sábado, 6 de junio de 2015

Lo humano y lo divino




Cuando se mezcla lo humano con lo divino pueden saltar chispas. Los aragoneses nombraron a la Virgen del Pilar capitana de las tropas aragonesas. De hecho, entre los innumerables mantos, la basílica cuenta con un mantón con fajín y alguna vez se lo ponen a la columna. También en Sevilla, la Macarena procesionaba hasta hace poco por las calles con el fajín que había pertenecido a Queipo de Llano.Y hoy leo en ABC de Sevilla la columna de Burgos donde éste cuenta  que se han perdido algunas tradiciones. Entre ellas, “la colocación solemne de la Custodia, terminada la procesión del Corpus, en la Puerta de la Asunción, para que el Santísimo reciba los honores de Capitán General con el desfile de la tropa”. ¿Alguien concibe hoy que una custodia con la Sagrada Forma pueda recibir honores de capitán general a la puerta de una iglesia? Para mí que esas cosas sólo suceden en España. No termino de entender qué tiene que ver el empleo, o el grado, de un funcionario de uniforme con la transustanciación del cuerpo de Cristo en la Hostia. Tampoco entiendo que una compañía de fusileros deba rendir honores a Dios Hijo como si se tratara de la llegada a Barajas de un jefe de Estado extranjero en visita oficial a nuestro país. España no es una Teocracia, sino un Estado aconfesional y así consta en la Constitución de 1978; y la fe, que yo sepa, constituye una opción estrictamente de carácter privado. Pero, claro, en España, la aconfesionalidad del Estado es el terreno propicio para que las religiones disfracen de libertad de conciencia lo que tan solo consiste en la más desleal, cuanto más concertada, utilización de las instituciones para fines exclusivamente proselitistas. El Estado laico, como es el caso de Francia, ya no es sólo que no se adscriba a una determinada religión sino que asume el compromiso de mantenerse activamente independiente. Esa es la diferencia. Pero en España, por aquello de Concordato de 1979, todavía en vigor, parece como si hubiésemos metido en el centro de una custodia dorada el artículo 6 del Fuero de los Españoles, donde se establecía que “la profesión y práctica de la Religión Católica, que es la del Estado español, gozará de protección oficial. El Estado asumirá la protección de la libertad religiosa, que será garantizada por una eficaz tutela jurídica que, a la vez, salvaguarde la moral y el orden público”. Todavía hay muchos españoles que se hacen cruces por el hecho de que la coronación de Felipe VI no haya tenido lugar en una catedral y como  preludio o  postre a un acto litúrgico solemne con homilía incluida. De hecho, la Iglesia Católica renunció al privilegio del fuero y el Estado al de la presentación de obispos en el Concordato de1976, anterior al actual en vigor. Desde entonces a ahora poco más hemos avanzado.

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