viernes, 1 de mayo de 2015

El "efecto Mateo"




En su columna de opinión de El País,  Rosa Montero, en su artículo Mateo, hace alusión a la “parábola de los talentos”, basada en una cita bíblica de Mateo, también recogida por otros evangelistas hasta cinco veces en el Nuevo Testamento: “Pues yo os digo que a todo el que tiene, se le dará; mas al que no tiene se le quitará”. Y Montero se indigna de que para poder hacer uso de los evacuatorios (ella más fina, dice servicios) de la barcelonesa Estación de Sants hay que pagar cincuenta céntimos, algo parecido a lo que sucede en la madrileña Estación de Atocha. No pasaría nada, si no fuera porque “en Sants hay retretes gratis: están dentro, en la zona fina de los viajeros del AVE (es un clasismo de vejiga urinaria)”. Es el efecto Mateo. En la parábola  “se cuenta como un tipo que debía salir con urgencia al extranjero repartió de manera desigual su dinero entre sus siervos. Al primero le entregó cinco talentos, al segundo dos y al tercero sólo uno. Los dos primeros negociaron el dinero recibido y doblaron sus capitales iniciales, pero el tercero de ellos, por miedo a perder lo único que tenía, decidió dejarlo bajo el colchón y esperar el regreso de su jefe. A su regreso, los tres  fueron a recibirle y llevarle el equipaje. El primero y el segundo le enseñaron sus réditos obtenidos. El patrón,  enfurecido, le recriminó al tercero no haber sabido arriesgar el capital por él entregado y decidió  quitarle su única moneda y entregársela al que tenía más talentos. Y es ahí donde aparece la frase del evangelista Mateo para hundir más, si cabe, la moral de aquel pobre hombre que dejó su exiguo “tesorín”  bajo el colchón flex: de lo bueno, lo mejor.  “Me pregunto –escribe Montero- qué hará una madre apurada con varios niños meones al toparse con la puerta cerrada de los retretes; hablo de una de esas mujeres solas de economía precaria, formidables guerreras de la vida”.  Pero no hace falta que el querido lector responda a su pregunta. Lo hace ella: “Quizá ponga a los nenes a hacer pis en medio del vestíbulo”. Eureka.

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