lunes, 25 de mayo de 2015

Nuestro particular Babel





Aquí, por lo que se desprende, los aragoneses vamos a ser políglotas de unas lenguas que nadie conoce en nuestro entorno europeo salvo en el Principado de Andorra, si hacemos caso a  José Luis Soro y a Juan Martín, candidatos a presidir el Gobierno de Aragón y la Alcaldía de Zaragoza, respectivamente, por  Chunta Aragonesista. Y así constaba en su programa electoral. Ambos desean que el catalán (también las modalidades de los valles del Pirineo) sean lenguas cooficiales en el Ayuntamiento que acaba de dejar Juan Ignacio Belloch con más pena que gloria. ¡De buena se ha librado! A partir de ahora, por aquello de los resultados electorales y los pactos de gobierno, ya veo a los ediles con traducciones simultáneas y auriculares, como acontece en el Senado, en los plenos municipales. Lo normal sería, suponiendo que eso fuese normal, que esos políticos de la CHA procurasen fomentar el uso de la fabla aragonesa,  e incluso animar a los ciudadanos a que corriesen al Registro Civil para que nos cambiásemos el nombre de pila, es decir, si te llamas Encarnación, como la plaza de las setas en Sevilla, pasarías a registrarte como Encarneta; si Teresa, Tresa; si Benito, Benet; si Esteban, Istebe, y así todo, en ese deseo de conservar “un tresoro cultural que call esfender per cualo call luitar”, como diría Rafel Andolz en su Diccionario y Francho Nagore en su Gramática. Pero esos políticos van más lejos en su plan de “normalización”. Pretenden que los impresos municipales estén confeccionados en castellano, fabla y catalán y que la televisión autonómica dé programas en esas lenguas. Al parecer, toman como punto de partida la Ley de Lenguas aprobada en 2009 siendo Marcelino Iglesias presidente de la Comunidad, con el respaldo de CHA e IU, y derogada durante el mandato de Luisa Fernanda Rudi (PP) coaligada con el PAR. Me temo que los resultados de CHA de ayer no fueron para lanzar cohetes y sus deseos habrán de esperar. La CHA sólo han conseguido dos concejales en el Ayuntamiento de Zaragoza y dos diputados en la Comunidad Autónoma. Por fortuna, seguiremos hablando castellano, salvo que vivamos en la Franja Oriental o en algún municipio de la zona de montaña oscense. Cuatro gatos.

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