lunes, 3 de agosto de 2015

La Jota de los Ratas





Hoy me viene a la cabeza la “Jota de los ratas” de La Gran Vía, aquella zarzuela de Chueca y Valverde que tanto éxito alcanzó hace 100 años. Aquí ya se sabe, hay quien se curra la mangancia, como los “tres ratas” y hay quienes, en cambio, la practican  desde confortables despachos, sin apenas riesgos inmediatos. En eso de la mangancia siempre ha habido clases.  La prensa aragonesa comenta una noticia que me produce abatimiento: “Las detenciones de mayores de 64 años crecen casi un 50% en los últimos tres años”. Y las razones que se esgrimen son, en la mayoría de los casos, por  “la desesperación y el intento de obtener recursos económicos”. Según el sociólogo Carlos Gómez, “cuando  hijos y nietos dependen de ellos [de los ancianos], puede ser que busquen maneras ilegales de conseguir unos ingresos extra, por ejemplo, a través de los hurtos”. En su mayoría son lo que se denominan como robos famélicos. Las estadísticas de los juzgados son el reflejo de una realidad social que no quiere ver Mariano Rajoy, para el que la economía va viento en popa, ni tampoco el expresidente de la Comunidad de Madrid, el demógrafo Joaquín Leguina,  que desde su periscopio en el búnker del Consejo Consultivo de esa Comunidad se permitió afirmar que “las ONG inflan los datos de pobreza”. ¡Vaya, con el de Guarnizo! Pero no pasa nada. Rafael Catalá ha dejado claro que “el Gobierno no manipula los medios de comunicación públicos”. Nos quedamos más tranquilos. Lo ha dicho Roma, se acabó la discusión. Aquí solo valen los ataques a la web de Carmena. Leña al mono, que es de goma. Lo peor de la España de hoy no es sólo que haya ciudadanos que no tengan trabajo, sino ciudadanos que aún teniendo trabajo siguen siendo pobres por sus bajos salarios. La Razón, en septiembre de 2014, todavía no hace una año, señalaba que “tenemos una banca sobresaliente”; El País, que “la corrupción es poca y no debe atribuirse a todo el país”, y Joaquín Leguina, el del retiro dorado, escribía una “Tribuna” sobre Podemos “aclarando” que éstos “son un grupito de universitarios radicales y prepotentes”. Solo falta que alguien afirme que los ancianos, tanto los que producen robos famélicos en las grandes superficies como los que no, deberían morirse cuanto antes para ahorrar fondos a la Seguridad Social. Todavía no lo he leído, pero todo se andará… 

No hay comentarios: