jueves, 1 de octubre de 2015

"Quita del medio que va a pasar..."





“A partir de hoy, 1 de octubre, los secretarios judiciales pasan a llamarse letrados al servicio de la de la administración de Justicia, como consecuencia de la entrada en vigor de la reforma de la LOPJ de 21 de julio de 2015. Con esa reforma, se designan como funcionarios públicos que constituyen un cuerpo superior jurídico, único, de carácter nacional al servicio de la Administración de Justicia, dependiente del Ministerio de Justicia, y que ejercen sus funciones con carácter de autoridad, ostentando la dirección de la oficina judicial. Con ello se da respuesta a una demanda histórica del Cuerpo de Letrados de la Administración de Justicia, que considera que la denominación de secretarios judiciales conduce a equívocos sobre la función realmente desempeñada”. Queda claro. Así nadie tendrá dudas sobre qué funciones desempeñan esos altos funcionarios fedatarios, o sea, que no son los encargados de llevar el café y los churros al juez a media mañana  sino los directores de la oficina de los Juzgados, con carácter de autoridad y rango de señoría. “A ellos –para quien no lo sepa- corresponde, con exclusividad y plenitud, el ejercicio de la fe pública judicial”. Como puede comprobarse, hoy los tiempos adelantan que es una barbaridad. Ya sólo falta que la Justicia sea rápida a la hora de ejecutar sentencias; y que no suceda, como en el caso de la talidomida, que después de casi medio siglo de procesos judiciales, el Tribunal Supremo (que parece estar por encima del bien y del mal) haya considerado recientemente que ese espinoso caso ha quedado prescrito; que era justamente lo que argumentaba la farmacéutica alemana Grünenthal (que patentó la talidomida en 1957) a través de su filiar Medinsa. Según contaba Emilio de Benito en El País (14 de octubre de 2013), “no está demostrada la culpabilidad del laboratorio, que actuó, según su abogada, de acuerdo al conocimiento que había en la época. Lo injusto es pedir a un tribunal que juzgue una negligencia de hace 50 años. La talidomida se usaba como un tranquilizante, pero, fuera de prospecto, también para tratar las náuseas de las embarazadas. Esa aplicación fue la que causó las malformaciones”. Me consta que en otros países sí fueron indemnizados hace ya bastante tiempo. Y es que, en un Estado de derecho, cuando el Derecho no es equitativo, universal, consuetudinario y progresivo, más nos vale que nos pille el flamante AVE “del desarrollo” León-Palencia-Valladolid y viceversa. Viendo por televisión a Rajoy en la cabina de mando de aquel tren-balilla (¡nada menos que desde Chamartín hasta Palencia!) parecía que moviera los labios como si estuviese cantando aquello de “Quita del medio que va a pasar / la camioneta de mi papá”. Luego resultó que hasta la placa inaugural de la llegada a la estación de Palencia estaba fechada en León y tuvo que ser retirada al finalizar el acto para corregir el entuerto.

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