jueves, 29 de octubre de 2015

Cabezas de turco




Ya he contado en varias ocasiones que la ciudad de Teruel es la única capital de España que no tiene línea ferroviaria directa con Madrid. Pero la línea Teruel-Sagunto tiene gran importancia desde que la factoría Opel de Figueruelas utiliza ese trayecto para enviar turismos con destino al puerto de Valencia, en este caso para su embarque a  Turquía. Pero miren ustedes por dónde, la vía férrea está tan obsoleta que a veces suceden casos que da vergüenza contar. Así, me entero por la prensa de que un convoy, que semanalmente transporta 240 vehículos, tuvo anteayer un incidente que pone de manifiesto un obsoleto trazado férreo del siglo XIX. Según cuenta hoy Heraldo de Aragón, “El convoy, de 550 metros de longitud, empezó a patinar cuando se encontraba a 2,5 kilómetros de la estación de Teruel en dirección a Valencia, en el primer repecho de la subida al puerto de Escandón y tuvo que regresar marcha atrás hasta la terminal turolense. El tren pasó la noche en Teruel y salió ayer por la mañana hacia su destino, algo que consiguió sin que se produjeran más problemas”. (…) “Esa tarde había llovido y la vía estaba mojada, lo que pudo influir negativamente”. (…)  “Otra causa sería la limitación de velocidad a 20 kilómetros por hora –por mal estado del terraplén– que existe desde hace más de un año en la zona en la que se paró el tren –el puente de la Rambla– que impidió al convoy tomar el impulso necesario para salvar la primera cuesta arriba que se encuentra”. De vergüenza. El Estado, responsable subsidiario de tal anomalía, debería entender que el futuro de nuestras comunicaciones está en el ferrocarril. De nada sirve contar con Alta Velocidad para viajeros (en muchos casos con trayectos ridículos) en una extensa red de nuestro territorio si no se tiene en cuenta que las exportaciones son el principal motor de nuestro arranque económico. Según Diario de Teruel, “el convoy de 500 metros de longitud tuvo que recular hasta la estación, al poco de salir, y esperar hasta ayer, cuando la vía se secó, para poder continuar viaje hasta el puerto de Valencia”. Vamos, que el agua de lluvia hizo que patinara la locomotora sobre la vía “y no hubo manera de remontar Caparrates”. Adif, como ya es su costumbre, “echa balones fuera” y culpa a los aguaceros de su absoluta incompetencia. Ya pasó el 24 de julio de 2013 en el trayecto Madrid-Ferrol con el accidente de Angrois  (un Alvia compuesto de ocho vagones de talgo, más uno de cafetería y dos cabezas tractoras Bombardier) con el resultado de 80 muertos y numerosos heridos. Pues bien, aunque el presidente de Adif manifestó ese mismo día que el siniestro se podría haber evitado sustituyendo la utilización de ASFA por la del sistema de seguridad ERTMS, el resultado final es que el fiscal ha determinado en un escrito de 8 folios que “la culpa es del maquinista”, Francisco José Garzón Amo, al que se solicita condena de 4 años de cárcel y 6 de inhabilitación. En el informe del fiscal (*) (Conclusiones Provisionales) se señala que “Renfe tiene suscrita póliza de responsabilidad civil con la compañía QBE Insurance (Europe) LTD”. Y a continuación se da nota de los desperfectos en la infraestructura ferroviaria por un importe desglosado de 1.368.081’83 euros. Y al acusado se le atribuye en la Conclusión Segunda: ochenta delitos de homicidio por imprudencia grave profesional del artículo 142, apartados primero y tercero, del Código Penal; ciento cuarenta y cuatro delitos de lesiones el art.  152.1 del Código Pena; y un delito de daños del art. 267 del Código Penal. Todos ellos en concurso ideal del artículo 77 apartados primero y segundo del Código Penal. En la conclusión Tercera: Es autor el acusado. “El acusado indemnizará con responsabilidad civil directa…y con responsabilidad subsidiaria de Renfe Operadora...”, (se cita el número de personas por fallecimientos  y por lesiones) etcétera. Lo que no se dice en ningún apartado de esas Conclusiones Provisionales es que el Estado es responsable civil subsidiario, (a mi entender, condición necesaria para el cobro de tales indemnizaciones) puesto que tanto Adif  como Renfe Operadora pertenecen al Ministerio de Fomento. Lo importante, por lo que se desprende, es determinar quién  carga con el mochuelo: “la lluvia” (tren de mercancías), “el maquinista” (tren alvia), “solo o en compañía de otros” (asesinato de los Urquijo), el espinoso tema de la talidomida (fallo con 50 años de retraso) sin indemnizaciones, y ¿sin responsables? Siempre se rompe la cuerda por el punto más flojo. Este es un país poco serio.

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(Fiscalía Provincial de La Coruña.- Juzgado de Instrucción número 3 de Santiago de Compostela.- Procedimiento: diligencias previas.- Número de procedimiento 0004069/2013. NIG.1503074220130032746.- 2174000001E. Fecha de la firma de la Fiscalía: 26 octubre 2015. Ocho páginas. El fiscal: Antonio Roma Valdés).

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