jueves, 14 de mayo de 2015

Asociacionismo y tutela





La apertura de un McDonald’s junto al Instituto La Azucarera, en el zaragozano barrio de Arrabal, ha puesto en guardia a la Asociación de Vecinos “tío Jorge”. El presidente de esa asociación, Rafael Tejedor,  ha manifestado que “es demencial, no nos parece oportuno que ahora que se habla de combatir la obesidad infantil y juvenil se instale un restaurante de comida rápida junto a un centro escolar”. Tejedor, a mi entender, se pone el esparadrapo antes de que exista la herida y me gustaría hacer unas precisiones. No se trata de un centro escolar sino de un instituto de Enseñanza Secundaria. A mí, si les digo la verdad, en nada me preocupa que en la avenida de San Juan de la Peña esquina a Marqués de Lacadena se pueda instalar un establecimiento de cocina rápida. Si yo fuese Tejedor, lo que me preocuparía es que Jaime Lacadena  Higuera, actual marqués de Lacadena, tenga una calle en Zaragoza, (bueno, no él, sino el que fuese gobernador civil) una vez sabido que ese señor se encuentra imputado en España por un delito de prevaricación. En junio de 2012 fue nombrado embajador español de la República Dominicana por el gobierno de Mariano Rajoy, sustituyendo a Jaume Segura. Me consta que “el marquesado de Lacadena recayó por primera vez en Carmen Pratosí Fita, casada con Ramón de Lacadena [Laguna], gobernador civil de Zaragoza y que el obstáculo legal suscitado por la falta de herederos de este matrimonio fue removido, en 1908, por una Real Orden de Alfonso XII (sic) [se refiere a Alfonso XIII] que invistió en la sucesión  de doña Carmen a su propio marido. De esta forma, ciertamente popular, se inicia la dinastía marquesal de La Cadena (sic)”. (XXV años de la Escuela de Genealogía, Heráldica y Nobiliaria: Títulos nobiliarios aragoneses  en la cofradía de Nuestra Señora del Portillo. Fernando García-Mercadal y García-Laygorri, pp. 327 a 335). El marquesado había sido creado el 23  de septiembre de 1890 por la reina regente María Cristina de Habsburgo Lorena, durante la minoría de edad de su hijo Alfonso. Sigo. Parece increíble que esa asociación de vecinos se preocupe de la obesidad infantil y juvenil cuando a nadie se le escapa que en Arrabal existen abundantes bares de chinos, judíos, moros, cristianos y demás ralea que no reúnen las mínimas exigencias sanitarias e higiénicas en servicio de barra ni en aseos ni en manipulación de alimentos. Si continúan abriendo la persiana será por negligencia de los inspectores sanitarios de la DGA.  Es curioso, por otro lado,  que dicha asociación de vecinos, que no representa a casi nadie en porcentaje, se haya negado en repetidas ocasiones a que el Puente de Piedra sea peatonal de una vez por todas. También, a que se arregle la  zona trasera de la desaparecida Estación del Norte. Es curioso, además, que esté de acuerdo Tejedor con que la Cincomarzada se siga celebrando en el Parque del Tío Jorge, cuando hace pocos años se mantuvo por el Ayuntamiento y por esa asociación que nunca más se iba a celebrar en ese lugar por las molestias que causaba. Lo que no es de recibo, y hay que decirlo, es que el Gobierno de Aragón esté barajando la instalación de barracones para el próximo curso en ese Instituto La Azucarera a fin de poder acoger –dicen- a más alumnos. Eso sí que es preocupante, y no que alguien pueda tomarse una hamburguesa y un refresco de cola de vez en cuando a la hora el recreo. ¿Qué tiene que decir  Rafael Tejedor sobre los posibles barracones? ¿Y Luisa F. Rudi? Si el McDonald’s previsto da puestos de trabajo y un buen servicio a los clientes, nada que objetar. ¿Por qué no dicen algo parecido esos eruditos a la violeta sobre los productos de bollería y pastelería industrial que ya se venden hasta en las papelerías? Por lo visto, sobre la grasa vegetal hidrogenada (grasa aterogénica) no hay nada que decir. No se debe confundir el asociacionismo con la tutela hacia unos ciudadanos que no les piden su opinión. No sé, digo yo…

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