viernes, 5 de junio de 2015

Romero mustio





El senador Iñaki Anasagasti  lleva mal, muy mal, que el rey Felipe VI haya visitado la sede del Instituto Cervantes en París, al entender que su actual biblioteca fue la sede del Partido Nacionalista Vasco hasta su incautación por la Gestapo en 1940. Se refiere a la sede que el PNV compró en 1936 en Paris en la Av. Marceau para su delegación en Francia, cerca de la plaza de L'Etoile y casi enfrente de donde hoy se encuentra la Embajada de España. No voy a repetir yo aquí los insultos que Anasagasti lanzó el pasado martes durante la sesión de control  al Ejecutivo en la Cámara Alta contra el titular de Exteriores José Manuel García- Margallo, llamándole “funcionario franquista”, ni contra el Jefe del Estado desde su cuenta de Twitter y desde su blog. No entro ni salgo. Que cada palo aguante su vela. Las injurias al Jefe del Estado están consideradas como delito. Pero, también, la libertad de expresión está contemplada en el artículo 20 de la Constitución del 78, la misma Constitución que refrendó como Rey de España a Juan Carlos I, impuesto por Franco como sucesor a título de rey sin contar con el deseo de los españoles. Es decir, los insultos al Jefe del Estado constituyen delito, pero un rey moderno, y Felipe VI es un rey moderno, debería aceptarlos como gajes del oficio. Al menos Alfonso XIII, su bisabuelo, consideró la bomba de la Calle Mayor el día de su boda como “un gaje del oficio”. Y aquello fue más grave. ¿Y los pitidos en el Nou Camp con motivo del final de la Copa del Rey? Pues también: gajes del oficio. Un rey moderno debería ser consciente de que “esas cosas”,  entran en su sueldo. Aunque ya digo, yo prefiero una actitud respetuosa hacia el Rey y hacia los Símbolos. Es triste lo que escribe o dice un aforado, como es el caso de Anasagasti. No cabe duda de que a los españoles se nos está quedando mustio el ramito de romero que llevamos en el ojal de la solapa y que nos entregó una gitana que leía la mano. Estamos pagando, ¡y a qué precio!, no haber hecho caso a Prim en 1868. Por eso digo que de nada sirve transplantar el ramito de romero a una maceta, ¿verdad, Burgos?  Según leo en El Boletín.com,García-Margallo, por su parte, ha recordado al senador que hasta tres instancias judiciales francesas se pronunciaron en su día sobre el contencioso señalando que el edificio es titularidad del Reino de España, mientras que en nuestro país el Tribunal Supremo confirmó en 2003 la validez de un acuerdo de 2001 del Consejo de Ministros que declaraba ‘inaplicable’ para este caso la ley 43/1998 sobre la restitución o compensación a los partidos políticos de bienes y derechos incautados”. Hace ya unos años, contaba Anasagasti en su blog: “Se lo regalaron a Franco los nazis cuando entraron en París, en 1940. Pero no era de ellos. Era el edificio donde el PNV tenía su sede y donde acogió a los batallones vascos que huían de España tras la caída de Bilbao. Desde allí, el Gobierno del bando ganador dirigió operaciones sucias, como el secuestro del presidente de la Generalitat, Lluís Companys, fusilado por el Gobierno del general Franco”. (…) “El régimen de Franco instaló en el edificio al policía Urraca Pastor y al coronel Barroso, quienes desde la antigua sede vasca planearon operaciones sucias, como el secuestro del presidente de la Generalitat catalana, posteriormente fusilado por decisión de Franco en las fosas del castillo de Montjuïc”. (…) “Tras la liberación de París, en 1945, el nacionalista Xabier de Landáburu, vicepresidente del Gobierno vasco en el exilio, se hizo cargo de la sede. Allí se creó en 1949 el Consejo Federal del Estado Español del Movimiento Europeo, que agrupaba a democristianos y socialistas, bajo la presidencia de Salvador de Madariaga, y se dio entrada a los democristianos alemanes de Konrad Adenauer”. (…) “La delegación vasca perdió el edificio definitivamente en 1952. En 1989, con muchas dificultades, una representación vasca colocó una placa de recuerdo en el edificio”. (…). “También reclama el PNV dos inmuebles en los que se imprimían dos periódicos del partido: Euzkadi y La Voz de Navarra. El primero se tiraba en la calle del Correo, en el Casco Viejo bilbaíno, y su maquinaria, incautada por el régimen de Franco, fue a parar a las instalaciones del diario Hierro, del Movimiento. El segundo inmueble reclamado, el de La Voz de Navarra, está en el Casco Viejo de Pamplona”. En fin, no sabemos si por la sede del Instituto Cervantes en París caminarán los fantasmas de Sabino Arana y de José Antonio Aguirre. Lagarto, lagarto.

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