba una aureola de misterio. Eso que aquí expongo viene a cuento con la última pretensión de la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, deseosa de que los huesos de  Miguel de Cervantes se conserven en una urna que sea expuesta a los turistas en su visita al convento de las Trinitarias. Lo que sucede es que tales restos humanos están mezclados con los de otras dieciséis personas y para saber cuáles son los de Cervantes sería necesario cotejar el ADN de esos huesos con el de los restos de otro familiar, algo harto complicado hasta el punto que la investigación se ha cerrado definitivamente. Los restos de Cervantes, enterrado en 1616 a la edad de 69 años y con el hábito de franciscano, se encuentran en el nicho número 5, en la zona menos noble de la iglesia. Permanecen  junto a los de su mujer, Catalina de Salazar, que le sobrevivió 10 años. Por lo que se conoce, los restos de Cervantes deberían presentar las huellas de un grave impedimento en el brazo izquierdo, dos arcabuzazos en el pecho y signos de haber padecido cirrosis. Pero mal se puede conocer todo eso en unos huesecillos anónimos que más parecen los correspondientes al último pavo de Navidad que otra cosa. Botella quiere hacernos ver que ella, siendo alcaldesa, “descubrió” los  restos de Cervantes, del mismo modo que su correligionaria Esperanza Aguirre trata de convencer a quien la escucha  que ella, siendo presidenta de la Comunidad de Madrid, descubrió la trama Gürtel. Que risa.

miércoles, 22 de abril de 2015

Hoja de calendario





En el taco de calendario, Mensajero, que edita la Compañía de Jesús en Bilbao, leía ayer en su reverso unos “avisos parroquiales” que no tiene desperdicio. Uno de ellos: “El viernes, a las siete de la tarde, los niños del Oratorio representarán la obra Hamlet, de Shakespeare en el salón de la iglesia. Se invita a toda la comunidad a tomar parte de esta tragedia”. Otro: “El tema de la catequesis de hoy es el siguiente: ‘Jesús camina sobre las aguas’. Y tomen nota, el tema de la catequesis de mañana será ‘En busca de Jesús”. Hay más, pero sólo dejo esas dos muestras para que el lector juzgue. Según y cómo se cuentan las cosas, puede suceder que se nos aclare lo que alguien tiene interés en transmitir o produzcan el efecto contrario al deseado; es decir, nos sumerjan en un proceloso mar de desasosiego. Que se invite a tomar parte de una tragedia, o que el Mesías camine sobre las aguas y al día siguiente haya que buscarle, tiene su miga. En otras ocasiones, una información mal detallada puede dar lugar a un enfado generalizado por parte de los sexagenarios que componen una coral y que orientan todo su ardor en que el grupo vocal funcione como si se tratase del Orfeón Donostiarra. Vean si no tengo razón: “El coro formado por nuestros queridos fieles y amigos de la parroquia, mayores de sesenta años, se suspenderá durante todo el verano, con agradecimiento por parte de toda la parroquia”. Otras veces, la pasión por el deporte puede producir una situación de asombro: “El torneo de baloncesto entre las parroquias continuará con el partido del próximo miércoles por la tarde. ¡Anímense todos y todas! ¡Acompañemos a derrotar a Cristo Rey!”. Con avisos parroquiales como esos ya no será  necesario que Pedro Sánchez, ese político socialista que dice hoy una cosa y mañana la contraria, manifieste que  hay que revisar los acuerdos con la Santa Sede. Pero no debemos fiarnos. Derrotar a Cristo Rey es tarea complicada hasta en Semana Santa. Ya dijo García Lorca en una conferencia que “en todos los países la muerte es un fin. Llega y se corren las cortinas. En España no. En España se levantan. Muchas gentes viven allí entre los muros hasta el día en el que mueren y los sacan al sol. Un muerto en España está más vivo como muerto que en ningún sitio del mundo: hiere su perfil como el filo de una navaja barbera”.

martes, 21 de abril de 2015

Cacao maravillao



El PP reprocha al aspirante a la Alcaldía de Zaragoza,  Carlos Pérez Anadón, “gastos vergonzosos” en comidas, bebidas o traslados a costa del erario público, según leo en Heraldo de Aragón. Ese mismo periódico señala que “desde 2011 hasta 2014, ese aspirante [de la familia de los damascos] ha comido a costa de los ciudadanos de Zaragoza 208 veces con al menos tres personas, lo que supone  886 menús y un coste de 18.816 euros”, lo que sale a 90’46 euros de media cada cubierto. Pero no pasa nada. Javier Fernández, exdelegado del Gobierno,  teniente coronel del Ejército de Tierra en la reserva, licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza, educador en la AGM del entonces Príncipe de Asturias (hoy Felipe VI) en la asignatura de Transmisiones, doctor en Derecho y profesor de derecho Constitucional en la Universidad de Zaragoza, pretendió en su día aspirar a la Alcaldía de Zaragoza, pero el rodillo del aparato socialista se encargó de que ello no ocurriera, al entorpecer el primer requisito que tenía que lograr que no era otro que el de obtener las firmas suficientes de militantes para concurrir a las primarias. Al final se decidió que no habría primarias. ¡Toma democracia! Pérez Anadón, que no logró más allá del “paso del ecuador” en la carrera de Derecho y que lleva más de treinta años comiendo de la política, controla orgánicamente el partido socialista en Zaragoza y es el único aspirante “al puesto que tengo allí. Volverán banderas victoriosas...”. Y como resulta que las municipales están ya a la vuelta de la esquina, apuesto doble contra sencillo a que Pérez Anadón acudirá al Parque de Tío Jorge el próximo día  23 de abril para estrechar manos a jubilados y a todo aquel sansirolé que se le acerque creyendo que así tiene su “minuto de gloria”. Aquí de lo que se trata es que el PSOE se perpetúe tras la marcha de Alberto Belloch, que ha dejado un “cacao maravillao” para desgracia de los zaragozanos. El día 23, san Jorge, está prevista una jornada campestre,  la cincomarzada, que no pudo celebrarse en su día por cuestiones climáticas. Espero y deseo que Carlos Pérez no alcance la Alcaldía. Los zaragozanos todavía tenemos presentes en la memoria los adefesios de González Triviño, el tremendo coste de la Exposición Internacional en 2008 de Belloch, que dejó un legado de infraestructuras inútiles (todavía tuvimos que escuchar en su día al presidente de Expoagua que “el objetivo no se cuenta por la gente que acuda, sino por la calidad de lo que se ofrece”. Nunca se alcanzaron las visitas previstas y Roque Gistau, con aquellas declaraciones, se cubrió de gloria. Hizo bueno lo dicho por la ministra de Rodríguez Zapatero, Carmen Calvo Poyato, de que “el dinero público no es de nadie”. Esa ministra de Cultura socialista, además de esa perla cultivada, tuvo otras. Destaco una: “Me gusta madrugar para poder pasar más rato en el baño: allí leo el periódico, oigo la radio, oigo música y hablo por teléfono con alcaldes en bragas.” Y ahora falta saber lo que nos costará la línea 1 del tranvía. Ya pueden ver cómo anda el aceite del candil de estos mandamases a la violeta. Pero, ya digo: no pasa nada. El zaragozano es, en general, olvidadizo y todo lo perdona. ¡Con decirles que todavía entienden que el PSOE es un partido de izquierdas…!

sábado, 18 de abril de 2015

Cuidado con pisar el charco




La realidad siempre supera a la ficción. Si no, que se lo pregunten a Gary Harrington, de Tagle Point  (Oregón), que disponía de tres bidones en su domicilio para recoger agua de lluvia. El resultado ha sido que Gary se enfrentó a nueve cargos por “tres reservas ilegales”. Las leyes de ese Estado señalan que el agua procedente de la lluvia es de propiedad pública y se necesita una autorización para poder almacenarla. El resultado fue que Gary fue condenado a 30 días de cárcel y a pagar  1.500 dólares de multa en 2002 y un año más tarde pudo conseguir el correspondiente permiso estatal. En España todavía no ha caído en la cuenta Montoro de que el agua de lluvia es una riqueza nacional por la que haya que pagarse impuestos. Pero todo llegará. Ya sucede con los paneles solares de uso casero, que deberán pagar un peaje por autoconsumo fotovoltaico. Sólo en la comunidad de Aragón hay 229 especies de fauna y flora protegidas (136 plantas y 93 animales), todas ellas catalogadas en el Decreto 49/1995, de 28 de marzo, por el que se regula el Catálogo de Especies Amenazadas en Aragón (BOA número 42, de 7/4/95), si bien el artículo 149.1.23 de la Constitución Española reserva al Estado la competencia exclusiva para dictar leyes sobre protección del medio ambiente. Si ello lo trasladamos a 17 Comunidades Autónomas, entiendo que deberemos andar con cuidado antes de tomar una hierba del camino. Podríamos encontrarnos, sin pretenderlo, con multas tremendas por arrancar un tomillo sanjuanero, es decir, un thimus  loscosii,  o pescar un fraile, o sea, un blennius fluvialitis. Si el fraile es de otra orden, no sabemos a cómo nos saldría la broma. Con lo que piden “por el amor de Dios”, seguro que por la torta de un pan.

Merienda de negros




Cuenta Melchor Miralles en República de las Ideas: “Es evidente que a Rodrigo Rato sus amigos del PP le han abandonado a su suerte y ahora van a presentar su cabeza como bandera electoral de lucha contra la corrupción. No tienen escrúpulos. No les va a servir de nada. El escándalo es de dimensiones gravísimas y acredita ya definitivamente el fin de una era, es la ultima fotografía que nos permite acreditar que hemos estado gobernados por una recua de obscenos desahogados sin principios éticos y morales, que además nos han llevado a la ruina mientras ellos y los suyos se enriquecían”. Algo parecido sucedió con Luis Roldán y el PSOE. Roldán actuó como un chorizo, pero no fue el único. Al partido socialista le costó las elecciones. Ahora Rajoy se esconde entre las bambalinas de La Moncloa y el Gobierno que él preside se ha quedado mudo de repente. Demasiada mierda. Demasiada podredumbre. Si eso es el neoliberalismo, más vale que nos pille el tren. Con el PSOE hubo quiénes se acogieron a amnistías fiscales. Con el PP, también. Se entregaba a la Agencia Tributaria el 10% del montante declarado de forma extraordinaria y  pelillos a la mar. No es esto, no es esto. Mariano Rajoy tiene obligación de dar la cara. Ya no sirve de nada ejercer de don Tancredo. Y que cuente, también, por qué la banca no está dispuesta a devolver el dinero prestado por el FROB y por qué esa avariciosa banca no está dispuesta a devolver las “cláusulas suelo” de las hipotecas, aún a sabiendas de que eran ilegales, aunque amparadas por el Tribunal Supremo, que estima que ello supondría un “trastorno económico”, al tener que devolver todo lo cobrado de más desde el inicio de los contratos. Y que, para más inri, insiste en que su sentencia de 9 de mayo de 2013 ya fijó doctrina “para todos aquellos supuestos en que resulte, tras su examen, el carácter abusivo de una cláusula suelo”. ¡Vaya cuadrilla de impresentables! ¿Quién elige a los magistrados del Supremo? La respuesta es el Consejo General del Poder Judicial (artículo 127 de la Ley Orgánica del Poder Judicial). ¿Y quién nombra a los miembros del CGPJ? El mecanismo consiste en que los jueces, primero, eligen a unos candidatos -un total de 36- y luego es el Parlamento el que, de entre los candidatos propuestos por los jueces, selecciona -por mayoría de tres quintos del Congreso- a un total de doce vocales. Los ocho vocales restantes hasta 20 -que son los que conforman el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)- son propuestos y elegidos directamente por el Parlamento, sin que los haya propuesto antes el cuerpo de jueces. Debe elegirlos, eso sí, de entre profesionales de reconocido prestigio. ¿Y quién tiene la mayoría absoluta en el Parlamento? Yo ya lo sé, pero prefiero que Rajoy responda. ¡Dígalo, coño!


viernes, 17 de abril de 2015

Podrido hasta la minga





El reciente artículo de Ussía en La Razón, publicado en un falso idioma árabe pone de manifiesto que este tipo está como una vicuña del Paraguay y que Marhuenda, director de ese medio informativo es un excéntrico de tomo y lomo por permitir tal atropello a la inteligencia. “El porvenir de una Cataluña independiente redactado con notable esfuerzo en el idioma catalán del inmediato futuro dedicado con simpatía a Mas, Forcadell, Junqueras, Colom y Rahola con gato o sin gato” no he atinado a leerlo por la dificultad que entraña su lectura. Ya el 21 de noviembre de 2012, ese mismo articulista del búnker, en  “Rahola y el gato”, arrancaba su artículo de esta guisa: “Soy canófilo y felinófobo. Recelo de los gatos. Cuando conocí, años atrás en una ‘Tertulia’ de Luis del Olmo a Pilar Rahola, supe desde el primer momento que vivía con un gato. Este detalle es el único que seriamente me distancia de mi compadre sevillano, el gran barroco Antonio Burgos. Los gatos procuran confusiones. El epigrama del siglo XIX: Una gata encantadora/ tengo, van a verla ahora, / es una cosa divina. / ¡Pepe, saca la minina / que la vea esta señora!”, me pareció de pésimo gusto. Y que, por cierto, no es así el epigrama, si nos atenemos a Olga Ramos, que en El Último Cuplé, de la calle madrileña La Palma, solía cantar, con la música de Ven y ven esa coplilla, como se la había proporcionado Camilo José Cela una de aquellas noches. La letra decía “Tengo una gata de angora /que es una cosa divina. / --¡Pepe, saca la minina, que la vea esta señora!”. (Enciclopedia del Erotismo, Sedmay Ediciones, tomo III, p. 858). ¡Ya quisiera Ussía tener el humor de su abuelo Muñoz-Seca! Le falta estilo y le sobra petulancia. Pero, en fin, ya puestos, yo también quiero dedicarle a Ussía los versos 6-8 del soneto “Tampico entero sabe que respinga…”,  de Rafael Alberti: “Mas siendo al fin sepulcro o basurero, / no nos jeringue al aire con un cuero / que tiene ya podrido hasta la minga”. Pues eso.

lunes, 13 de abril de 2015

¡Vaya tropa...!




Al rey emérito Juan Carlos de Borbón, que ha pasado de darlo todo por reinar a echarlo todo en comer, le ha dado por visitar restaurantes postineros. Está bien que alguien que ya no dententa la Jefatura del Estado haga lo que le venga en su real gana. Su última visita ha sido al restaurante El Portal de Echaurren, en Ezcaray, que posee dos estrellas Michelín, donde estuvo acompañado de dos amigos. Pero a muchos ciudadanos, entre los que yo me encuentro, también les gustaría que Juan Carlos de Borbón visitara comedores sociales y, bandeja en mano, se sirviera una ración de macarrones y una pieza de fruta y se sentase a comer y a beber un vaso de agua junto a algún menesteroso. Visitar restaurantes de campanillas cuando sabes de antemano que no te van a cobrar el cubierto, que vas a firmar en el libro de honor y que te vas a retratar con toda la nomina de cocina por tener una instantánea para el postrero libro de memorias no tiene ningún mérito. El exmonarca lo que hace son bolos, como Paquirrín, Raquel Bollo o la Esteban. Si les digo la verdad, echo de menos que en este país exista un Sindicato del Espectáculo que premie a los poderosos que sientan a un pobre a su mesa, como sucedió con Manuel Alexandre en su papel en Plácido, al que aquel sindicato vertical le concedió un premio. Los ricos, en un banquete navideño, invitaban a un pobre a que se sentase en la mesa. Los dueños de la casa se comían las pechugas de los pollos y al invitado de dejaban las alitas. Era otra forma de entender la caridad y de limpiar las conciencias burguesas. A mi entender, si lo que pretende Juan Carlos de Borbón es favorecer la marca España, no estaría de más que visitase alguna vez los Paradores Nacionales, donde el 61% de su red de establecimientos está en números rojos. Eso sí, abonando las facturas. Las pérdidas de Paradores las repone el Estado con nuestros impuestos, pese a que el sueldo de la presidenta y consejera delegada, Ángeles Alarcó, supera los 173.000 euros anuales. Bajo su gestión, la cadena acumula unos números rojos de 62’1 millones y ha necesitado de casi 130 millones de fondos públicos para evitar la quiebra. ¿Qué quién es Ángeles Alarcó? La exmujer de Rodrigo Rato. Camarero, señor, ¿qué hay para hoy? Señor, un buen menú. Solomillo asado con patatas fritas, sesos huecos, hígado, libre, chateaubriand… ¡Vaya tropa!

domingo, 12 de abril de 2015

Retórica




Hay a quien le molesta que a Andalucía se la conozca como el Sur. Los puntos cardinales están ahí como referencia, simplemente. Si un tipo de Bilbao debe ir a Córdoba a un congreso de papiroflexia, seguro que contará a sus amigos de cantina que mañana no le esperen para tomar unos potes en Poza (bueno, los de Bilbao dicen Pozas) porque se marcha al Sur a  confeccionar pajaritas de papel. Y si un señor de Puente Genil (que forma parte de la Campiña Sur Cordobesa) se marcha a una feria de muestras en Zamudio para promocionar su carne de membrillo, contará a sus parientes que se marcha unos días al Norte por asuntos de trabajo. Otra cosa es que quede mal decir “subir arriba” y “bajar abajo”, por su innecesaria redundancia. En Andalucía, como en el resto de España, se utilizan diversos recursos estilísticos, entre ellos el pleonasmo, que es lo contrario al oxímoron, la tautología, que es una afirmación obvia, y la perogrullada, cuando se pretende enunciar una explicación y esa explicación es evidentemente redundante, sin aportar más conocimiento. En Sevilla, por ejemplo, tan dados a duplicar las cosas por el prurito de crear rivalidad, verbigracia: Macarena o Esperanza de Triana; Betis o Sevilla, etcétera; no es extraño que se apliquen determinadas redundancias, siempre en beneficio de la floritura culterana en el diálogo tabernario. Hombre, ya sabemos que cuando no hace frío hace calor, que en lo lleno no hay vacío o que cuatro huevos son dos pares, pero con verdades de Perogrullo parece que pasa mejor por el garganchón un fresco sorbo de “cruzcampo”, o sea.

sábado, 11 de abril de 2015

Entre la lavativa y la lejía



Hace ya mucho tiempo, sobre los 80 tal vez, escribía  Josep-Vicent Marqués en su artículo “El oficio y el estigma” en el diario El País: “Tengo la impresión al oír a quien desprecia al gigoló o al chapero que lo que les reprochan es precisamente hacer algo que es propio de mujeres. De otra parte, cuando la prostituta tiene  ciertos medios económicos, el vecindario empieza a mostrarse menos duro con ella, o al menos simula creer que no se trata exactamente de una prostituta. Puede ella incluso simular otra ocupación. (…) La miseria espanta”. Hace pocos días leía a un conocido articulista en ABC de Sevilla que esa ciudad, durante la Semana Santa, se llena de mexicanos, como invitados de excepción entre la clase pudiente. “Tener aquí a unos mexicanos es tendencia –comenta el articulista-. La gente los ha tenido en Semana Santa o los tiene ahora, para los toros y para la Feria. Si no tienes aquí a unos mexicanos es que no eres absolutamente nadie. Mexicanos riquísimos todos, por descontado”. No sé, cuando el mexicano en cuestión tiene cuartos, también el vecindario comienza a mostrar se menos duro con él. Sucede como con la prostituta con ciertos medios económicos. Lo ven como un señor de negocios, todo un Epulón llegado de vacaciones a casa de unos amigos, al que le salen los pesos mexicanos por todos los poros de su cuerpo, y sobre el que no cabe la más mínima sospecha sobre la claridad de tales supuestos negocios. Se da por hecho de que el mexicano que llega entre bullicios y alharacas a Sevilla tiene pozos de petróleo, cementeras y acerías; y nadie se para a pensar sobre el posible origen de su dinero. Nadie se para a pensar, digo, que en México, hay tres zonas en disputa por los carteles de drogas y hay seis rutas internacionales. Los carteles del Golfo, Tijuana, Juárez y Sinaloa tienen control de estas rutas y los otros carteles están luchando para controlarlas, o que la marihuana, que es la droga más común, viene de una zona norte de Veracruz hasta la frontera de los Estados Unidos. Pero con ello no pretendo decir que los negocios de esos turistas no sean serios y legales. Doy por hecho que sí. Su honradez se les supone. “Mira, te voy a presentar a estos amigos mexicanos que tenemos el gusto de que pasen unos días con nosotros...”, -comenta el articulista-. “Y luego, por lo bajini, con mucho misterio, una vez que te han presentado a los mexicanos, te comentan: Ahí donde los ves, son la tercera fortuna de México” (…) “México debe de estar vacío. Si los mexicanos ricos se vienen todos a Sevilla a pasarlo bien y los mexicanos pobres se van todos a Estados Unidos de espaldas mojadas, ¿quién queda en México?”. Sí, ya sabemos que la miseria espanta, y las prostitutas pobres y los chaperos encenagados en su error y la gente comida por la piojera… ¡Yo qué sé!

viernes, 10 de abril de 2015

La cara amable del neolibaralismo




Me llena de sorpresa que RENFE esté decidida a pintar el exterior de los trenes con anuncios publicitarios. Hombre, esas cosas quedaban bien en los tranvías y los trolebuses con aquellos anuncios de Anís del Mono, Espuma Saquito o Calisay cuando los tranvías eran de balconcillo y los trolebuses perdían el trole en cada curva. A la velocidad que circulaban, podían leerse sin dificultad. Pero en el caso de los trenes de alta velocidad la cosa cambia. Circulan con tal celeridad que resulta imposible poder contemplar cualquier soporte publicitario desde un páramo, salvo en los andenes de las estaciones en las que se detiene. Todo es empezar. Se empieza poniendo publicidad en los vagones de tren y se puede continuar en los trajes de torero (ya Luis Reina, el diestro de Almendralejo, lo hizo a mediados de los años 80 sin demasiado éxito. Concretamente en Plasencia, en agosto de 1987, con un terno azul y oro, en cuyas mangas figuraba el nombre de la marca de electrodomésticos japoneses Akai. Y antes, en los sanfermines de 1978, un espontáneo se tiró al ruedo de Pamplona y dio pases con una muleta en la que se leía: Amnistía/libertad), en las casullas de oficiar misa, en las togas de los magistrados, en los trajes espaciales, en las mitras obispales y en los cascos de bombero. Todo es cuestión de tener un buen sponsor. La publicidad es la cara amable del neoliberalismo. Interesa vender muchos teléfonos móviles pero jamás enseñar la esclavitud de los niños en busca del coltán, clave para la fabricación de componentes electrónicos y responsable de la guerra que sufre la República Democrática del  Congo. Interesa vender mucha ropa de Zara, pero nunca se habla de los sueldos miserables que se pagan en países lejanos por confeccionar la ropa que más tarde se luce en los escaparates de París o Londres, o en la neoyorquina Quinta Avenida, o sea. A mi entender, el Ministerio de Fomento no debería participar en ese triste juego. La ministra Pastor sabe de lo que hablo.

Alfileres de colores





Hace ya años dejé escrito que Sevilla tiene luz, Sevilla tiene aviones acharolados y limpios. Lo que ya no sabía es que a la Sevilla que yo no conozco, larga es mi ausencia, le han puesto alfileres de colores, vestido de lunares y sombrero de “tío Pepe”. Ay, mi niña, lo que nos queda por ver. Monteseirín llenó La Encarnación de setas como si Sevilla fuese tierra de pitufos; y Zoido, que no es médico ni parece que padezca tercianas, ha puesto ahora de gala el tranvía, perdón, el metrocentro, para que la fiesta no decaiga. “Cuando al vuelo tu capote / pinta verónica al trote /  del toro en el redondel, / parece la Maestranza / una academia de danza / o un cortijo de Jerez. / Y cuando la aguja del toro / pinta el traje grana y oro / como ensartando un clavel, / en tus brazos soñadores / alfileres de colores / un olé quieren coser”. Y en San Telmo, Susana Díaz intenta formar gobierno sin aguja de marear. La antigua Escuela de Nautas y Mareantes y más tarde residencia oficial de Antonio de Orleans, parece hoy la barca de Caronte, que pasa las almas de los muertos a través de las puertas del Hades. Ay un sí, pero… tanto en Ciudadanos como en Podemos, que ponen como conditio sine qua non para sentarse a negociar que renuncien a su aforamiento Griñán y Chaves, sobre los que la juez Alaya, que entiende sobre la causa de los ERE en Andalucía, ya pidió en su día al Senado y al Congreso las correspondientes certificaciones y que el PSOE andaluz, inexplicablemente, tachó de “inoportuno”. Sevilla tiene luz, Sevilla tiene aviones acharolados y limpios. Nuestra política está preñada de minusválidos resentidos, convencidos de que España les es hostil. Y todo ello por ser hacedores de extraños caminos al andar. Es decir, por habérselo llevado crudo. 

jueves, 9 de abril de 2015

No volverá




Cuenta Antonio Burgos en su artículo de ABC, “Y Sevilla se nos va”, que la chusma lo está invadiendo todo. “A Sevilla -comenta Burgos- le demolieron las viejas casas nobiliarias de la Plaza del Duque; le derribaron medio catálogo de Arquitectura Civil Sevillana; le convirtieron la Catedral en un parque temático y al barrio de Santa Cruz, en un Polo de Desarrollo Industrial Turístico. La degradaron, la adocenaron, la acatetaron. Le plantaron una Torre Pelli en los cielos que perdimos de Romero Murube…”. Romero Murube, dice. ¡Ay, dónde quedó la Generación del 27! Funcionario municipal y redactor-jefe de la revista Mediodía, don Joaquín tendría hoy “la tristeza del conde Laurel”, que dio nombre a una de sus novelas. Con Sevilla sucede una cosa: es tan bonita que se ha llenado de turistas que desean conocerla. Pero hay turistas respetuosos con lo sevillano fetén y chusma que todo lo confunde. Ya sólo faltaría que se flotasen aviones para hacer de Triana, de Los Remedios o de la Puerta Osario lo que hace un grupo de bestias en  el saloufest, donde una turba de británicos e irlandeses acomplejados invaden las calles desnudos y haciendo botellón. En Sevilla sobran las cuchipandas municipales, los turista irrespetuosos y los dislates a lo Monteseirín, por muy médico que sea. En Sevilla falta, cómo no, ese silencio elocuente que sólo se produce cuando se admiran los reflejos en un estanque, cuando se escucha el rumor de una fuente o cuando se huele a esencia de naranjos donde sólo hay palmeras o se sueña con limoneros brillando como hespérides. La Sevilla que yo conocí, esa, no volverá.

Enanos en un mundo de gigantes



Javier Gallego, en su artículo El Infantalismo, comenta que “la infanta ha creado un nuevo estilo de manipulación que es tendencia en la política, un engaño para que las cosas parezcan todo lo contrario de lo que son”. Esa señora firmaba todo lo que le ponía delante su marido y nunca preguntaba nada. Es decir, que nunca pidió explicaciones sobre cómo se pagaba su tren de vida o de dónde habían salido los 9 millones de euros para la compra de la casa de Pedrales. Según Gallego, “le parecería normal que el dinero siguiese cayendo de los árboles como había visto en casa de sus padres”. Lo que ya no entiendo es cómo La Caixa mantiene entre sus nóminas la de esta mujer tan aparentemente irresponsable. Lo último que sabemos es que, durante la Semana Santa, los duques de Palma pasaron unas vacaciones de lujo en La Toscana. Y según comentaba Marisa Martín Blázquez en el Programa de Ana Rosa, “en la localidad de Castellina in Chianti se encuentra el restaurante Albergaccio di Castellina, dotado con una estrella Michelin. Allí fue donde acudió la familia [Urdangarín] a hacer acopio de un ágape digno de gente de un nivel económico muy alto”. ¿Recuerdan a la ministra Mato? Su cinismo fue de libro. Tampoco sabía de dónde le llovía el dinero ni qué pintaba un jaguar en su garaje. Y aquella ministra-florero nunca tuvo la dignidad de dimitir. En fin, los españoles estamos demostrando tener un nivel de aguante fuera de lo común. Si la infanta tuviese un mínimo de dignidad, debería renunciar a sus derechos dinásticos (que es lo que menos nos importa) y ser consciente de que en España  hay cerca de 13 millones de personas en riesgo de pobreza o exclusión social. Por otro lado, la recomendación de los abogados de Urdangarín de que éste se declare insolvente para no afrontar las responsabilidades económicas que le impone el juez Castro es un insulto a la inteligencia colectiva. Los españoles merecemos mejor suerte.