jueves, 15 de octubre de 2015

Anson y Cañizares, o ¿cuál de los dos?





Hoy Luis María Anson, en su “Canela fina”, en El Mundo, está que lo tira: le escandaliza que  Madrid y Barcelona estén gobernados por partidos de extrema izquierda, que Cataluña se ha hecho ingobernable, que los de CUP promueven la desobediencia generalizada, que la propaganda proetarra se enseñorea en el País Vasco, que en Baleares, Canarias, Galicia y Andalucía se multiplican los conatos secesionistas, que en media España y en casi todos los canales de televisión se les ha perdido el respeto a la Familia Real, que a Juan Carlos I se le desmontó del pedestal del Ayuntamiento de Barcelona y que en el estadio de esa capital se le pitó a Felipe VI y al himno nacional…uf, demasiado para Gálvez. Aquí, por lo que se desprende, sólo faltan otros sucesos como los de Casas Viejas en 1933, o quemar vivo al cardenal  Antonio Cañizares, como antaño se hizo con el obispo de Sigüenza,  por “criminalizar” a los refugiados. “¿Esta invasión de migrantes es todo trigo limpio?”, dijo el pasado miércoles en el Fórum Europa-Tribuna Mediterránea, y añadió que “muy pocos viene por ser perseguidos” y puso la guinda sobre la oblea al preguntarse “¿qué quedará de Europa al aceptar esa mezcla?”. Asombran tales declaraciones en boca de ese cardenal y arzobispo de Valencia cuando hasta el papa Francisco desea que se acojan migrantes en todas las parroquias. Lo de las “mezclas” es  racismo puro y duro. En España, por cierto, estamos muy acostumbrados a las mezclas, si tenemos en cuenta que la Reconquista duró casi ochocientos años. España es el fruto de un proceso evolutivo y, también, de cambios fonéticos. Por aquí pasaron iberos, celtas, celtíberos, cartagineses visigodos, árabes… Y muy cerca de los tiempos actuales, en 1674, se intentó en Cádiz que los catalanes pudiesen tener consulado propio para comercializar con las Indias; durante la época de los Austrias cada territorio continuaba con sus leyes propias y organización medievales; y la Guerra de Sucesión no comenzó en España hasta 1704, a pesar de haber accedido al trono Felipe de Anjou en 1700 por testamento de Carlos II. Puede que tenga razón Anson cuando entiende que se nos están cayendo los sombrajos al suelo, bueno, él dice, “se desmorona el régimen”, que tal es el título de su artículo. Aquí lo que se desmorona es el bipartidismo corrupto e ineficaz. El régimen que tanto añoran algunos politicastros de la cruz y la espada se desmoronó hace 40 años, con la muerte de Franco. Por cierto. ¿en qué ha notado Anson que se ha perdido el respeto a la Casa Real? Debería explicarse y concretar. Le recuerdo a Anson que el que pidió perdón a los españoles por su safari en Botsuana fue Juan Carlos I; y los que están imputados en los tribunales de justicia son la infanta Cristina y su consorte, Iñaki Urdangarín. Dicho de otra manera, a los que se les ha perdido el respeto es a los ciudadanos, que corremos con los gastos de mantenimiento del Gobierno, de la Iglesia Católica y de la Corona, entre otros. Cada cosa en su sitio.

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