martes, 1 de septiembre de 2015

No basta con las obligadas disculpas





No hay nada peor que un vigilante de seguridad cuando da órdenes sin venir a cuento a  ciudadanos que se encuentran en el interior de un recinto controlado y que han pagado una entrada por la visita a determinado monumento o exposición. Más todavía cuando el vigilante en cuestión se inventa normas que no existen para poder salirse con la suya. Un ejemplo claro lo tenemos en  la Alhambra de Granada, donde una auxiliar de vigilancia obligó a una madre a que dejase de amamantar a su bebé y le indicó que “el reglamento de funcionamiento del centro prohibía amamantar en el interior del monumento”. Posteriormente, ante las quejas presentadas, “el director de la Alhambra y el Generalife, Reynaldo Fernández Manzano, ha negado que exista una normativa que impida dar el pecho a las madres en los monumentos del patronato y ha asegurado que se tomarán todas las medidas necesarias para que no vuelva a suceder un hecho similar”, según leo en 20 minutos. Tampoco es de recibo que Reynaldo Fernández haya “justificado” el patinazo de la auxiliar de vigilancia interina “como consecuencia la época de vacaciones, con muchas sustituciones de personal que pueden llevar a circunstancias que no son las adecuadas”. Pues por eso mismo, por ser época vacacional, el ciudadano aprovecha para ir a las playas, a la montaña, o prefiere visitar ciudades y monumentos, entre ellos la Alhambra de Granada. Las sustituciones deben hacerse con personal adiestrado de antemano. Ya está bien con que todo se zanje con unas obligadas disculpas, cosa que tampoco acontece siempre. Tal y como da a entender el director, el personal adiestrado está en activo fuera del periodo vacacional, o sea, cuando disminuyen las visitas. Y mientras, los suplentes se inventan normas.  La Consejería de Cultura y Salud de la Junta de Andalucía y al Patronato de la Alhambra son responsables subsidiarios de todas las irregularidades que se puedan producir dentro de unos recintos que administran pero que son patrimonio de todos. No se puede mantener en un cargo a alguien, en este caso el director por ser el responsable, que contraviene la Declaración Universal de los Derechos del Niño y las recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría sobre la protección de la lactancia materna.

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